INEGI no cuenta con un padrón de este grupo poblacional; hace cinco años se decretó el 25 de octubre como “Día Nacional de las Personas de Talla Baja.
Por Diana Manzo
La estatura parece no ser un impedimento cuando existe habilidad e inteligencia, no así para las personas de Talla Baja o Acondroplasia a las que ofensivamente se les llama “enanas o enanos”.
Kelly, Anabel, Liz, Liam, Mario Alanis y Oscar Pedro, son seis oaxaqueños que han aprendido a vivir excluidos en México, donde la inclusión aún es un sueño. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) no cuenta con un padrón de este grupo poblacional a pesar de que desde hace cuatro años (2014) se decretó el 25 de octubre como “Día Nacional de las Personas de Talla Baja”.
En el transporte público, en las oficinas gubernamentales, en los bancos y edificios públicos como escuelas, restaurantes y mercados del estado de Oaxaca no existe alguna adaptación para las personas que viven con talla baja. Al contrario, son ellos los que se han ido adaptado porque no les ha quedado de otra; las leyes tampoco están a su favor.
Kelly tiene 24 años y es abogada, su lucha por alcanzar sus sueños la ha realizado con el apoyo de su familia, pero su mayor anhelo es que las leyes federales y estatales se reformen para obtener inclusión integral y social.
“Sabemos que en el mes de marzo de este año se reformó el articulo 2 de la Ley Inclusión de Personas con Discapacidad donde se reconoce a la talla baja como una condición de discapacidad, pero en Oaxaca nuestra Ley de Atención a Personas con Discapacidad del Estado de Oaxaca, no se ha reformado el artículo 3 respectivamente, por lo que seguimos excluidos”, explicó.
Kelly mencionó que han tenido platicas con algunos diputados en materia legislativa para poder reformar el articulo 3 de la Ley de Atención a Personas con Discapacidad del Estado de Oaxaca, por lo que esperan pronto sea una realidad, pero aclaró que no han tenido acceso es a los programas de desarrollo social para personas que viven con alguna discapacidad, por ejemplo en el reciente programa federal que encabeza la Secretaría de Bienestar, no los incluyen a pesar de que muchos de ellos requieren de una silla de ruedas, muletas o un bastón para moverse.