Vista de una torreta de alta tensión en la localidad asturiana de El Berrón.ELOY ALONSO (EFE)
La desenfrenada escalada de la electricidad ha sido una de las mayores preocupaciones de los hogares españoles desde principios del pasado verano. Desde junio, la electricidad encadena récord tras récord y ha desatado cierta alarma social. A principios de septiembre, tras comprobar que la situación no iba a amainar hasta mediados de 2022, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lanzó un paquete de medidas fiscales para aliviar el impacto del alza de la electricidad en el recibo de las familias. Confiado en que estas iniciativas suavizarían el golpe de la crisis energética sobre los hogares, Sánchez lanzó un compromiso sobre la factura de la luz: “Estamos trabajando con un plan para llegar a un compromiso concreto, y es que al final de 2021 los españoles echen la vista atrás y vean que han pagado en la factura de la luz una cuantía similar y semejante a la que pagaron en 2018. Ese es el objetivo y el compromiso: que todos los ciudadanos con un consumo medio al final de 2021 paguen una cuantía semejante y similar a la que pagaron en 2018, lógicamente con el IPC descontado”, dijo en una entrevista en EL PAÍS.
Desde entonces los precios de la electricidad prácticamente se han cuadruplicado. La luz ha pasado de cotizar en el mercado mayorista a 67 euros el megavatio hora (MWh) de media el pasado mayo a acariciar los 260 euros de media diaria este mes, según los datos del operador del mercado mayorista ibérico (OMIE). El pasado jueves batió el enésimo máximo histórico al dispararse hasta los 383,67 euros el MWh, superando los 400 euros en las horas centrales del día. Pese a ello, el Ejecutivo insiste en que Sánchez podrá mantener su promesa de que el recibo de la luz de los españoles será similar al de 2018. ¿Cómo son los cálculos para defender esa promesa?
El Gobierno cree que la factura media anual de todos los hogares españoles será en 2021 cercano a 613 euros el kilowatio hora, inferior a los 635 euros en promedio y en términos reales (descontada la inflación) de 2018. Para llegar a esos cálculos hay que tener varias consideraciones y escoger unos supuestos muy concretos.
En primer lugar, la subida del precio de la electricidad en el mercado mayorista afecta sobre todo a los hogares que tienen tarifa regulada (PVPC), unos 10,5 millones de familias. La factura de estos está ligada a la evolución diaria de la luz en el mercado mayorista. El resto, unos 16,2 millones de hogares, tiene tarifa libre. Es decir, contratos suscritos con las comercializadoras a medio plazo y la subida de la energía solo les impactará cuando los renueven. Fuentes de La Moncloa explican que el compromiso de Sánchez se refería al precio medio de la electricidad anual de todos los hogares españoles durante el conjunto de 2018 y 2021. Esto es un promedio del consumo de todas las familias, tanto las del mercado libre como las del regulado. Recuerdan que el inicio de 2021 fue especialmente barato para la electricidad. Febrero y marzo fueron históricamente bajos. El 31 de diciembre, el precio de la luz cayó a 1,42 euros el megavatio, frente a los 387 euros del pasado jueves. Eso ayuda a que la media anual sea más baja. Además, hay que considerar que 2018 fue el año con la electricidad más cara hasta ahora.
Como la casuística de cada hogar es diferente, por consumo, potencia contratada, tipo de contrato, etcétera, el Ejecutivo sigue la metodología de Eurostat para tratar de homogeneizar las cifras de sus cálculos para determinar el recibo medio en 2018 y 2021, según las mencionadas fuentes. La oficina estadística europea recopila los datos directamente a través de la información que les proporciona las comercializadoras a través de las facturas finales de los españoles. Y ofrece el precio de la electricidad para varias franjas de consumo medio anual. El Gobierno ha escogido la de un español medio con un consumo de entre 2.500 KWh a 5.000 KWh anuales y una potencia contratada de 4,1 KWh. Según la CNMC, el consumo medio de una familia tipo es de unos 3.000 KWh.
