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Bartomeu y su mano derecha usaron La Masia para camuflar el ‘Barçagate’

El escudo del FC Barcelona preside las puertas de la vieja residencia de jugadores de La Masia.Reuters Staff / Reuters

El FC Barcelona presidido por Josep Maria Bartomeu, con Jaume Masferrer como hombre de confianza en tanto que asesor presidencial, pagó más de dos millones de euros a la empresa Nicestream por una serie de servicios que van más allá de una simple monitorización de las redes sociales. Así lo cree la policía autonómica catalana y detallan en su atestado (al que ha tenido acceso EL PAÍS) los Mossos d’Esquadra, que han invertido meses en la investigación del caso conocido como Barçagate, que culminó con la detención el pasado lunes de Bartomeu y otras tres personas de su confianza, entre ellas Masferrer. Esos dos millones se simularon, al menos en parte, como gastos de distintos departamentos del club, por ejemplo de La Masia, cuyos responsables admiten haber visto partidas por valor de 384.000 euros en total para servicios que nunca habían pedido.

En el informe elaborado por los Mossos tras los registros e interrogatorios sobre el Barçagate, los agentes concluyen que el total de dinero abonado a Nicestream entre 2017 y 2020 —que incluye el “uso particular” de los servicios junto a una “monitorización” de redes a favor del club— asciende a 2,3 millones de euros. Parte de esos 2,3 millones se fueron colando, desglosados en diferentes partidas para evitar el control financiero del propio club, en los presupuestos de los distintos departamentos del club azulgrana por unos servicios que, en la mayoría de los casos, nunca llegaron a realizarse, según advierten los propios trabajadores de la entidad, interrogados en calidad de testigos.

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Así lo explicó a los Mossos, por ejemplo, Xavier Martín, a quien Bartomeu fichó en febrero de 2019 como director de La Masia, la escuela de formación de futbolistas azulgrana. Un año después de su llegada detectó una serie de gastos irregulares al preparar una reunión “para valorar el trabajo hecho durante su primer año en la dirección de La Masia”. Según el informe, Martin descubrió que se había añadido una partida al presupuesto que él gestionaba de 192.000€ fraccionados en 16.500€ al mes. Ese dinero estaba “destinado a la reputación digital de La Masia y se ingresaba a la sociedad Tantrasoft”. Posteriormente descubrió que el responsable de esta empresa era el mismo que el de I3 Ventures, Carlos Ibáñez, socio fundador, asimismo, de Nicestream.

Martin supo entonces que esos gastos ya se habían cargado a cuenta de La Masia el año anterior. Se lo explicó X. A., con quien trabajaba, que además le contó que había pedido explicaciones al departamento de finanzas del club, pero nunca obtuvo respuesta. A Martin, sigue el atestado, “por su experiencia profesional en el ámbito de la comunicación y el marketing (…) le sorprendió no conocer a esta sociedad [Tantrasoft], además no sabía ni entendía qué tipo de trabajo podía haber hecho para el club”. Por todo ello, pidió explicaciones primero a Óscar Grau, consejero delegado y uno de los detenidos el lunes, y luego a Masferrer y Bartomeu. El presidente, afirma el interrogado, no supo darle explicaciones. Fue a los pocos días cuando la cadena SER destapaba las primeras informaciones en torno al Barçagate.

Y hoy Martin declara que Tantrasoft “no ha hecho ningún trabajo de marketing o comunicación para La Masia y que no ha visto ningún informe de los que presuntamente se pagaron por los trabajos relacionados con esta”. Añade, además, que el dinero pagado por esos trabajos está “totalmente fuera de mercado”, que, además, “hay empresas en Cataluña que perfectamente podrían haber hecho ese trabajo. No era necesario buscar una empresa extranjera”.

Otro de los entrevistados por los Mossos, Francisco José Joaquín Schroeder, director financiero, detalla cómo supo de los contratos del Barcelona con Nicestream a través del director general de la oficina del club en Hong Kong, “que le pidió consejo sobre un contrato que le habían propuesto, que se tenía que firmar desde la oficina de Hong Kong, pero que era para contratar servicios ordinarios del Barcelona que no tenían ninguna relación con su oficina”. Pese a tener conocimiento de ello, Schroeder declara no haber visto nunca los informes elaborados por Nicestream, “cuya distribución era muy restringida y de la que se encargaba sobre todo el señor Masferrer”.

Algo similar deja constar Jordi Sin Santos, jefe de seguridad del FC Barcelona, que explica a los Mossos que vio una partida presupuestaria de su área para la empresa Futuric [supuestamente otra de las filiales de Nicestream], aunque desconocía a qué se dedicaba y él no había solicitado sus servicios. Cuando preguntó a su responsable de finanzas, este le dijo “que eso venía impuesto desde arriba y que no se podía tocar”.

Todos los testigos, concluyen los agentes de la unidad de blanqueo de capitales, coinciden en que “se trataba de un trabajo propuesto por el señor Masferrer, que reportaba directamente a presidencia”, esto es, a Bartomeu. Además, señala el auto, ninguna de las áreas había solicitado este tipo de servicios, que “en muchos casos les venía impuesto sin que pudieran decidir sobre ello; tampoco eran servicios utilizados por sus departamentos”.


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