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Ayuso busca rebajar la tensión con Casado: “Pablo, tengo claro dónde está mi sitio y es en Madrid”

Parecía saberse la estrella y, por eso, apareció la última, haciéndose esperar. Su entrada este sábado, pasado el mediodía, no defraudó las expectativas (que eran muchas). Isabel Díaz Ayuso bajó del coche negro en el Palau de las Artes y las Ciencias de Valencia, donde se celebra la convención nacional del PP, vestida con impoluto pantalón blanco y chaleco negro, y un grupo de militantes populares se arrancó en aplausos y vítores de “¡presidenta, presidenta!”. El grupo la rodeó y no paró de arengarla hasta que la líder madrileña recorrió los 50 metros que separaban las escalinatas del Palau de la puerta de entrada, como si fuera una estrella de rock. Ayuso sonreía satisfecha, pero no dijo nada. Se reservaba para poco después. La presidenta de la Comunidad de Madrid fue la más aplaudida y vitoreada de cuantos dirigentes del partido aparecieron por la convención nacional. Su irrupción en el cónclave diseñado para ensalzar el liderazgo de Pablo Casado fue todavía más impactante de lo previsto. Ayuso eclipsó toda la jornada con una declaración de intenciones delante de todas las fuerzas vivas del PP. “Hoy te quiero decir, Pablo, delante de tu mujer y de la gente que más te quiere”, se arrancó la líder madrileña consciente de que iba a acaparar los titulares, “te quiero dejar claro que tengo meridianamente claro dónde está mi sitio. Y sé que mi sitio es Madrid”.

Fernández Mañueco, Ayuso, Casado y Feijoó, durante la convención del PP celebrada en Valencia, este sábado. Mònica Torres

Para sorpresa de todos, Ayuso se autodescartó para disputar el liderazgo a Casado delante del líder del PP y de todos los principales dirigentes del partido. “Mi meta es Madrid”, enfatizó la presidenta madrileña desde el escenario en el que el PP había reunido a todos los barones para una charla conjunta. “Daré lo mejor porque necesitamos que tú llegues a ser el presidente del Gobierno”, subrayó Ayuso en un mensaje que dejó mudo a todo el auditorio, que pareció contener el aliento mientras hablaba. Después, cuando Ayuso ya había terminado, los 1.500 asistentes irrumpieron en un aplauso, incluido el líder, a quien se le adivinaba una sonrisa que parecía de alivio debajo de la mascarilla.

La presidenta de Madrid llevaba el mensaje muy pensado, según fuentes de su entorno. Quería transmitir su lealtad a Casado y dejarle claro que no tiene intención de moverle la silla. Ayuso repasó distintos momentos de su historia política conjunta ―el líder del PP y la dirigente madrileña se conocieron hace casi 18 años en la organización juvenil del PP― y recordó que siempre estuvo a su lado. Como cuando Casado accedió a la presidencia de Nuevas Generaciones de Madrid o cuando se convirtió en vicesecretario de Comunicación del PP y portavoz. “No dudé en estar con él”, rememoró Ayuso. La líder madrileña se saltó el guion para esa muestra de lealtad inesperada a Casado. “Mi proyecto siempre ha sido el tuyo”, le dijo también.

El mensaje no pudo ser más contundente. Pero, al mismo tiempo, al descartarse para disputar a Casado el liderazgo, Ayuso estaba revelando que el conflicto por el PP de Madrid había adquirido ya tintes de pugna nacional, y convulsionó la convención ideada para mayor gloria del líder. A la vez, la presidenta madrileña dejó claro en su calculado mensaje que no renuncia a sus aspiraciones de liderar el partido en Madrid. “El 4 de mayo generó una ola de ilusión que debemos aprovechar. Gobierno y partido tienen que ir de la mano”, subrayó. Es decir: Ayuso ofrece lealtad a Casado, le asegura que no le disputará la presidencia del PP y a cambio le pide que la deje presidir el PP de Madrid. En resumen, le pide que se fíe de ella. Que lo hiciera así, en esa puesta en escena, delante de todo el PP y con las cámaras retransmitiendo en directo, revela también cómo de enquistado estaba el conflicto de puertas adentro. Ayuso tuvo que proclamar con luz y taquígrafos que su intención ―al menos de momento― no es presidir el PP.

El auditorio del palau aguardó con mucha tensión las palabras de Ayuso, que no han sentado bien en la dirección nacional. Después de ella, los barones tomaron de nuevo la palabra, y solo el presidente de Murcia, Fernando López Miras, se atrevió a romper el hielo con una broma sobre lo que acababa de suceder. “Querido presidente: ¡Yo también me quedo en Murcia!”, ironizó López Miras, descartándose también para disputar el trono del PP. “¡Es broma!”