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Según las cifras de Eurostat, el precio de la electricidad para un consumidor promedio español con las características descritas anteriormente fue en 2018 de 0,243 euros el kilovatio hora. Por eso, el Gobierno calcula que el recibo medio anual ese año ascendió a 608 euros. Como el presidente del Gobierno dijo en su compromiso que había que descontar la inflación, si se aplica una revalorización ligada al IPC del 4,6% desde 2018 a 2021, el precio medio anual real en 2021 sería de 0,254 euros KWh. Llevados a la factura, si se considera la inflación, como dijo Sánchez, los 608 euros de factura media pagada en 2018 correspondería a 635 euros en 2021. Y ese sería el recibo anual que se debería tener en cuenta para ver si Sánchez cumple o no.
Pero, ¿cómo es posible que si el precio de la electricidad se ha multiplicado en 2021, el recibo sea inferior a esos 635 euros? Hay tres grandes explicaciones. La primera, que en sus cálculos el Ejecutivo hace la media de todos los hogares, los que tienen factura de precio regulado (más volátil) y los que tienen tarifa libre (menos expuesta a los vaivenes de los últimos meses). Hay cerca de 10 millones de hogares que pagarán más, pero 16,2 millones que con la bajada de impuestos y cargos abonarán menos. La media es favorable a los cálculos del Ejecutivo. En segundo lugar, al descontar la inflación desde 2018 se anula gran parte de la subida. Al hacer los cálculos en promedio y en términos reales (sin inflación) se atenúa gran parte de los efectos de la subida de la electricidad. El ejecutivo tiene en cuenta, también, que la primera parte del año ha sido más favorable. De hecho, según Eurostat el precio de la electricidad para un hogar tipo durante el primer semestre fue de 0,232 euros, frente a los 0,254 del precio en términos reales (con inflación) de 2018.
Pero, además, en tercer lugar, Sánchez lanzó en septiembre un paquete de medidas para tratar de rebajar la presión en el recibo de la luz. El plan incluía rebajas de impuestos sobre la factura, el IVA bajó del 21% al 10%, se redujo el impuesto sobre la electricidad del 5,11% al 0,5%, el mínimo legal; y se suspendió el impuesto de generación que pagan las compañías eléctricas, que era del 7%. Esto ha supuesto una rebaja de impuestos en la factura del 60%, según fuentes de Transición Ecológica, que calcula que esto ha supuesto una merma para las arcas públicas de 4.800 millones. El Ejecutivo también redujo los cargos incluidos en la factura de la luz —los costes extrapeninsulares o la financiación de renovables— un 96% desde septiembre y amplió los beneficios del bono social eléctrico.
Sin esta bajada de impuestos y cargos en la factura, las fuentes gubernamentales, estiman que la factura de este año ascendería a 696 euros al año. Aseguran que esta rebaja en el recibo ha supuesto un ahorro en la factura de 84 euros de media para cada familia al año. Unos 50 euros en promedio por la reducción de impuestos desde junio y otros 34 por la minoración de los cargos desde septiembre. Así la factura media de una familia tipo habría quedado en 2021 en 613 euros, inferior a los 635 euros contando la inflación de 2018, siempre según esos cálculos de La Moncloa.
¿ A cuánto hubiera ascendido la factura sin medidas? El Gobierno calcula que el recibo de la electricidad para un consumidor doméstico medio hubiera ascendido a 696 euros sin haber aplicado las medidas de rebajas de impuestos y cargos que adoptó en verano. Este cálculo es el resultado de aplicar los datos reales del precio de la luz hasta diciembre a los 10,5 millones de consumidores de tarifa regulada (PVPC) y para los hogares con tarifa libre el Ejecutivo estima que se renuevan la mitad de los contratos durante el segundo semestre recogiendo parte de la subida del precio de los últimos meses. No obstante, el coste de la electricidad de esos nuevos contratos será inferior a la media del cuarto trimestre, cuando los precios se desbocaron definitivamente. Para algunos analistas esos 696 euros se quedan cortos, porque supondría un coste medio de la electricidad de 0,2784 euros el kilowatio hora en 2021 e inferior a 0,3245 euros KWh en el segundo trimestre de este año, según la metodología de Eurostat que ha escogido el Gobierno.
