El jueves 11 de marzo de 2021 los astronautas arrojaron nada más y nada menos que 2,9 toneladas de basura desde la Estación Espacial Internacional. Baterías viejas que han pasado a ser basura espacial y, lo más curioso de todo, es que orbitará la Tierra entre dos y cuatro años. Luego, volverá a ingresar en la atmósfera.
Tal y como informa ‘Spacefligth Now’, la última nave de suministro HTV de Japón dejó la paleta externa en la Estación Espacial Internacional después de que entregara el portabaterías con seis baterías de iones de litio al laboratorio de investigaciones en mayo de 2020.
La portavoz de la NASA, Leah Cheshier, ha explicado a este medio que ha sido el objeto más grande en cuanto a masa que se ha lanzado desde la ISS. 2,9 toneladas,más del doble de la masa del tanque del Early Ammonia Servicing System que arrojó en 2007 Clay Anderson.
La pregunta que muchos se plantean teniendo en cuenta que la basura espacial orbitará la Tierra durante un largo periodo de tiempo es la de si existe riesgo alguno de que impacte con nuestro planeta. Fuentes de la NASA aseguran que no hay ninguna probabilidad de que algo así pueda suceder. En teoría la atmósfera calcinaría la basura espacial antes de que pudiera chocar contra la superficie terrestre, aunque hay quienes ponen esto en duda.
El astrónomo y escritor Phil Trenza, más conocido por el apodo de su blog, The Bad Astronomer, es uno de ellos. Fue uno de los miembros del equipo del Telescopio Espacial Hubble. Jonathan McDowell, astrofísico del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica, es otro de los expertos que tampoco están de acuerdo con arrojar basura al vacío desde la Estación Espacial Internacional.
Ahora bien, reconoce que los astronautas tampoco tenían muchas más opciones para deshacerse de las baterías. La única alternativa hubiera sido la de enviar una misión HTV en exclusiva, con el elevado coste económico que esto supone. Los HTV son vehículos de transferencia que en el pasado se enviaron a la ISS para recoger todos los desechos. Al volver a la Tierra se desintegraban nada más atravesar la atmósfera.
La Agencia Espacial Europea calcula que en estos momentos hay aproximadamente 34.000 objetos de más de 10 centímetros orbitando la Tierra. Ninguno de ellos tiene riesgo de impacto contra la superficie terrestre.
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