El jefe de la Liga Árabe condenó el martes los mortíferos ataques aéreos israelíes en la Franja de Gaza como “indiscriminados e irresponsables” y dijo que Israel había provocado una escalada de violencia anterior con sus acciones en Jerusalén.
“Las violaciones israelíes en Jerusalén, y la tolerancia del gobierno de los extremistas judíos hostiles a los palestinos y árabes, es lo que llevó al inicio de la situación de esta forma peligrosa”, dijo el jefe de la Liga Árabe, Ahmed AboulGheit, en un comunicado.
Los ataques en Gaza fueron una “miserable demostración de fuerza a expensas de la sangre de los niños”, dijo.
AboulGheit pidió a la comunidad internacional que actúe de inmediato para detener la violencia, diciendo que las continuas “provocaciones israelíes” eran una afrenta a los musulmanes en la víspera de la festividad de Eid al final del mes sagrado de Ramadán.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe celebrarán una reunión virtual el martes para discutir la situación en Jerusalén.
Mientras tanto, la Liga Mundial Musulmana ha condenado enérgicamente los ataques a la mezquita de Al-Aqsa, dijo en un comunicado.
La organización, emitida el martes, continuó diciendo que rechazó las escaladas contra los fieles.
Mohammed bin Abdul Karim Al-Issa, secretario general de la Liga Mundial Musulmana, denunció además todos los actos de violencia que socavan la dignidad y los derechos del pueblo palestino, además de provocar los sentimientos de los musulmanes en todo el mundo.
Al-Issa pidió a la comunidad internacional que ponga fin a la violencia, preserve los derechos del pueblo palestino, brinde la protección necesaria a los civiles, garantice su derecho a practicar su religión y detenga todas las violaciones y ataques.
También reiteró la afirmación del apoyo del pueblo palestino. Dijo que apoya todos los esfuerzos de paz para alcanzar una solución justa y completa al problema palestino.
También dijo que la solución debería permitir a los palestinos establecer su estado independiente en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como su capital, de acuerdo con las decisiones de legitimidad internacional y la Iniciativa de Paz Árabe.