Ahora que Sálvame está a punto de finalizar, se hace imposible no recordar el importante papel que han tenido algunos de sus colaboradores frente a las cámaras. Este es el caso de Belén Esteban, que si algo ha demostrado en las últimas dos décadas es su capacidad de superar cualquier adversidad con la fuerza de voluntad necesaria y con ayuda de sus seres queridos, los cuales han permanecido a su lado en los peores momentos. Es por ello que podría decirse que la también conocida como «princesa del pueblo» ha experimentado un importante cambio tanto a nivel personal como físico, habiendo sido conocida en sus primeros pinitos en la pequeña pantalla por su cabello rubio y su apariencia delgada.
Pero poco o nada queda de la mujer que no tenía reparo en hablar mal de Jesulín de Ubrique frente a las cámaras. Aunque en alguna que otra ocasión hace referencia la padre de su hija, lo cierto es que la empresaria nunca tiene reparo en pregonar a los cuatro vientos la felicidad que siente al haber encontrado a Miguel Marcos, su actual compañero de vida y uno de sus pilares fundamentales. Todo esto sumado a que no solo ha pasado por pequeñas variaciones a nivel estético, sino también estilísticas, habiendo hablado con total naturalidad sobre su aumento de peso descontrolado y su posterior pérdida de este.
Por otro lado, cabe destacar que la tertuliana también ha pasado alguna que otra vez por quirófano. Aunque la intervención quirúrgica que más destaca de su rostro es la rinoplastia, también se sometió a una abdominoplastia gracias a la que eliminó el exceso de piel en su abdomen para redefinir su figura. Una combinación a la que cada vez se someten más rostros conocidos junto al aumento de pecho, dando resultado a la imagen sobre Belén que a día de hoy se conoce.
Si algo tiene claro la colaboradora es que no está dispuesta a seguir ningún estándar de belleza impuesto por la sociedad, llevando a cabo pequeños cambios en su apariencia únicamente por su propio bienestar y satisfacción. Tanto es así, que si algo llama especialmente la atención de ella es su capacidad para hacer reír a la audiencia sin tener ningún tipo de vergüenza, lanzándose a cantar, bailar, o lo que sea necesario para levantar un plató de Sálvame que en los últimos meses ha permanecido más decaído de lo habitual.
Es por ello que lo que ha llamado la atención de Belén Esteban no ha sido su físico a lo largo de su carrera profesional, sino también sus talentos y habilidades, demostrando así que la apariencia no ha sido un factor determinante para su continuidad en la primera plana mediática y estando dispuesta a querer continuar con su éxito en televisión de la mano de otros programas en los que tenga oportunidad de colaborar, aunque para saber su futuro habrá que esperar, al menos por ahora.
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