El sexo es uno de los mayores placeres de la vida. El cuerpo, tanto si eres hombre como mujer, cambia durante ese periodo de tiempo, variable según la persona. Pero hay algo que no cambia: la sensación placentera de un orgasmo. Cuando llegas a ese momento de climax, lo habitual es sentir una subida de la temperatura corporal y una aceleración del pulso. Pero hay otra parte del cuerpo mucho más importante que también cambia: el cerebro.
Es imposible saber o sentir lo que siente el cerebro durante un orgasmo, pero investigadores de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, han realizado una investigación para descubrirlo. Para ello han utilizado un escáner de resonancia magnética, donde se pueden apreciar cómo la actividad del cerebro se descontrola. El estudio se realizó en 11 mujeres de diferentes edades mientras se estimulaban durante la prueba.
¿Qué es un orgasmo?
Las imágenes revelan que se produce un aumento en zonas diferentes de la corteza sensorial en los casos de estimulación del cérvix, el clítoris y la vagina. Lo sorprendente fue que, al estimular los pezones, se encendían tanto las regiones del tórax como las de los genitales. Es decir, que a través de los senos se puede llegar al orgasmo femenino.
El orgasmo no es solo cuestión de una parte del cuerpo, sino que influyen varias en distintos niveles del cerebro. La descripción del orgasmo es la culminación del placer sexual o el éxtasis máximo que se puede alcanzar.
Al producirse, el sistema nervioso y el cerebro juegan un papel muy importante para transmitir esa sensación tan placentera. La zona de los genitales es la más importante y la que concentra más nervios que puedan inducir al orgasmo. Pero no es el mismo tipo. Por ello hay mujeres que tienen diferentes sensaciones según sea por penetración o estimulación del clítoris. Mientras que otras partes del cuerpo, como los pezones o incluso las orejas, también puede llegar a provocarlo.
Source link