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Asia toma partido en Europa


Europa y Estados Unidos no están solos. Corea del Sur, Japón, Singapur y Taiwán se han sumado a las acciones de ambos para contrarrestar la ofensiva rusa en Ucrania. De hecho, el líder ruso, Vladímir Putin, ha incluido a los cuatro países asiáticos en su lista de países que “han cometido acciones no amistosas contra Rusia”. ¿Por qué han decidido estos países ayudar al mundo occidental en su lucha por contrarrestar la invasión rusa de Ucrania? La razón principal es que hay países asiáticos que se han dado cuenta de que lo que sucede en Europa les afecta de forma directa. Las acciones de Putin en Ucrania no han hecho sino acrecentar esta idea entre las principales democracias asiáticas.

En primer lugar, ven paralelismos entre las acciones de Rusia en Ucrania y la amenaza de China sobre Asia. En especial, estos países temen una posible ofensiva china sobre Taiwán. El hecho de que se hayan sumado a las sanciones que la UE y Estados Unidos han impuesto sobre Rusia debe entenderse como un mensaje no solo hacia Moscú, sino también hacia Pekín.

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China lleva años construyendo islas artificiales en aguas internacionales en el mar del Sur de China. Muchos países asiáticos consideran estas estructuras un primer paso del Gobierno chino para controlar la navegación por dichas aguas.

Asimismo, Corea del Sur, Japón, Singapur y Taiwán apoyan valores que algunos consideran occidentales pero que bajo su punto de vista son universales, como la democracia, el derecho internacional o los derechos humanos. Corea del Sur, Japón y Taiwán aparecen en todas las clasificaciones internacionales como las únicas democracias plenas del continente asiático. Singapur no lo es, pero sí defiende el derecho internacional.

De igual manera que muchos europeos no entienden que un país pueda invadir a su vecino en pleno siglo XXI, los líderes y ciudadanos de estos cuatro países se han visto sorprendidos por el hecho de que Putin parezca dispuesto a terminar con Ucrania tal y como la conocemos.

A esto se añade el trabajo que la UE, la OTAN y países como Alemania, Francia o Reino Unido llevan realizando desde hace años para reforzar la cooperación con países asiáticos en materia de seguridad. Hay un diálogo constante, así como cooperación a través de ejercicios sobre ciberseguridad, ejercicios marítimos conjuntos o intercambios de personal. Gracias a este diálogo y colaboración desde hace años, tanto la UE como distintos gobiernos europeos pudieron coger el teléfono, hablar con sus homólogos asiáticos y rápidamente lograr que apoyasen la campaña de aislamiento a Rusia.

Se podría atribuir la disponibilidad de estos países asiáticos a apoyar a Europa a la presión estadounidense. Al fin y al cabo, los cuatro o bien son aliados o bien tienes relaciones estrechas con Washington en materia de seguridad. Sin embargo, esta es una explicación simplista. Ninguno de ellos apoyó de manera significativa las sanciones impuestas a Rusia tras su anexión de Crimea en 2014, pues lo consideraban un asunto a resolver entre Europa y Moscú. Y otros países con relaciones bastante buenas en materia de seguridad con Washington, como Tailandia o Vietnam, se han mostrado reacios a siquiera condenar a Rusia por sus acciones. El comportamiento de la China de Xi Jinping, los valores de su política exterior y las cada vez más cercanas relaciones entre Europa y estos cuatro países han sido motivos más importantes para llevarles a mostrarse firmes frente a Rusia.

Es de esperar que este apoyo en temas de importancia para Europa continúe en un futuro. La cooperación para defenderse de los ciberataques provenientes de China, Corea del Norte o Rusia lleva años en marcha. Las fuerzas navales de Corea del Sur, Japón y Singapur llevan más de una década cooperando con la Operación Atalanta de la UE frente al Cuerno de África. Trabajar de manera conjunta para aislar a Rusia tras su invasión de Ucrania no es sino un paso más en materia de cooperación en temas de seguridad y defensa.

Es más, cada vez hay más países asiáticos que tienen como un objetivo estratégico la mejora de las relaciones con Europa en materia de seguridad. El desdén de Donald Trump hacia sus aliados fue un shock del que los líderes asiáticos todavía no se han recuperado. La posible vuelta de Trump a la presidencia estadounidense, o la posible elección de otro presidente igual de crítico con sus aliados, es una amenaza muy presente en el cálculo de los líderes asiáticos.

Y de igual manera que la UE, la OTAN y cada vez más países europeos consideran Asia y el Indo-Pacífico una región en la cual han de jugar un papel relevante, hay países asiáticos que ahora ya tienen la misma actitud hacia Europa. La invasión de Ucrania les ha llevado a pasar a la acción.

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