La segunda juventud de Karim Benzema comenzó justo cuando Cristiano Ronaldo hizo sus maletas hacia Turín. En ese momento, el galo se transformó en el ‘9’ que tanto pedía la afición pero sus compañeros, en un año aciago, no le siguieron.
Ya a los mandos de Zidane, su gran protector, Benzema ha vuelto a sacar su catálogo de grandes servicios a la causa blanca y ha sido uno de los grandes valedores del título de Liga. Con 21 goles y 8 asistencias en 36 partidos, el galo no ha dejado espacio a ningún delantero más en la plantilla siendo él quien figuraba partido tras partido en la pizarra de Zidane. De hecho, los datos dicen que, hasta el momento, solo se ha perdido un partido de Liga, el Real Madrid – Osasuna (2-0).
Ni Jovic, fichado para cuando a Benzema se le apagaran las luces, ni Mariano, que quizás tuvo menos oportunidades de las que merecía, han podido discutirle el puesto. Siempre en la punta de lanza, Benzema ha vuelto a dar al Madrid todo eso que se esperaba de él cuando aterrizó en la casa blanca allá por 2009.
Y, por si fuera poco, tiene a tiro de piedra a Leo Messi en la carrera por el pichichi. Una lucha que pretende seguir librando en la jornada 38 pese a no haber nada en juego para su equipo.
No todo son goles
Pero no solo de goles vive el ‘9’, y menos Benzema que, si por algo se ha caracterizado durante toda su carrera es por saber y hacer jugar a su equipo con sus movimientos y su criterio en el pase.
Cayendo a banda, bajando a recibir a la media punta o moviéndose como pez en el agua en el balcón del área, Benzema ha demostrado en cada partido que es mucho más que un rematador. Para el catálogo quedan sus combinaciones con Hazard -tan hermosas como escasas- o su tacón en Cornellà donde le puso el gol en bandeja a Casemiro para firmar la victoria.
Veteranía consagrada
Siempre sin gritos, más con hechos, y sin ser una de las grandes voces de la plantilla, Benzema, tercer capitán del equipo, hace valer en cada partido sus más de once temporadas vestido de blanco. Ha conseguido finalmente, aunque no sin dificultad, meterse a la afición en el bolsillo a base de buenas actuaciones y es ahora, con otra liga bajo el brazo, la tercera, cuando goza de la toda la aceptación del madridismo.