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Así empezó nuestra guerra silenciosa

En dos meses, México pasó de 1 a alrededor de 20 mil contagios del nuevo virus que se originó en Wuhan, China. Aquí algunos de los rostros y los frentes que hemos podido notar.

Por Gustavo Sánchez B./ @gustavosanbe

La guerra silenciosa comenzó antes del 28 de febrero, pero no nos dimos cuenta.

Aquel día, el subsecretario Hugo López Gatell lo informaba: “tenemos ya un caso confirmado de coronavirus. Este consideraríamos que es el caso índice”. Hablaba así de un hombre hospitalizado en el INER, de 35 años, con antecedentes de viaje a Italia, donde estuvo del 14 al 22 de febrero; comenzó a presentar síntomas el 23.

Previamente, desde el 21 de enero, un portador del coronavirus confirmado en Estados Unidos paseó como por su casa, por sitios públicos de la Ciudad de México. El individuo, de nacionalidad china y 38 años de edad, se subió a un Uber, comió tacos, visitó la Catedral Metropolitana y se hospedó en el Hotel Hilton en el Centro Histórico.

Desde marzo, los casos fueron ‘cayendo’ primero a cuentagotas; después se volvió un efecto dominó.

Este es el territorio de la guerra silenciosa, donde aparecen la capital y estados ‘pintados’ de rojo (uno más fuerte que otro): Ciudad de México, Estado de México, Baja California

Ante un enemigo invisible -como lo calificó en su momento Emmanuel Macronque se cuela por los hospitales públicos, traspasa las puertas de las casas, y se sube también a los camiones, el gel antibacterial se ha vuelto una de nuestras compras favoritas. Nuestro escudo protector, junto con los cubrebocas. Ya hasta los artesanos dieron un pequeño giro y hacen cubrebocas de tela, para sobrevivir a la otra crisis paralela.

Escurridizo como es el nuevo virus sigue su camino hasta el rincón más lejano, pero comienza su expansión cerca de las urbes.

En tanto, surgen otros frentes, otros dramas, que no implican números sino historias. Microhistorias que sabe gente como el que esto escribe o el que esto lee, en un país marcado por sus desigualdades y su reciente cambio de gobierno que prometió una “cuarta transformación”, pero que nunca imaginó una pandemia que ahora tiene a buena parte de México (se dice que a más de la mitad) en sus casas.

El rostro de México hoy son los negocios cerrados, hoteles que dijeron adiós a las ganancias de Semana Santa, estaciones de Metro sin acceso, así como varios hospitales, públicos o privados, ya saturados.

 

La falta de consenso y la recomendación

Mientras, el rostro del Congreso -para variar- es la falta de consensos, pues siguen sin concretar un acuerdo sobre la iniciativa presidencial que busca reorientar el presupuesto:

Pero también hay otro rostro: vendedores que se niegan a “morir de hambre” un día, dos, o las 4 semanas que faltan para, posiblemente, regresar a la ‘normalidad’ que se fue de nuestras manos desde mediados de marzo, aunque sabemos que, al menos por un tiempo, nada volverá a ser lo mismo con un virus inoculando en cada uno de nosotros.

 

El rostro de la avaricia

Y también está el rostro de la avaricia presente: tiendas Elektra y Coppel siguieron abiertas hasta esta semana, por decisión de dueños como Ricardo Salinas Pliego, quien rechazó la estrategia de ‘quedarnos en casa’. Tiendas con ríos de gente que dan vuelta a una cuadra, en espera de recibir dinero, algunos desde Estados Unidos, donde se vive un drama más grande. Otros están formados para pagar lo que deben, ese ‘abono chiquito’, que ahora preocupa más no poder pagar.

Otras como Aurrerá han tomado medidas como evitar la entrada de adultos mayores y que entre uno por familia.

Un rostro más es el de vecinos en la Ciudad de México. Cantando, gritando y aplaudiendo en sus balcones para romper la modorra y expresar gratitud:

Pero el rostro de México también es Culiacán, donde hartos de la cuarentena -que primero era hasta el 30 de abril y ahora será hasta el 30 de mayo- muchos salieron a comprar en pleno Día del Niño: 

El rostro de la muerte es el más temido: ¡Qué manera de ensañarse con el gran Óscar Chávez, este “pinche” virus (diría Ana Lilia Pérez)! Lo recordaremos siempre con cariño y escucharemos sus canciones en esta etapa de confinamiento voluntario, donde más requerimos de la música para el alma.

