Esta semana más de diez millones de estudiantes chinos se enfrentan al Gaokao, la selectividad más difícil y agotadora de todo el mundo. Los alumnos dedican varios años de su vida a prepararse para ella, estudiante una media de doce horas diarias.
«La presión social sobre los alumnos es enorme»
La presión es enorme ya que sacar una buena nota es para muchos la única vía que tienen para ascender en la escala social. Desde finales de los años 70, el Gaokao es la forma mediante la cual los jóvenes de escasos recursos, sobre todo de zonas rurales, pueden acceder a un futuro mejor.
Xueqin Jiang, educador e investigador de la Iniciativa Global de Innovación Educativa de la Universidad de Harvard, explica que en las familias chinas, desde que los niños son muy pequeños, se les inculca que el Gaokao es un asunto de vida o muerte.
Aunque cada región de China tiene una versión del examen, existen una serie de cuestiones generales de chino, matemáticas y un idioma extranjero. Además, los alumnos pueden elegir otros temas como política, historia, biología, química, geografía o física.
Mundo Yong Zhao, profesor en la escuela de Educación de la Universidad de Kansas, señala que sólo el 10% de los alumnos que se presentan a la selectividad más difícil del mundo consiguen ir a una buena universidad. Para el 90% que no lo consiguen se considera un gran fracaso.
Las medidas de seguridad son extraordinarias, y hacen uso de la tecnología más puntera: drones, cámaras de vigilancia, sistemas de posicionamiento global… Si alguien copia, podría llegar a enfrentarse a penas de prisión.
Este año a todas las medidas ya existentes hay que sumar las precauciones por el coronavirus. Todos los alumnos deben pasar un control de temperatura y el uso de mascarilla es obligatorio.
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