Probablemente no exista una sola definición de lo que es el talento, ni de cómo se manifiesta. ¿Es la trayectoria profesional? ¿El expediente académico? Sin duda, pero también mucho más. Los perfiles llamados a liderar el futuro “han de ser completos, dominar varios idiomas y destacar a nivel competencial, tienen que saber comunicar y poseer dotes de liderazgo y de trabajo en equipo, sin olvidar una gran ambición por ejercer un impacto positivo en el mundo”, afirma Ramón Rodrigáñez, cofundador y COO de Nova Talent, la compañía de recursos humanos que acaba de hacer pública la lista con los jóvenes más brillantes de España, porque “es muy fácil contar las cosas malas, pero también hay gente joven y brillante haciendo cosas fantásticas”.
The Nova 111 List ha elegido, entre 1.625 candidaturas, a los 10 talentos menores de 35 años en las 11 áreas más relevantes de la economía: tecnología; salud y ciencias de la vida; emprendimiento y startups; impacto social; política y sector público; finanzas e inversión; telecomunicaciones y medios; ventas y marketing; consultoría estratégica; ingeniería y energía y servicios legales. Jóvenes con una altísima preparación, alto potencial y una trayectoria profesional relevante a pesar de su juventud, y que en su mayoría se agrupan en torno a Madrid y Barcelona, aunque también, en menor medida, Valencia y Sevilla. Asimismo, Nova Talent ha reconocido con una mención especial a Leire Larracoechea, abogada y directora de la Fundación Pro Bono, dedicada a facilitar el acceso al derecho y la justicia a organizaciones sin ánimo de lucro.
El objetivo de esta iniciativa es “identificar, dar a conocer y empoderar a los 111 jóvenes con más talento de España, que ahora se beneficiarán de un año de aceleración en sus carreras profesionales”, explica Rodrigáñez. “Los acompañaremos con un programa de networking que será fundamental para el desarrollo de su máximo potencial y que mañana puedan convertirse en líderes dentro del ámbito que deseen”. También disfrutarán del acompañamiento de un coach profesional y de un programa formativo que, de la mano de Selfmastered, les ayudará a sacar la mejor versión de sí mismos a través de aspectos como la alimentación, el deporte y la gestión de sus horarios.
Delia Rodríguez es una de estas personas. Esta ingeniera industrial de 29 años, graduada por la Universidad de Valladolid y una de las 10 ganadoras en el vertical de impacto social. Comenzó a trabajar en Procter & Gamble y se familiarizó con el área financiera; pero además quería impactar de una forma positiva, y de ahí surgió, por ejemplo, la campaña de Ausonia con la Asociación Española Contra el Cáncer. “Ahí vino mi punto de inflexión, porque me gustaba el mundo de la empresa, pero con un enfoque clave en el impacto social y medioambiental”, recuerda.
Frenar la fuga de talento
La iniciativa de Nova Talent, que tendrá ahora continuación con listas análogas en Suecia e Italia, antes de pasar a otros países europeos en 2022, pretende ayudar a revertir el éxodo de los jóvenes profesionales que buscan lejos mejores alternativas de trabajo. Y es que, actualmente, hay más investigadores españoles residentes en el extranjero (RAICEX, por ejemplo, tiene más de 4.000 miembros, pero no todos están afiliados a este organismo) que extranjeros residentes en España (unos 1.900): “Nosotros valoramos mucho las experiencias internacionales. Pero es evidente que, por lo general, el talento en España no encuentra las oportunidades necesarias para desarrollar su potencial. Y es una lástima, porque vivimos en un mundo en el que el talento es el factor más importante de la economía”, reflexiona Rodrigáñez.
“Se trata de una iniciativa muy buena que da visibilidad a españoles con perfiles muy distintos, pero que trabajan por causas concretas. Lo que pasa es que no tenemos un ecosistema tan desarrollado como puede haber en otros sitios, y eso nos puede frenar a la hora de lanzar nuevos proyectos o tomar un poco más de riesgo”, sostiene Arturo Goñi, un ingeniero industrial de 32 años seleccionado como uno de los ganadores en el vertical de finanzas e inversión. El jurado de la convocatoria ha contado con la participación de expertos en cada campo provenientes de empresas que han apoyado esta convocatoria, como Novartis, Ashoka, Jobandtalent, Bain & Company y Fever.
