El Benedicto XVI, Papa emérito, pidió perdón y reconoció que se produjeron errores en el manejo de casos de abuso sexual cuando era arzobispo de Múnich, ya que sus abogados argumentaron que él no tenía la culpa directa.
El Vaticano emitió una carta de Benedicto XVI y un apéndice de tres páginas luego de un informe publicado el mes pasado sobre abusos en la arquidiócesis de 1945 a 2019 que incluía la supuesta falta de acción del entonces cardenal Joseph Ratzinger en cuatro casos cuando era arzobispo de Munich entre 1977 y 1982.
“He tenido grandes responsabilidades en la Iglesia católica. Tanto mayor es mi dolor por los abusos y los errores que se dieron en esos diferentes lugares durante el tiempo de mi mandato”, escribió en la carta, su primera respuesta personal al informe.
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Al señalar que había pedido perdón por la Iglesia en sus reuniones con sobrevivientes de abusos, Benedict, de 94 años, escribió:
“He llegado a comprender que nosotros mismos somos arrastrados a esta grave falta cada vez que la descuidamos o no la enfrentamos con la decisión y la responsabilidad necesarias, como sucedió y continúa sucediendo con demasiada frecuencia… una vez más, solo puedo expresarles a todos las víctimas de abuso sexual mi profunda vergüenza, mi profundo dolor y mi sentida petición de perdón“.
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Sin embargo, un análisis separado realizado por cuatro expertos legales que él encargó cuestionó las acusaciones específicas contra el Papa emérito, diciendo que los investigadores habían tergiversado las acciones e ignorado los hechos.
Si bien la refutación de sus abogados fue aguda, detallada y polémica, la carta alemana de página y media de Benedicto XVI fue profundamente personal y estaba redactada en términos religiosos mientras reflexionaba sobre una larga vida que se acercaba a su fin.
En un apartado, se preguntó abiertamente si él, como hacen todos los católicos en una oración conocida como Confiteor en la Misa, debería pedir perdón por lo que han hecho y por lo que han dejado de hacer “por mi culpa, por mi gravísima culpa”.
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Escribió: “Es claro para mí que las palabras ‘la más grave’ no se aplican todos los días y a todas las personas de la misma manera. Sin embargo, todos los días me hacen preguntarme si hoy también debería hablar de una falta muy grave“.
En espera de su juicio final
Benedicto no responde a su propia pregunta, pero dice que se consuela porque Dios perdona.
“Muy pronto, me encontraré ante el juez final de mi vida“, escribió.
Benedicto, quien renunció inesperadamente en 2013, también agradeció al Papa Francisco por la “confianza, el apoyo y la oración… que me expresó personalmente”. No dio más detalles.
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Poco después de que se emitiera el informe alemán, Benedicto XVI reconoció que había estado en una reunión en 1980 sobre un caso de abuso sexual cuando era arzobispo de Munich y dijo que había dicho por error a los investigadores alemanes que no estaba allí.
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En ese momento, el secretario personal de Benedicto XVI, el arzobispo Georg Ganswein, dijo que la omisión fue el resultado de un descuido en la edición de 82 páginas de testimonios que envió a los investigadores y no de mala fe.
En la carta del lunes, Benedicto dijo: “Para mí resultó profundamente doloroso que este descuido se usara para poner en duda mi veracidad e incluso para etiquetarme como mentiroso”.
El paquete de medios del Vaticano emitido el lunes incluía videos de Ganswein leyendo la carta del Papa en alemán e italiano.
El apéndice de tres páginas, llamado “Análisis de los hechos por los colaboradores de Benedicto XVI”, fue escrito por tres abogados canónicos y un abogado civil.
El informe del mes pasado sobre el abuso en Munich, que identificó a casi 500 víctimas de abuso durante casi 75 años, fue escrito por una firma legal alemana encargada por la arquidiócesis.
Con información de Reuters
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