El teletrabajo apareció en marzo de 2020 como una fórmula para compatibilizar la actividad profesional con el confinamiento obligatorio para combatir la pandemia por COVID-19, siempre y cuando fuera compatible con el desarrollo de la misma. Sin embargo, se ha establecido como una modalidad bastante extendida en toda Europa. Hay empresas que abogan por la totalidad de horas en remoto y otras que han implementado un híbrido. Como quiera que sea, transcurrido un año podemos hablar de consecuencias derivadas de esta modalidad de trabajar.
Más adelante repararemos en los beneficios del trabajo, pero algunos expertos, sobre todo en el ámbito psicológico, alertan de algunos inconvenientes a tener en cuenta. La primera consecuencia negativa que puedes haber sentido es la soledad, el sentirse aislado. Un sentimiento que se produce por la falta de contacto con los compañeros, restando socialización a tu jornada laboral. Puedes mejorarlo interactuando con ellos mediante conversaciones mediante videollamadas o por teléfono.
Otra consecuencia derivada es el tedio a tu hogar. Aunque pueda parecer complicado, hacer de una habitación de tu casa tu despacho contribuye a que no se separe del todo la vida laboral de la personal. Eso se podría paliar, siempre y cuando fuera posible, utilizando la zona de trabajo solo para este fin. Separa las estancias de tu casa que dediques a ello para así poder disfrutar del resto cuando desconectes.
En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un informe en 2017, sin saber el escenario pandémico que estaba por venir, acerca del trabajo. Lo tituló Working anytime, anywhere: The effects on the world of work (Trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar: consecuencias en el ámbito laboral). En el documento se arroja una conclusión que se ha acabado por cumplir: «el uso de las tecnologías de la comunicación modernas contribuye a conciliar mejor la vida profesional y personal pero, al mismo tiempo, también confunde los límites entre el trabajo y la vida personal, en función del lugar de trabajo y las características de las diferentes ocupaciones,» explicó Jon Messenger de la OIT, coautor del informe.
Durante este año también se han podido generar sentimientos de ansiedad e incertidumbre. ¿El motivo? La primera por pasar demasiadas horas frente al ordenador y por una falta de adaptación al teletrabajo. La segunda es una consecuencia secundaria de la primera porque no podemos establecer hasta cuándo va a durar esta situación. Esto dificulta el hecho de poder organizarnos a largo plazo y eso siempre genera dudas, miedos e inseguridad.
El último inconveniente que esgrimir es la incapacidad para desconectar. La Encuesta de Población Activa (EPA) hizo una investigación en la que arrojaba que el teletrabajo ocasionaba la realización de horas extras no abonadas. La tendencia de hacer más horas al trabajar en casa va al alza.
Desventajas a un lado, el teletrabajo también goza de buenas y notables ventajas. flexibilidad laboral, la conciliación familiar, la movilidad geográfica y el ahorro de costes en desplazamientos, contribuyendo así a la mejora del medioambiente. Además, se ha demostrado mediante encuestas y sondeos que el 70% de los trabajadores afirman ser igual o más productivos.
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