Badosa celebra su triunfo contra Fernandez, este miércoles en Indian Wells.Mark J. Terrill (AP)
Leylah Fernández, una especie de hormiga atómica que centellea por toda la pista y lo devuelve prácticamente todo, suponía una verdadera prueba de nivel. Y Paula Badosa, inspirada en Indian Wells como en ningún otro lugar, superó el examen con nota y en línea ascendente, instalada ya en los cuartos de final (doble 6-4, tras 1h 42m) y cada vez más cerca de esa Badosa que el curso pasado hizo historia en el desierto californiano. Entonces, se convirtió en la primera mujer española en coronarse en el Valle de Coachella, tras los intentos frustrados de la aragonesa Conchita Martínez en las finales de 1992 y 1996.
Ahora, con una secuencia de nueve triunfos consecutivos —los seis de 2021 y tres más en esta edición; Naomi Osaka fue la última en conseguirlo en el torneo, de 2018 a 2019— y el nivel ofrecido ante la joven canadiense, Badosa se postula a revalidar el título; un éxito doble que hasta hoy solo ha sido capaz de lograr la laureadísima Martina Navratilova, campeona en 1990 y 1991.
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”¿No se podría celebrar cada semana un torneo aquí?”, bromeó la ganadora, que después de dos muestras de oficio en los dos primeros compromisos (Tereza Martincova y Sara Sorribes) desplegó las alas y envió una señal definitiva en dirección a la antepenúltima ronda: cuenten con ella. Firme e incisiva cuando lo demandó un partido bien exigente, el tenis de Badosa entró definitivamente en calor. Cogió temperatura y rindió a una rival correosa, veloz y astuta que a sus 19 años (21ª en el ranking) ya puede presumir de haber sido finalista del US Open. El duelo demandaba un plus, y la catalana lo dio.
”He ido día a día a más”, precisó en la sala de conferencias. “Los primeros días fueron difíciles por la presión y porque no jugué bien en Dubái [primera ronda] ni Doha [segunda]. Tuve malas sensaciones y me costó, por eso ganar el primer partido [frente a Martincova] fue muy importante para mí. Lo celebré como si hubiera ganado el trofeo, así que ahora estoy muy feliz de estar donde estoy”, agregó Badosa, que no ha cedido ningún set hasta ahora y redujo con autoridad a Fernández.
Opción de podio
Se adueñó del centro de la pista, impuso servicio (79% de acierto con los primeros) y repelió con solidez en la fase defensa (cinco negativas en las seis opciones de rotura concedidas) para ganarse la cita con la checa Veronika Kudermetova (7-6(5), 6-7(5) y 7-5 a Marketa Vondrousova). Badosa, de 24 años y séptima en el listado mundial, sobrevuela la zona caliente del torneo y levanta de nuevo la mano. “Es fantástico estar de vuelta en los cuartos”, afirmó; “este es uno de mis torneos favoritos, quizá el favorito; lo siento por Madrid, pero este sitio tiene un lugar especial en mi corazón”.
El pasado 8 de noviembre, la española ingresó por primera vez entre las diez mejores del circuito. Instalada en una posición de privilegio, estos días tiene la posibilidad de ascender al segundo escalón del podio, que actualmente defiende la checa Barbora Krejcikova. También aspiran al salto la polaca Iga Swiatek, que esta madrugada se mide a Madison Keys, y la griega Maria Sakkari, citada este jueves con Elena Rybakina por una plaza en las semifinales. El duelo que completa los cuartos lo protagonizarán Simona Halep y Petra Martic.
“Sigo siendo muy emocional, puedo enfadarme, pero ahora no pierdo el foco de los partidos”, cuenta la catalana, que encontrará un desafío considerable en Kudermetova: las tres veces que ella y la rusa (24ª del mundo, 24 años) se retaron, su rival se llevó el gato al agua. Sucedió, precisamente, en los cuartos de Indian Wells 2019 y dos veces el curso pasado, en Abu Dabi (dieciseisavos) y Charleston (semifinales).
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