Eurostat publicará en marzo el dato definitivo
No obstante, habrá que esperar hasta el próximo marzo para que Eurostat actualice sus datos para comprobar si realmente se ha cumplido el compromiso de Sánchez, con todas las premisas y condicionantes que incluye en sus cálculos.
No obstante, la subida del precio de la luz no es algo exclusivo de España. El resto de países europeos está sufriendo la crisis energética porque se ha disparado el precio del gas y de los derechos de emisión de CO2 en plena transición energética. La llegada del invierno, problemas geoestratégicos con Rusia, y cierta voracidad de China, completan el cóctel, que explican el desaguisado con la luz.
Lo que sí se puede decir ya es que cerca de 10 millones de hogares, los que tienen tarifa regulada, van a pagar más que en 2018. Sin contar la parte fija de la factura por cargos y peajes, ni los impuestos, sobre los que el Gobierno aplicó fuertes rebajas, toda la subida de la electricidad impacta sobre sus bolsillos. En lo que va de año, el coste medio de la luz para estos hogares es un 47% mayor que el año pasado, según los datos del INE, que solo recoge en sus estadísticas a los hogares con PVPC. La subida media del IPC del pasado noviembre respecto a 2018 sería del 12,9%. Aun descontando la inflación, como dijo Sánchez, la subida de la luz para estos hogares rondaría el 9,7%, según cálculos realizados por este diario sobre la serie oficial del INE.
Récord tras récord
La organización de consumidores Facua recuerda que en los últimos cuatro meses la factura de la luz en España ha ido superando récords. En noviembre, un usuario medio —con una potencia contratada de 4,4 kW y un consumo de 366 kWh mensuales— ha pagado 115,18 euros, frente a los 68,50 euros del mismo mes de 2020, denuncia Facua. Si los precios se mantienen, como se espera, la asociación ha calculado que la última factura del año será “extraordinariamente cara”, dijo la semana pasada el secretario general de Facua, Rubén Sánchez, informa Margot Molina. Será la más cara de la historia y alcanzará los 134,45 euros, un 94% por encima de los 69,28 euros de diciembre de 2020.
“El Gobierno sabe de sobra que no va a cumplir su promesa de igualar la tarifa eléctrica con la de 2018, el último año que gobernó Rajoy. Van a manipular las cifras para que parezca que han cumplido. Nos van a dar datos falsos y eso es muy grave. Es un juego de trileros”, afirmó el secretario general de Facua.
Hasta el pasado agosto, cuando la factura del usuario medio ascendió a 93,10 euros, el recibo más caro a nivel histórico había sido el del primer trimestre de 2012: 88,66 euros mensuales (con el IVA al 18%). Cantidad que superó el pasado septiembre (102,71 euros) y volvió a rebasarse en octubre (120,68 euros); mientras que en noviembre bajó ligeramente (115,18 euros).
El recibo del usuario medio en el mercado semirregulado ha aumentado un 15,1% en lo que va de año con respecto a 2018, el año que Sánchez y la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica Teresa Ribera aseguran que van a igualar una vez descontado el IPC, pese a que no han aplicado nuevas medidas desde septiembre. “La factura eléctrica de diciembre tendría que ser negativa para que el Gobierno cumpliese su promesa de que este año los consumidores pagarán lo mismo que en 2018. Para que eso ocurriera las compañías tendrían que devolver a sus clientes 12 euros a final de este mes, algo que obviamente no va a pasar”, afirmó Sánchez.
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