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Así es la empresa tecnológica más sostenible del mundo


En un momento en el que tecnología, digitalización y sostenibilidad están más unidas que nunca, la empresa española Indra ha sido elegida como la tecnológica más sostenible del mundo, por delante de los grandes colosos del sector. La compañía ha logrado la mejor puntuación global del sector de Software y Servicios en el índice Dow Jones Sustainability Index (DJSI) World, una exclusiva lista que implica superar cada año requisitos más exigentes. Este análisis destaca que Indra ha puesto la sostenibilidad en el centro de toda su estrategia, en un proceso en el que se ha involucrado a todos sus estamentos, desde el consejo de administración al resto de profesionales. Todo ello se refleja en el cumplimiento de hitos, compromisos, formas de hacer y en el desarrollo de tecnologías que tienen un impacto positivo en la sostenibilidad a través de su implantación por parte de sus clientes.

Un total de 2.544 empresas, un 33% más que el año pasado, han aspirado a entrar en esta edición del DJSI, aunque solo 322 –de ellas, 10 son tecnológicas– han accedido a la lista. Y ha sido Indra la que se sitúa por delante de todas ellas, lo que demuestra que la corporación española es la mejor posicionada del mundo para abordar futuros desafíos y oportunidades de sostenibilidad. De hecho, Indra es la única compañía del sector tech que ha conseguido mantenerse 16 años consecutivos en este prestigioso ranking y es una de las 15 empresas españolas que este año ha entrado en el listado.

Este análisis destaca que Indra ha puesto la sostenibilidad en el centro de toda su estrategia, en un proceso en el que se ha involucrado a todos sus estamentos, desde el consejo de administración al resto de profesionales

Pese a haber logrado en 2020 una espectacular subida del 30% en su valoración general que la llevó a la segunda posición del DJSI, en esta ocasión, Indra vuelve a mejorar su puntuación global en el índice, lidera su sector en las dimensiones social y de buen gobierno y ha obtenido la máxima calificación posible (percentil 100) en siete criterios: gestión de la innovación, protección de la privacidad, reporte social y medioambiental, prácticas laborales, relaciones institucionales y estrategia fiscal. En dos más, estrategia climática y gestión de riesgos, ha logrado la puntuación más alta del sector.

Contra el cambio climático

Además, la compañía tecnológica ha conseguido una mejor valoración de sus políticas y sistemas de gestión medioambiental, ámbito en el que ha asumido importantes compromisos en los últimos años. Entre ellos, reducir un 50% sus emisiones por consumo energético en 2030 y ser totalmente neutra en carbono en 2050, en línea con los objetivos para combatir el cambio climático impulsados por la ONU. También ha mejorado notablemente su puntuación en gestión de riesgos y en estrategia fiscal.

“Estos resultados suponen un reconocimiento a nuestra gestión ESG, que aumenta nuestra capacidad para atraer a los inversores y aprovechar las oportunidades del desarrollo sostenible en un momento en el que se producen profundos cambios y en el que las empresas debemos asumir un papel de liderazgo”, explican fuentes de la compañía. Para conseguir estos avances, han sido claves la creación, en 2019, de la Comisión de Sostenibilidad en el consejo de administración y el Plan Director de Sostenibilidad 2020-2030.

Indra ha asumido en los últimos años compromisos innovadores en el área de sostenibilidad, incluidos los objetivos de reducción de emisiones SBT1, y ha mejorado en transparencia y reporte ESG a través del Informe de Sostenibilidad que publica cada año.

Por ejemplo, las buenas calificaciones obtenidas en el índice DJSI en estrategia fiscal, gestión de riesgos e influencia política se deben en gran parte a la política de transparencia que refleja su informe anual. Los analistas también han reconocido el rigor y la profundidad de los datos publicados en relación a los indicadores sociales y laborales.