La formación se conjuró para ofrecer una imagen de unidad en la primera jornada del cierre de la convención nacional. Casado consiguió la foto conjunta con todos los barones, incluida Ayuso, encima del escenario, aunque los gestos de su saludo con ella fueron fríos y se percibió la tensión entre ellos. Los mensajes de los barones ayudaron a Casado en su objetivo, con llamamientos a evitar la división y con mensajes que trataban de aparentar normalidad. Uno de los más claros fue el barón gallego, Alberto Núñez Feijóo, si acaso el presidente autonómico con mayor ascendencia en el PP. “Este es un partido leal, no es un partido de zancadillas o de codazos”, dijo en lo que parecía un aviso a navegantes. Las apelaciones a evitar la desunión fueron constantes entre los presidentes autonómicos. “El PP siempre llega más lejos estando unidos. Todos vamos a meter el hombro. El objetivo fundamental es desalojar a Sánchez de La Moncloa”, añadió en la misma línea que su colega, el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla. El dirigente andaluz dejó el mensaje que el PP quiere transmitir hoy: “La única alternativa es Pablo Casado. Ayuso en absoluto puede eclipsar el liderazgo de Casado. Pablo es la referencia de nuestro proyecto político. Todos contribuimos a un proyecto común”.

Señal: PP

La presidenta madrileña rivaliza con la dirección nacional por el poder del PP de Madrid. Ella quiere presidir el partido, igual que el resto de presidentes autonómicos, pero Génova recela, y el conflicto adquirió pronto tintes ya de pulso nacional. Madrid no es cualquier plaza. Es la circunscripción por la que se presenta Casado a las elecciones. Ayuso se lanzó a la batalla al hacer público que quiere liderar el PP madrileño y no solo eso, al reclamar que el congreso regional se celebre cuanto antes. Casado no lo ve y dejó claro que el congreso se celebrará cuando toca, esto es, en primavera del año que viene. La pugna de Ayuso provocó un enorme enfado en el entorno de Casado y algunas fuentes dicen que la relación entre los dos líderes, que han sido amigos y compañeros desde hace 18 años, está muy tocada.

Isabel Díaz Ayuso junto a simpatizantes del PP, este sábado en Valencia. Mònica Torres

Ayuso reaparecía este sábado después de su viaje a EE UU y de haber dejado la silla vacía cuando la convención, que ha sido itinerante esta semana, pasó por Madrid. El cierre de filas se trata de una “tregua”, reconocen algunos dirigentes del PP de Madrid. Cuando termine la convención, el gran evento que el PP ha diseñado para proyectar el liderazgo de Casado, las mismas fuentes avisan de que Ayuso volverá a plantear lo que cree que le corresponde por derecho: la presidencia del PP de Madrid. En la batalla orgánica en ciernes, Ayuso tiene apoyos. El exministro José Manuel García Margallo, miembro de la dirección, confesó a su llegada a la convención su respaldo a la líder madrileña. ¿Debe presidir Ayuso el PP de Madrid? “A mi juicio, sí”, contestó Margallo a los periodistas.

La presidenta madrileña es el principal desafío al liderazgo de Casado, aunque ella asegure en público ―como hoy― y en privado que esa es una guerra que no quiere librar. Sin embargo, el elefante en la habitación, según reconocen algunas fuentes de la dirección, es si Ayuso puede ser mejor candidata para ganar a Pedro Sánchez que Pablo Casado. Este sábado, el PP se conjuró para demostrar lo contrario: que Casado es el líder indiscutible del PP, que será el candidato en las próximas elecciones generales y que tiene al partido alineado detrás. “Cuando la tormenta está encima, solo los grandes líderes saben leer lo que hay detrás”, agasajó a Casado el secretario general, Teodoro García Egea, en su discurso en la convención.

El número dos del PP se detuvo en reivindicar el liderazgo de Casado. El secretario general pronunció su discurso con una moderna escenografía, de pie frente a gran pantalla, al estilo de las presentaciones de Apple. “Tú eres un luchador”, le dijo García Egea al presidente del partido, “eres un creador de líderes, una persona leal”. “Hace tres años no hubiéramos podido celebrar esta convención”, añadió, antes de proclamar que Casado ha devuelto al partido a la primera línea, tras la travesía del desierto que la formación conservadora vivió con una “injusta” moción de censura que lo expulsó del poder en 2018 por corrupción. “¡Eres el artífice de traer de vuelta al PP! ¡Has traído de vuelta al partido y contigo llevaremos España a lo más alto!”, clamó la mano derecha del líder popular. A García Egea le correspondía representar a la dirección este sábado, porque Casado reserva su discurso para el broche de la cita, mañana domingo en la plaza de toros de Valencia, que el PP confía en llenar con más de 8.000 militantes. El secretario general del PP también apeló a la unidad: “Hay que unir para ganar, ganar para gobernar y gobernar para ofrecer un proyecto de futuro”. Ayuso acató la consigna, pero a su manera.


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