IBI, España – Como cada año desde la época romana, el viernes se llevó a cabo una guerra por el control del pueblo español de Ibi: en una lucha descontrolada, miles de participantes se arrojan huevos podridos, paquetes de harina y pirotecnia.
Es el confuso mundo de los “Enharinados” (“els enfarinats”), en el que un día al año los menos favorecidos toman el control de este pueblo de la región oriental de Alicante.
Cada 28 de diciembre, los habitantes de Ibi se dividen en dos grupos: Los “Enharinados”, que intentan tomar el control de la oposición, que intenta restaurar el orden.
En la época romana, eran los esclavos los que asumían el control de la jornada. En la actualidad, amigos y vecinos asumen distintos papeles.
El levantamiento inicia por la mañana, cuando los “Enharinados” toman el control de la alcaldía y anuncian un nuevo régimen y leyes.
Los dos grupos se trasladan a la plaza local para enfrascarse en un enfrentamiento con un arsenal interminable de huevos y harina. No pasa mucho tiempo antes de que todos los uniformados queden cubiertos de harina y empapados de huevo.
La primera mención del festival de invierno aparece en los registros locales en 1936. La tradición se perdió durante la dictadura del derechista Francisco Franco, pero se retomó en 1981.
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