Bendita locura la de Davidovich

Felix Auger-Aliassime, sirve durante el partido contra Murray.
Felix Auger-Aliassime, sirve durante el partido contra Murray.Frank Franklin II / AP

Llovía en Nueva York, se suspendieron los duelos que restaban en las pistas exteriores y en el interior de la central, pese a la cubierta, Andy Murray soportaba otra tormenta. Se llama Felix Auger-Aliassime, un canadiense que comenzó rompiendo moldes y de un tiempo aquí se apagó, renqueante como todo ese pelotón de jóvenes que no terminan de dar el golpe en la mesa. Sin embargo, ha vuelto con ganas. Y a Murray, desfondado, le abrasó. El escocés, que había remontado increíblemente su compromiso de la primera ronda tras 4h 39m, no pudo más que observar y aguantar el chaparrón: 6-2, 6-3 y 6-4.

Aliassime cortó de raíz su primera intervención en un grande en 20 meses. Lo hizo el chico con una lluvia de golpes ganadores (52, frente a los nueve del británico) y una portentosa demostración al servicio. Cerró su hoja de prestaciones con 24 aces y reteniendo el 89% de los puntos dilucidados bajo sus primeros servicios. Brutal. “Creo que tanto él como Denis [Shapovalov]”, introduce para este periódico el sueco Mats Wilander, “pueden ser dos aspirantes al título este año. Djokovic es el gran favorito y por detrás está Thiem, pero les señalaría a ellos como alternativas”.

Ni una bola de break le concedió Aliassime (20 años) al inspirador Murray, que se marchó de Nueva York con la sensación del trabajo bien hecho a pesar de la tunda. “Obviamente, las casi cinco horas del otro día no me han ayudado”, expresó Murray, que descartó jugar en Roma y duda hacerlo en Roland Garros, porque su cuerpo le pide una tregua. No así el de Aliassime, fresco y sin arañazos físicos.

Queda por ver ahora si el adolescente que maravilló en 2015 en la Caja Mágica de Madrid, donde se hizo con el trofeo de la Copa Davis Junior de la mano de Shapovalov, otro talento en busca del estirón definitivo, es capaz de trenzar un recorrido similar al que protagonizó el curso pasado en Miami, alcanzando allí las semifinales y dejando su tarjeta de presentación.

No hubo debate alguno en el encuentro, como tampoco lo permitió Victoria Azarenka en su pulso con su compatriota Aryna Sabalenka: 6-1 y 6-3. La doble campeona de Grand Slam reverdece estos días en Nueva York y tras hacerse con el trofeo de Cincinnati en la previa será un hueso duro de roer en este major en el que todas las miradas conducen a Serena Williams y la incógnita de si podrá elevar, por fin, el 24 grande que la equiparía con Margaret Court. De momento, camina correctamente en Flushing Meadows; no ha cedido ningún set, pero va justa de gasolina.

“Creo que voy en la dirección correcta en este US Open”, afirmó Williams, de 38 años. “Siento que puedo seguir compitiendo, y que yo misma soy mi mayor enemiga porque trato de mejorar día a día, analizo mis partidos y existe mucha presión en torno a mis resultados”, amplió.

Apeó por 6-2 y 6-4 a Margarita Gasparyan, una excepción entre las chicas por el uso del revés a una mano, y se medirá en la próxima estación a Sloane Stephens, la vencedora de hace dos años y que redujo a Olga Govortsova (doble 6-2). Junto a Serena, este jueves desfilaron otros jugadores de relumbrón como Dominic Thiem o Daniil Medvedev, firmes en sus respectivos quehaceres: 6-3, 6-3 y 6-2 para el austriaco ante Sugit Nagal, y 6-3, 6-2 y 6-4 del ruso contra Christopher O’Connell. El punto del día lo protagonizó el italiano Matteo Berrettini (6-4, 6-4 y 7-6 a Ugo Humbert).


Source link