Tecnología con impacto en las personas y el planeta

La mayor parte de los productos y servicios de Indra ya tienen un impacto positivo en el planeta (reducción de emisiones, mejora de la seguridad y la salud, etc). Pero ahora la compañía va un paso más allá y se plantea nuevas metas, que pasan por desarrollar una oferta específica de sostenibilidad y en diseñar e implantar propuestas tecnológicas que respondan mediante la innovación a los retos sociales y medioambientales.

A través de Minsait, cuenta con una solución que digitaliza la vigilancia medioambiental de los océanos: detecta vertidos rápidamente y acelera la respuesta. Getty Images/iStock

Indra ya cuenta, por ejemplo, con soluciones que desempeñan un papel clave en la acción global por el clima, cubriendo un amplio espectro al alcance de pocas corporaciones y con fuerte impacto en las principales causas del cambio climático. Por ejemplo, tecnologías que se enfrentan al calentamiento global desde el espacio o que avanzan hacia un transporte y unas infraestructuras más respetuosas con el medioambiente; soluciones para la gestión inteligente, eficiente y verde de la energía, de las ciudades y de su movilidad; o herramientas que, mediante la transformación digital, facilitan un mejor uso de los recursos.

En Europa, Indra desarrolla en Europa el sistema de gestión de tráfico aéreo de nueva generación iTEC, que procesa datos y calcula las rutas con una precisión sin precedentes, lo que permite ganar seguridad, capacidad y evita tener que dejar a aeronaves en espera en el aire mientras consumen combustible de forma innecesaria. Igualmente, el futuro sistema de gestión integrado (iNM) que Eurocontrol ha confiado a Indra, optimizará cada movimiento aéreo que se produzca en el continente europeo, lo que evitará que se emita CO₂ a la atmósfera.

Pero hay más ejemplos. Gracias a la integración de la tecnología BLED, basada en IoT y big data, el sistema de Ayuda a la Explotación (SAE) de flotas de autobuses de Indra puede automatizar la toma de datos y analizar diferentes parámetros de la conducción, medioambientales, de consumo y eficiencia energética. Todo ello permite un ahorro de más de 400 toneladas de CO₂ al año.

La compañía tecnológica ha asumido importantes compromisos en los últimos años: entre ellos, reducir un 50% sus emisiones por consumo energético en 2030 y ser totalmente neutra en carbono en 2050

Asimismo, a través de su filial Minsait, Indra desarrolla una amplia oferta de innovación con un fuerte impacto en la sostenibilidad. Ocurre con el proyecto de gestión inteligente de residuos, que desarrolla junto a Ecoembes, para mejorar y optimizar el sistema de recogida y selección de los contenedores: mediante IoT, big data y analítica avanzada, reduce costes y emisiones. O con la solución que digitaliza la vigilancia medioambiental de los océanos. Con una combinación de radares y cámaras de infrarrojo que emplean técnicas de inteligencia artificial y analítica avanzada, detecta vertidos de manera muy temprana y acelera los tiempos de respuesta en caso de incidente. De igual manera, sus tecnologías de ciudades inteligentes han contribuido a mejorar la calidad de vida de más de 500 millones de personas de 150 municipios: han ayudado a reducir más del 35% el gasto de agua para riego y el 45% del consumo energético de alumbrado y edificios públicos, gracias al uso de sensores y de análisis de información en tiempo real.

Cultura de la sostenibilidad

Todos estos proyectos demuestran por qué los profesionales de Indra son imprescindibles para alcanzar los estándares más altos de sostenibilidad en la compañía, lo que supone un proceso de transformación cultural. Para Indra, hoy su principal propósito es ser sostenible. Algo que se refleja en su propia operativa diaria, pues en apenas nueve meses, ha reducido en sus principales centros de trabajo un 15% el consumo de energía y ha generado un 20% menos de residuos.

Además de la continua mejora en el compromiso medioambiental, su gobierno corporativo y el cumplimiento normativo, Indra ha puesto a las personas en el centro de su estrategia. Para ello, fomenta la innovación y el intraemprendimiento, la flexibilidad, la formación y el desarrollo de los profesionales, así como una cultura diversa e inclusiva.


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