Si hay una persona que fue verdaderamente especial durante los últimos años de vida de Olivia Newton-John, esa es, sin duda, John Easterling. El magnate fue quien reveló al mundo la triste noticia de la muerte de su esposa, marcando así un antes y un después en el panorama cinematográfico internacional al tener que despedir a la emblemática protagonista de Grease de una manera totalmente inesperada.
En su comunicado a los seguidores de la actriz, el gurú de la salud ensalzaba la impecable labor profesional y personal de su compañera de vida. Algo que no ha pasado desapercibido para todos los fans de la artista, que han querido saber un poco más sobre el gran apoyo de su ídolo desde el 2007, cuando comenzó su historia de amor de manera oficial pese a haberse conocido quince años antes, demostrando así que el destino volvió a unirles para que forjaran un vínculo completamente irrompible.
Hasta ahora, poco o nada se sabía sobre el hombre que había conseguido conquistar el corazón de Olivia Newton-John hasta la fecha. Y es que, al contrario que su esposa, John prefiere mantenerse en un segundo plano mediático para centrarse plenamente en el ámbito de los negocios, habiendo fundado la empresa Amazon Herb Company, encargada de vender productos naturales relacionados con la salud. Al haber superado con creces una grave hepatitis que casi acabó con su vida gracias a unos remedios caseros que unos indios le otorgaron durante su estancia en la selva amazónica, Easterling se propuso ayudar a los demás en la medida de lo posible al adentrarse de lleno en la cultura de Perú y en sus propiedades curativas. De esta manera, optó por ponerse manos a la obra a la hora de crear su propio negocio, basándose en la investigación de algunas plantas para elaborar productos que pudieran ser comercializados después.
Una historia de amor al más puro estilo inca
Fue a comienzos de los años 90 cuando Newton-John y Easterling se vieron por primera vez gracias a unos amigos en común. Desde aquel momento, ambos mantuvieron una buena relación amistosa que no saltó hacia el noviazgo hasta quince años más tarde, cuando se reencontraron en un viaje al Amazonas, que fue el escenario perfecto para ver aflorar un amor de lo más puro y real. Un año después, la pareja optó por darse el “sí, quiero” de manera íntima en la selva de Perú y en la playa de Florida.
Una vez inició su romance con Olivia, John tuvo que compaginar su ardua vida laboral con el romance que había comenzado. Algo que consiguió exitosamente y con creces, acompañando a su esposa en todas y cada una de las apariciones públicas que lo requerían y elaborando para ella una serie de medicinas a partir de plantas con el fin de hacer su día a día con la enfermedad lo más llevadero posible.
Ahora, John y los más allegados a Olivia ya están pensando en llevar a cabo un funeral de estado en homenaje a la intérprete en el que se reconozca su “talento supremo” y su implicación en la investigación para el cáncer, pudiendo incluso estar a punto de crearse un monumento de la cantante en Melbourne.
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