“Los partidos de oposición y los que todavía no se forjan como tales ya no saben qué hacer contra Morena y la Cuarta Transformación”, destaca Excélsior.
“Templo Mayor”, en Reforma:
“De qué tamaño es el pleito entre Emilio Azcárraga Jean y Miguel Alemán Magnani que quien está intentando mediar… ¡es el presidente de la República! La disputa entre ambos grupos empresariales ha prendido las alarmas en Palacio Nacional, de ahí el intento de conciliar entre ellos. Tanto Alemán Magnani como Bernardo Gómez, copresidente de Televisa, forman parte del consejo asesor del gobierno federal y traen un pleitazo judicial por la fallida compra de Radiópolis, lo que llevó inclusive a que le congelaran varias cuentas al primero. Algo debe andar muy mal cuando quien se ofrece como pacificador es el mismísimo polarizador en jefe, Andrés Manuel López Obrador. Haba que ver si le funciona la estrategia de “negocios, no trancazos”.
“Bajo Reserva”, en El Universal:
“Nada tiene de malo que dos profesionales de la política departan en una comida. Sin embargo, si esos dos profesionales eligen para ese encuentro un lugar público en momentos en que el timing favorece a sus adversarios, podría ser leído como un error político, o como una señal, como la intención de mandar un mensaje. Es el caso de que ayer el expresidente Felipe Calderón y el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, decidieron compartir las pastas y los cortes de carne en un concurrido restaurante del sur de la ciudad. Don Felipe es quizá hoy por hoy el principal opositor real a muchas de las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues su voz es más escuchada que la de cualquiera de los presidentes de los partidos opositores, y el propio AMLO le ha dedicado mucho tiempo de críticas. Don Lorenzo, un árbitro electoral contra el que la 4T ha emprendido una ofensiva que va desde debilitar financieramente al INE, hasta buscar su cabeza y sacarlo de la presidencia de manera adelantada. Así que se podrá imaginar que la plática en la mesa no fue sobre comida Italo-Argentina, ni de buenos vinos, quizá hubo otro temita de conversación entre ambos políticos. La pregunta es: ¿Descuido o mensaje?”.
“Frentes Políticos” en Excélsior:
“Los partidos de oposición y los que todavía no se forjan como tales ya no saben qué hacer contra Morena y la Cuarta Transformación. Ángel Ávila, dirigente nacional de la Dirección Extraordinaria del PRD, manifestó que los mexicanos no tienen que acostumbrarse a la violencia ni a la pobreza, por lo que el mayor reto será lograr la unidad de todos los ciudadanos. Para ello, el Partido Humanista y Futuro 21 firmaron un acuerdo para luchar y enfrentar al actual gobierno, “que no da resultados”. Luciano Jimeno, dirigente del Partido Humanista, resaltó que esta unión es con la intención de aportar la experiencia y la visión humanista para construir un México más democrático y representativo. La intención es buena, pero ya en serio, ¿qué le ofrecen al país?, ¿lo tienen claro?”.
“Estrictamente personal” de Raymundo Riva Palacio en El Financiero:
“El humor social de los mexicanos se ha venido agriando con los años. Desde que se comenzó a medir en los 90, los presidentes Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, que vivieron magnicidios, levantamientos armados y una profunda crisis económica, experimentaron molestia con los gobernados, pero nunca llegaron a estar en niveles negativos. Vicente Fox fue una bomba y, al tomar posesión, ocho de cada 10 mexicanos lo apoyaban. Decepcionó rápidamente, pero no se colapsó. Felipe Calderón se mantuvo en la franja positiva hasta que lo arrastró la crisis financiera global de 2008-2009, que por primera vez llevó a un presidente a niveles negativos. Enrique Peña Nieto asumió el poder con la molestia acumulada, y su mejor momento en el humor social, fue el peor que tuvo Calderón.
Andrés Manuel López Obrador recogió y su victoria electoral fue un día de campo. Obtuvo un histórico 53% del voto, aunque insuficiente para lograr realineamiento un político e ideológico a su favor”.
“Trascendió” en Milenio:
“Ahora los que se pusieron a jugar a las vencidas son Mario Delgado y Pablo Gómez, pues ante los reclamos de senadores porque se les homologó el sueldo con diputados, con lo que a partir del 1 de enero van a ganar 74 mil 548 pesos, el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados dejó abierta la posibilidad de corregirlo. Expuso que hay errores justo en ese anexo del Presupuesto 2020, contrario a lo declarado por el líder del 68, quien ya había confirmado el recorte y argumentado que se actuó conforme a la Constitución”.