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Baleares y Valencia se alían para exigir un cambio del sistema de financiación que incluya a la población flotante

El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, y la presidenta balear, Francina Armengol, aplauden tras finalizar la cumbre en la Llotja de Palma de Mallorca.
El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, y la presidenta balear, Francina Armengol, aplauden tras finalizar la cumbre en la Llotja de Palma de Mallorca.Isaac Buj / Europa Press

La primera cumbre entre Baleares y la Comunidad Valenciana se ha cerrado este martes en Palma de Mallorca con una alianza para reclamar un nuevo sistema de financiación autonómico al Gobierno de España. El acuerdo contempla que el modelo dote de peso a la población flotante (o superpoblación estacional) a la hora de designar recursos, como pretendía el Gobierno presidido por Francina Armengol, y también a la población real ajustada, como reclama la Generalitat, presidida por Ximo Puig, para dejar de ser la autonomía con peor financiación. Ambos dirigentes socialistas están de acuerdo en que el sistema debe continuar intentando paliar los efectos de la despoblación, como hasta ahora, pero inciden en la necesidad de que se introduzcan otros criterios y, sobre todo, que se actualice el actual sistema que expiró en 2014. El Gobierno, de momento, da largas por falta de consenso entre las comunidades autónomas y con el principal partido de la oposición, el PP.

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La Comunidad Valenciana, con cinco millones de habitantes, recibe un 9% menos de recursos per cápita que la media española, según los datos de Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada). Es la última autonomía del régimen común (que no incluye al País Vasco y a Navarra) y la novena en recibir recursos del Gobierno. Baleares (1,2 millones de habitantes) está prácticamente en la media española de recursos per cápita, desde que entró en vigor el modelo de 2009, según fuentes del gobierno balear, que recuerdan que es la segunda autonomía en aportar fondos y la novena en recibir. Con el modelo de 2002, Baleares recibía un 21% menos que la media, de acuerdo con las mismas fuentes.

Armengol y Puig han criticado la propuesta de Pablo Casado, presidente del PP, de volver al sistema de 2002, cuando gobernaba José María Aznar, y han coincidido también en reclamar una “España de Españas”, plural, alejada de la centralidad y del centralismo, que proporcione los recursos a las autonomías. Ambos han evidenciado en esta cumbre de dos días que ha reunido a representantes del mundo económico, social, universitario y cultural, una gran afinidad personal y política.

En la antigua lonja de Palma, de características góticas muy similares a la de Valencia, Armengol ha afirmado: “La Comunidad Valenciana y Baleares han dicho con total rotundidad que queremos ser escuchadas”. Puig ha defendido que estos “territorios gemelos” están en la “periferia central”, en el “centro de la España de Españas”. La Comunidad Valenciana pide que se atienda al dictamen del comité de expertos convocados por Cristóbal Montoro en 2017. Este proponía una inyección de 16.000 millones al sistema para que nadie saliera perdiendo. Ahora, la Generalitat valenciana reclama dar continuidad a las aportaciones que, con motivo de la pandemia de coronavirus, ha realizado el Gobierno, de 16.000 millones en 2020 y 13.000 millones este año.

La cumbre se ha saldado con un documento de conclusiones y acuerdos entre ambas partes que incluyen cuatro candidaturas conjuntas a proyectos europeos; la puesta en marcha de proyectos turísticos conjuntos; el impulso a la economía azul, la reclamación del cambio de la ley de Extranjería para mejorar la acogida de menores y la conexión de las Islas Baleares con el Corredor Mediterráneo.

Además, ambas autonomías liderarán un proyecto que ya tiene aprobados los fondos europeos: el programa de Astrofísica y Física de Altas Energías, dotado con 34 millones. Las otras cuatro candidaturas conjuntas tratan temáticas como el hidrógeno verde, la movilidad marítima y portuaria, la salud y el envejecimiento activo y la sostenibilidad del Eje València-Palma en el marco del Corredor Mediterráneo.

Durante su discurso, Puig ha remarcado que España tiene “7.526 kilómetros de perímetro costero”, mientras que el de la M-30, “en cambio, solo tiene 32 kilómetros”. “7.500 frente a 32. Por tanto, ¿qué es periferia y qué es centro?”, se ha preguntado. El socialista de Morella ha remarcado que España es diversa y que necesita atender retos territoriales como “la despoblación, la superpoblación estacional, la insularidad, la periferia y la invisibilidad”. Frente a esto, el “puente Jaume I” une “dos territorios imprescindibles para la convivencia, la prosperidad y el futuro de España”, por lo que han reivindicado conjuntamente la “consideración que merecen” ambos territorios así como “visibilizar que la periferia está en el corazón de la España real”.

Armengol ha apuntado que la cumbre finaliza con “dos certezas”: “comprobar todo lo que conecta ambas regiones y mejorarlo con proyectos de futuro”, así como “la seguridad de que habrá más encuentros”. De hecho, ya se ha anunciado la próxima cumbre en el verano del 2022 en la Comunidad Valenciana, separada 90 kilómetros de Baleares (la distancia entre Xàbia y Es Vedrà, Ibiza). Se ha referido a la necesidad de una financiación “que permita desplegar los servicios públicos” a los que se han comprometido las comunidades y ha pedido que el reto demográfico se aborde “en todas sus vertientes” y que se sigan descentralizando y fortaleciendo los servicios públicos.


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