Azerbaiyán toma el control de una ciudad estratégica del Alto Karabaj


Azerbaiyán ha tomado el control de Shushá, una ciudad estratégica para el control del Alto Karabaj. En lo que puede marcar un punto clave en la sangrienta escalada bélica que cumple seis semanas, las fuerzas azerbaiyanas se acercan a Stepanakert, considerada capital de facto del enclave en disputa. Soldados de Bakú libran intensos combates contra fuerzas karabajíes y de Ereván en los alrededores de la ciudad, de donde han huido la mayoría de los civiles. En otro capítulo que podría suponer un giro en el conflicto, Rusia ha informado este lunes que uno de sus helicópteros de combate, un MI-24, ha sido derribado con un misil en Armenia fuera de la zona de combate, no lejos de la frontera con Azerbaiyán, cuando acompañaba a un convoy a una base militar que Rusia opera en la ciudad armenia de Gyumri, según el Ministerio de Defensa ruso. Bakú ha reconocido que ha disparado contra la aeronave militar rusa y lo considera un accidente debido a la “tensa situación en la región”. Dos de los ocupantes del helicóptero han muerto y el tercero está herido.

Ya el domingo, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, anunció que su Ejército se había hecho con el control de Shushá (Shushí para los armenios), aunque los armenios lo negaron y la batalla por el control de la ciudad continuó. Hasta este lunes, cuando las autoridades de Nagorno Karabaj han anunciado la pérdida de Shushá. La ciudad, a 11 kilómetros de Stepanakert rodeada de acantilados y a lo largo de la carretera principal que conecta el enclave con Armenia, es no solo culturalmente muy simbólica tanto para los azerbaiyanos como los armenios sino también militarmente muy valiosa por su orografía.

“Sigue una cadena de desgracias y la ciudad de Shushi ya no está bajo nuestro control. Deberíamos mantenernos unidos, ya que el enemigo está cerca de Stepanakert”, ha escrito en Facebook Vahram Poghosyan, portavoz del líder del enclave, reconocido como parte de Azerbaiyán por la comunidad internacional pero poblado y controlado por armenios —con reclamos de autodeterminación— respaldados por Ereván. El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha recalcado que no dan Shushá por perdida y que la batalla continúa. Mientras la batalla se calienta en el enclave del Cáucaso sur, casi una veintena de partidos de la oposición armenia han pedido la renuncia de Pashinián, a quien culpan de los problemas “político-militares” del país.

Tras el fracaso de tres acuerdos de alto el fuego negociados internacionalmente desde que estalló esta última escalada en un conflicto que dura ya tres décadas, las esperanzas para lograr una solución diplomática se desvanecen. Reafirmado por el apoyo clave de Turquía —no solo diplomático sino también con la financiación, por ejemplo, de mercenarios, según varios servicios de inteligencia—, Azerbaiyán recalca que no parará hasta recuperar el control total del enclave que perdió en la guerra de los años noventa en la que murieron unas 30.000 personas.

Desde el inicio de esta última escalada en este largo conflicto han muerto unas 5.000 personas entre los dos bandos, según datos que maneja el presidente ruso, Vladímir Putin. El 90% de los civiles del Alto Karabaj (antes de esta escalada poblado por unas 150.000 personas) han abandonado sus hogares y se han desplazado a Armenia o a otros puntos más seguros del enclave. Rusia, que trata de mantener su hegemónica influencia en el Cáucaso frente al empuje de Turquía, tiene muy buenas relaciones con Azerbaiyán y un pacto de defensa con Armenia, pero ha recalcado que Nagorno Karabaj no entra dentro de su territorio.

El derribo con un misil azerbaiyano del helicóptero ruso sobre el espacio aéreo armenio, en las cercanías de Yerasj, en el suroeste de Armenia, cerca del enclave azerbaiyano de Najicheván, podría desencadenar algún tipo de participación más activa de Rusia. Bakú ha pedido disculpas a Moscú por el derribo y ha dicho que están dispuestos a pagar las indemnizaciones correspondientes. “A la luz de la tensa situación en la región y la mayor preparación para el combate en relación con posibles provocaciones del lado armenio, el equipo de combate de guardia tomó la decisión de abrir fuego para matar”, dice el Ministerio de Exteriores de Azerbaiyán en un comunicado. “La parte azerbaiyana se disculpa con la parte rusa en relación con este trágico incidente, que tiene la naturaleza de un accidente y no fue dirigido contra la parte rusa”, añaden.

Analsitas com Dmitri Trenin, del think tank Carnegie en Moscú, observan muy de cerca la toma de Shushá. La guerra está llegando a un “punto decisivo”, dijo Trenin. “Rusia y Turquía están ultimando modalidades de alto el fuego, retirada armenia, corredores y fuerzas de paz. Se está sellando un nuevo orden regional”, escribió en Twitter.


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