 

Los rostros diversos y los diversos frentes

Así como hay diversos rostros, están diversos frentes:

*Personal médico -convertidos en soldados en la primera línea de esta guerra silenciosa- ya ha sufrido alrededor de 50 agresiones en el país, en una inesperada reacción de mexicanos que temen a quien ahora es su principal “extraño enemigo”.

En Zapopan, Jalisco, una residente fue bañada en cloro a principios de abril, desde una ventana en el mismo edificio que vivía. Vidal Salvador Rivera Pérez, jefe de servicio de tercer nivel del ISSSTE en ese municipio, dice que les “causa entre sorpresa, extrañeza, molestia, desánimo, porque nosotros vamos a trabajar diariamente a los hospitales, nos exponemos aunque usemos todos los equipos, siempre hay un riesgo de contagio, y que de repente alguien de la población general te lo pague de esa manera…  ingratitud es la palabra más amable que se me ocurre”.

*Los despidos comenzaron desde la semana en que México declaró una emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, a finales de marzo. Daniela Rivera fue echada de Cassava Roots, pioneros del té con tapioca, que en un video argumentó que “todos los negocios dependen del ingreso de los clientes, con la emergencia sanitaria estos no son suficientes para pagar principalmente los costos fijos, como la renta, los sueldos, los gastos de operación y los impuestos. Covid-19 está enfermando gravemente al motor económico de México: las Pymes”. A Daniela no le querían pagar lo que le correspondía, pero al final logró que le dieran 3 meses de sueldo. Ella dice que hubo al menos otra decena de personas despedidas el mismo día que la expulsaron a ella.

*El neumólogo Rodrigo Quezada Zambrano, está en otro frente: el Hospital Dalinde, uno de los más conocidos en la Ciudad de México. A principios de abril, cuando comenzaban a recibir a los primeros pacientes con Covid-19, resaltó la importancia de usar cubrebocas (desde el quirúrgico de tres capas hasta el N95), no sólo por la salud de uno sino por la de los demás. El médico, como otros, se veía “caminando a ciegas” en medio de la epidemia, pero con el antecedente de haber enfrentado al AH1N1, se veía seguro de que México libraría esta batalla.

*Las secuelas del confinamiento voluntario en México comienzan a sentirse. Todo comenzó cuando el sábado 14 de marzo la SEP y la secretaría de Salud anunciaban que se adelantarían las vacaciones de Semana Santa. Después aclararon: pero no eran vacaciones, sino una medida para evitar la propagación del virus en las escuelas.

Los whatsapp de los psicoterapeutas se llenan de mensajes, con personas que necesitan quien los escuche y oriente. Estar aislado voluntariamente tampoco es fácil.

El psicoterapeuta Orlando Domínguez lo resume así: “es una situación que nos sobrepasa… sabemos que va a generar ciertas crisis, sabemos que va a haber una afectación emocional, psicosocial, ciertamente conductas de riesgo van a aparecer”.

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A 2 meses, 2 días de distancia del primer caso en México, los contagios han crecido exponencialmente a alrededor de 20 mil.

La primera muerte por el nuevo virus la anunció el propio López-Gatell, el 18 de marzo en la capital del país, con un paciente que padecía diabetes. Un mes y trece días después, hay alrededor de mil 900 defunciones más.

México entra la próxima semana al ojo del huracán de la pandemia (declarada así por la OMS el 11 de marzo pasado) con ya varios hospitales saturados, principalmente en la capital del país, que se coloca como la número 1 en contagios. El gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, incluso definió al Valle de México como una zona con alto riesgo de infección.

La primera vez que oí el término de guerra silenciosa fue por la Dra. Aribel Contreras, de la Universidad Iberoamericana. Primero me parecía exagerado, pero después de ver la cantidad de muertos y la cantidad de dramas y frentes, creo que es el más adecuado. Jacobo Zabludovsky tal vez diría en radio: “¡sálvese quien pueda!”. Pero el doctor López-Gatell lo acota mejor: “¡Quédate en casa!”. Un mes más.




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