Era una de las bodas más esperadas del año y por fin, contra pronóstico, se ha hecho realidad. Tamara Falcó (41) e Íñigo Onieva (34) ya son marido y mujer. La pareja se dio el Sí, quiero en la tarde de ayer en una ceremonia que tuvo lugar en El Rincón, un palacio del siglo XIX que se construyó a modo de fortaleza ajardinada por el primer duque de Santoña, y que desde hace años, pertenece a la familia Falcó.
Por las inmediaciones del lugar comenzaron a desfilar numerosos rostros conocidos de la crónica social de nuestro país alrededor de las seis y media de la tarde, pues la boda, estaba previsto que comenzara a las 7:00h. Una de las primeras en hacerlo fue Vicky Martín Berrocal, a la que siguieron Manuel Falcó, Amparo Corsini, Chábeli Iglesias y Ana Boyer, Fernando Verdasco, Eugenia Martínez de Irujo, Cristina Reyes o Alejandra Onieva, entre otros, que acudió del brazo de Jon Kortajarena. No así Enrique Iglesias que, finalmente, decidió no acompañar a su hermana en su gran día, tal y como desveló Julio José Iglesias en Y ahora Sonsóles el pasado viernes: «Mi hermano no viene porque no le gustan las bodas. No estuvo ni en mi boda», expresó.
Vicky Martín Berrocal a su llegada a El Rincón / Gtres
La ceremonia estuvo oficiada por hasta tres párrocos: el sacerdote Miguel Cruz, el padre Ángel, que conoce a la marquesa de Griñón desde su infancia, y el padre José Luis, un religioso de la diócesis de Valencia, quien sufrió un pequeño accidente. Y es que proximidad de una de las velas a su persona, hizo que la casulla -su vestidura exterior- prendiera fuego. Afortunadamente, todo quedó en un susto gracias a la rapidez de la hermana de Íñigo, que pudo apagar el fuego «a manotazos», según detalla la revista antes citada.
Tras la ceremonia, los recién casados e invitados pudieron disfrutar de un cóctel sobre los jardines de El Rincón y, posteriormente, de una cena a cargo de Eneko Atxa, que contó con la ayuda de más de cuarenta cocineros de su equipo del restaurante Azurmendi para que todo saliera perfecto. Si bien es cierto que, de momento, no se ha desvelado ningún detalle acerca del menú nupcial que pudieron disfrutar los allí presentes, puede ser revelador el detalle que los novios tuvieron con la prensa congregada a las afuera del enclave: les llevaron quesos, jamón ibérico y mediasnoches caseras.
Ya en la fiesta, que duró hasta altas horas de la madrugada, Iñigo Onieva tenía preparado para Tamara una emocionante sorpresa: un baile de drones haciendo formas -desde un corazón hasta un palacio o las iniciales TF e IO-, que sustituyó al espectáculo de fuegos artificiales que la pareja tenía previsto contratar pero cuyo permiso finalmente no les fue concedido por Ayuntamiento de Aldea del Fresno por el temor a un posible incendio en el campo tras la sequía.
Un amigo de Iñigo se salta las normas
Era de sobras conocido que la boda de Tamara Falcó e Iñigo Onieva iba a ser poco menos que hermética, debido al acuerdo económico que la novia habría cerrado con su revista de cabecera, ¡Hola!. Así, era de esperar que a su llegada a El Rincón, los invitados al enlace tuvieran que deshacerse de sus teléfonos móviles o dispositivo que permita capturar imágenes, para evitar que nada de lo que sucediera en la finca familiar se desvelara antes de lo previsto. Sin embargo, uno de los amigos de Íñigo tiró de picaresca y compartió a través de sus redes sociales, imágenes directas desde el Palacio.