Cuando en la década de los 50 aparecieron en Suecia los primeros envases de cartón de Tetra Pak, la leche se cargaba en vidrio retornable, en garrafas de plástico o en bolsas. Y el zumo apenas existía en botellas de plástico. Este invento trajo grandes ventajas para la industria de la alimentación, pues facilitó el transporte –apilable e irrompible– de los productos y su almacenaje en los hogares. Por si fuera poco, su presencia aumentaba notablemente la fecha de caducidad del producto.
Apenas 70 años después, los envases de cartón continúan teniendo una función esencial que va más allá de almacenar nuestros alimentos y bebidas. Estos recipientes garantizan la seguridad alimentaria y la disponibilidad de la comida, a la vez que ayudan a reducir el desperdicio.
Estas ventajas son especialmente relevantes en un planeta en el que las previsiones aseguran que la población superará los 9.100 millones de habitantes en 2050. Se trata de un tercio más de bocas que alimentar, para lo que se calcula que será necesario un 70% más de comida. Frente a este escenario (difícil de proyectar incluso para los expertos), los envases se presentan como un aliado para afrontar un reto de proporciones superlativas.
Seguros y sostenibles
No obstante, en la actualidad algunos modelos pueden suponer un problema para el medio ambiente al dejar una importante huella a su paso. Ciertos materiales, como los que provienen de origen fósil, favorecen el agotamiento de recursos finitos, contribuyen (negativamente) al cambio climático y contaminan el medio ambiente si no se realiza una correcta gestión cuando se transforman en residuos.
Pero la investigación ha dado grandes pasos en ese sentido. Las últimas innovaciones se orientan a crear envases que garanticen la seguridad alimentaria y la disponibilidad de alimentos, pero que también protejan el planeta.
La industria requiere un cambio radical y la revolución del envasado está a la vuelta de la esquina. Con el lema ‘Elige Naturaleza. Elige Cartón’, Tetra Pak, empresa líder en sistemas de envasado de alimentos, da voz a su propósito de poner en el mercado el envase del futuro, fabricado en su totalidad con materiales reciclados y/o de fuentes renovables bien gestionadas; totalmente reciclable y neutro en carbono. Todo ello sin renunciar a su seguridad y funcionalidad.
Aunque los envases de esta empresa sueca cuentan con un 70% de cartón, que proviene de árboles gestionados de manera responsable –una fuente renovable–, aún tiene unas ligeras capas de otros materiales, que juegan un papel esencial para proteger el alimento de la luz, el aire y otros agentes externos. Se trata del aluminio, que ayuda a proteger el contenido del aire y la luz, y del plástico de origen fósil, utilizado en los sistemas de apertura y en finas capas del material de envasado para impermeabilizar.
Paso a paso, un hito cada día
La compañía lidera el trabajo de la industria hacia un envase sostenible ideal para alimentos trabajando en estas medidas:
• Utilizar materiales renovables, para no agotar los recursos del planeta, y certificados, para obtenerlos de una forma responsable y que proteja la biodiversidad. En la actualidad, la totalidad de sus envases de cartón ya están fabricados con papel que proviene de bosques gestionados de forma responsable, certificado con el sello FSC® (Forest Stewardship Council®). “Encontrar nuestro logo en un envase o embalaje es una garantía de que ese material procede de fuentes forestales sostenibles y se protegen áreas de altos valores naturales”, confirma Gonzalo Anguita, director ejecutivo de FSC® España. Además, el plástico derivado de caña de azúcar que utiliza para los tapones y parte de las capas de laminación de algunos de sus envases posee el certificado Bonsucro, que garantiza trazabilidad y la gestión responsable de dichas plantaciones.
• Optar por materiales reciclados, minimizando la dependencia de los recursos fósiles a la vez que contribuye a aumentar las tasas de reciclaje y hace que sea más sostenible económicamente. Ya están trabajando en los primeros tests con polímeros reciclados con la certificación RSB y se han comprometido a incorporar al menos el 10% de material reciclado en sus envases en Europa en 2025.
• Lograr ser neutros en huella de carbono. Tetra Pak apuesta por sustituir los materiales no renovables por otros que sí lo sean, lo que ayuda a reducir el impacto climático. Además, su fábrica de Arganda del Rey (Madrid) ya utiliza electricidad 100% renovable.
• Diseñar envases con formatos y tamaños prácticos adaptados a las necesidades actuales, que ayuden a reducir el desperdicio de alimentos y el impacto ambiental asociado, a la vez que garantizar el acceso a alimentos de calidad en cualquier lugar.
• Disponer de un envase más circular, que pueda reciclarse por completo. En España se recuperan cerca del 84% de los cartones para bebidas, según datos auditados de Ecoembes, y la fibra de papel, que es el componente principal del envase (70% de media) se convierte en papel reciclado de alta calidad. Tetra Pak trabaja junto con la industria del reciclado en un proyecto local en España para reciclar a gran escala el polietileno y el aluminio a través de reciclaje químico, que permitirá mediante pirólisis separar ambos materiales y volver a utilizarlos industrialmente. Ya se están realizando las primeras pruebas con resultados positivos. Además, Tetra Pak desarrolla otras innovaciones, como las pajitas de papel o los tapones unidos al envase, que mejoran su reciclado al evitar su dispersión.
Así, el envase del futuro tiene el potencial de abordar los actuales retos de la industria sin poner contra las cuerdas el futuro de nuestro planeta.
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