De acuerdo con la calificadora, es probable que Brasil y México, las dos mayores economías de la región, crezcan en torno a 1.0 por ciento en 2019.
Una reducción en la confianza de los inversionistas en México ha contribuido a la desaceleración económica tras un cambio de gobierno a finales del año pasado, afirma S&P Global Ratings.
En su reporte “Tendencias de calificaciones soberanas de América-2019”, señala que los desafíos políticos locales pesan más que los factores externos en las calificaciones soberanas de la región, incluidos países grandes como Brasil, México y Argentina.
Es probable que Brasil y México, las dos mayores economías de la región, crezcan en torno a 1.0 por ciento en 2019; y que Argentina sufra una contracción de 1.6 por ciento, luego de contraerse 2.5 por ciento el año pasado, agrega.
La calificadora internacional de riesgo crediticio apunta que de manera similar a Brasil, México realiza cambios sustanciales en su política económica tras la elección del presidente de izquierda Andrés Manuel López Obrador.
Al contrario del presidente brasileño Jair Bolsonaro, refiere que López Obrador favorece un rol económico más grande para el Estado y las empresas del sector público, además de que su partido político tiene la mayoría en ambas cámaras del Congreso y controla la mayoría de congresos estatales, lo que facilita la aprobación de leyes.
La agencia evaluadora menciona que López Obrador ha cambiado la política de gobierno para reducir el rol del sector privado en el sector energético, lo que añade carga a la ya endeudada empresa del gobierno, Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Eso, junto con otros desarrollos (como la decisión del gobierno de cancelar un proyecto del nuevo aeropuerto en Ciudad de México) ha perjudicado la confianza de los inversionistas y ha contribuido a desacelerar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)”, afirma.
El impacto negativo de los factores locales ha pesado más que las condiciones externas favorables de México, como el rápido crecimiento del PIB de Estados Unidos, un pico récord de ingresos de remesas, y las aún bajas tasas globales de interés, señala.
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De ahí que anticipa que el desarrollo de los acontecimientos en el segundo semestre de 2019, incluida la mayor claridad acerca de los planes de negocio de Pemex y el presupuesto fiscal para 2020, indicarán si las finanzas públicas de México se estabilizarán o debilitarán.
Esto, debido a déficits fiscales mayores que los esperados, una caída potencial en la tendencia de crecimiento del PIB, o un aumento en los pasivos contingentes de Pemex, menciona S&P Global Ratings.