La experta en recursos humanos María José Basa se pregunta si, acaso, no es tiempo de cambiar los conceptos de “retención” y “fuga” por el de “atracción”: “A los empleados se los atrae con formación, con buenos proyectos y con desafíos, además de un buen paquete de compensación afín a sus necesidades. Quizá sea el momento de empezar a concebir incentivos por ideas innovadoras, por la colaboración, por el rendimiento de los equipos transversales, por la transparencia, la identificación de oportunidades de mejora y la rentabilidad en comités de iniciativas”, argumenta. Para Basa, una empresa es siempre más rentable y productiva si tiene empleados motivados, y cuantas más personas hagan lo que les gusta, más posibilidades tendrá la empresa de incrementar su productividad y ganar mercado.
Apoyo al I+D+i
Uno de los aspectos más recurrentemente debatidos a la hora de hablar de esa retención de talento es la ausencia en España de un apoyo estable y continuado a la investigación que se plantee objetivos a largo plazo, a salvo de los vaivenes políticos y capaz de ofrecer condiciones más atractivas a los investigadores que genera el sistema académico español. Así, la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU /SRUK) publicó recientemente el informe Por un país innovador, que recoge una serie de recomendaciones para mejorar el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Investigación (SECTI) entre las que destacan aspectos como la necesidad de un pacto de Estado por la I+D+i, la reducción de la burocracia y el refuerzo a las estructuras de investigación, el fomento de las relaciones público-privadas y la internacionalización del sistema español.
Según este informe, “es imprescindible atajar fenómenos que perjudican su capacidad de atracción, retorno y retención del talento, incluida la endogamia en los procesos de selección y evaluación del personal”. La dificultad para conciliar la vida personal y profesional, la sensación de falta de apoyo a nivel académico o la inestabilidad laboral del sector son algunas de las causas que apuntan como generadoras de estrés, ansiedad o depresión entre los investigadores. Y, en el origen de todos los problemas, está “la archiconocida y archireclamada falta de financiación, que desemboca en pérdida de estabilidad, medios y condiciones y, finalmente, a la fuga de talento, así como a la incapacidad de retenerlo y atraerlo”, destaca José Pedro Manzano, investigador español en la Universidad de Nottingham y miembro de CERU.
Respecto a la carrera investigadora, Manzano recuerda que, aunque el número de doctorados ha aumentado considerablemente a lo largo de los últimos 10 años, el sistema no es capaz de absorberlos, no solo por falta de financiación, sino porque “existe una falta notoria de carreras alternativas a la academia y de formación de doctorados en competencias transversales. Es necesario aprovechar la versatilidad del doctor y fomentar nuevos perfiles especializados en educación, divulgación, gestión y diseño de proyectos de base científica (…) y, sobre todo, transformar los resultados de la investigación en empresas de base tecnológica o productos y servicios para la sociedad”.
La difusión y divulgación en el exterior de los centros y líneas de investigación españolas es otra de las carencias en las que incide el investigador español, algo que pasa por aspectos tan básicos como mantener actualizado (y en inglés) el contenido de las webs institucionales, la información de los grupos de investigación y las redes sociales, reforzar la posición de España como destino universitario líder de habla hispana “y asegurarse de que nuestras convocatorias de financiación y empleo también llegan a canales internacionales como EURAXESS Jobs Spain, y ofrecer soporte a solicitudes desde el exterior (como, por ejemplo, convalidaciones)”.
Pero una reforma de la investigación en España debería afrontar también aspectos como la endogamia, la modernización de los sistemas de acreditación y, por supuesto, la mejora de las condiciones de trabajo. “El 73 % del profesorado universitario imparte clases en la universidad donde realizó su doctorado. El proceso de selección ha de ser más justo, público, transparente y lo más estándar posible a nivel internacional”, pide Manzano, que es miembro también de Talento para el futuro. El sistema de acreditación español, con estructuras como ANECA, se considera demasiado rígido e ineficiente y dificulta tanto la atracción de talento como el retorno de aquel que está en el exterior.
Manzano termina con una reflexión: “No es viable presentarnos como una alternativa al Reino Unido si venirse a España implica siempre perder en ejes tan esenciales como el salario, los recursos o la conciliación familiar… Lo mínimo para ser competitivos es ofrecer estabilidad al personal investigador y a los proyectos, así como a la actualización de los salarios. Y entender la magnitud humana de todo esto: queremos atraer a personas, a veces familias enteras, a nuestro país. Debemos asegurarles que aquí podrán tener una buena calidad de vida, y explorar medidas que les ayuden en la búsqueda de vivienda, transporte y conciliación familiar”.
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