Al menos tres heridos, uno de ellos en estado crítico, dejó un ataque con cuchillo y a martillazos ocurrido este sábado en la estación ferroviaria de París-Lyon, en la capital francesa, en un incidente que, por el momento, no está siendo investigado como un ataque terrorista.
El presunto autor del ataque fue identificado como un maliense de 32 años procedente de Italia y en “situación legal” dentro de Francia.
Fuentes policiales indicaron que el sujeto “tiene un perfil que encaja con el de una persona sin hogar”, no presentó “indicios de extremismo religioso” y entre sus pertenencias se encontró “medicinas para el tratamiento” de enfermedades mentales.
El suceso, explicaron fuentes policiales al diario ‘Le Figaro’, comenzó en torno a las 07:35 cuando el detenido prendió fuego a su mochila en unas escaleras mecánicas del pabellón 3 del subterráneo de la estación.
Tras empujar a una mujer, el presunto autor sacó un cuchillo de sus pantalones y apuñaló a un anciano en el abdomen antes de golpear su cabeza con un martillo.
Esta víctima está en estado muy grave y su vida corre peligro, por lo que fue operado de urgencia.
Varias personas intervinieron inmediatamente para reducir al presunto agresor, entre ellos un agente de ferrocarriles.
Dos de estas personas resultaron heridas de carácter leve, en la mandíbula y la muñeca.
El incidente provocó la interrupción temporal del servicio, que ya ha sido restablecido en toda la estación.
Nivel de vigilancia antiterrorista
Francia elevó su nivel de vigilancia antiterrorista en octubre pasado tras el atentado yihadista contra un maestro en Arras, al norte del país, lo que se tradujo en un despliegue excepcional de fuerzas del orden, incluidos 7 mil militares suplementarios.
El pasado día 15 de enero las autoridades rebajaron el nivel de vigilancia, pero mantuvieron un amplio dispositivo en los lugares más sensibles, como estaciones de transporte, lugares de culto o escuelas.
Una alerta que se prevé que se mantenga hasta el inicio de los Juegos Olímpicos el 26 de julio próximo.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, afirmó entonces que había un elevado ambiente yihadista en la atmósfera ligado a la tensión internacional recrudecida por el conflicto en Oriente Medio. (Europa Press y EFE)
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