El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius (izquierda), sostiene la maqueta de un tanque Leopard junto a su homólogo ucranio, Oleksii Reznikov, durante su visita a Kiev este martes.AP
La coalición Leopard está en marcha, pero no se mueve al ritmo que le gustaría a Berlín. El canciller alemán, Olaf Scholz, dio un giro a la política occidental de envío de armas pesadas a Ucrania cuando, hace ahora dos semanas, anunció la entrega de 14 carros de combate Leopard 2 y la autorización para que otros países mandaran los suyos. Tras soportar meses de presiones de Kiev y de socios como Polonia y los países bálticos, Alemania finalmente cedió tras conseguir que también Estados Unidos se comprometiera a enviar el equivalente de los modernos tanques de combate alemanes, los Abrams. Desde entonces, el Gobierno de Scholz trata de reunir los dos batallones (alrededor de 90 tanques) que anunció, pero se encuentra con que la mayoría de países sigue sin comprometerse en firme con un número de unidades.
Si Berlín arrastró los pies durante meses con la decisión de los tanques, una vez cruzada la línea roja se ha convertido en la capital que lidera los esfuerzos. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha convocado ya varias reuniones por videoconferencia con los países que tienen Leopard 2 y ha agilizado los permisos de reexportación, necesarios porque los tanques son de fabricación alemana y solo pueden revenderse o cederse con su autorización expresa.
Sin embargo, el titubeo de los socios a la hora de hablar de los tanques estrella ha obligado a centrarse en los viejos Leopard 1. A la espera de que países como Noruega, Portugal o España decidan con cuántas unidades de los más modernos pueden colaborar, Alemania se está volcando en la generación anterior, fabricada entre 1965 y 1985, con sucesivas actualizaciones. De momento, Berlín ha autorizado la exportación a Ucrania de 178 de estos tanques, muchos almacenados desde hace décadas, que la industria ya ha empezado a rehabilitar.
La experiencia de estas dos semanas ha demostrado que los acuerdos van más rápido en el caso de los vetustos Leopard 1. Los ministros de Alemania, Dinamarca y Países Bajos anunciaron este martes que entre los tres enviarán a Ucrania un mínimo de 100 unidades del tipo A5. Todos proceden de stocks industriales y tienen que ponerse a punto porque llevan mucho tiempo hibernados. Una parte estarían listos en unos meses; la mayoría ya en 2024. La alianza incluye el entrenamiento de las tropas ucranias, “repuestos y un paquete de munición”, señala la declaración conjunta firmada por los tres países, a los que podría sumarse Bélgica, que ha mostrado interés en participar. La iniciativa está abierta a otros socios, añade el texto.
Estupor y disgusto
Mientras tanto, la Cancillería trata de persuadir a sus vecinos europeos para que se decidan a entregar tanques Leopard 2, los más modernos, con mejor blindaje y más potencia de fuego. Según el semanario Der Spiegel, la falta de compromisos en firme ha hecho que Scholz se involucre personalmente en las negociaciones hasta el punto de llamar a los jefes de Gobierno uno a uno. La revista relata que socios que ya habían anunciado su participación en la coalición Leopard se han negado estos días a ofrecer un número concreto, para sorpresa del ministro de Defensa alemán. Las dudas de algunos países, precisamente los que exigían de forma más ruidosa la participación de Berlín, han causado estupor y cierto disgusto en la Cancillería.
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Sin mencionar explícitamente a ningún país ni a los Leopard, el canciller reprochó este miércoles la “competición pública” para ver quién envía más armamento a Ucrania. En una intervención en el Bundestag previa a la cumbre que se celebra este jueves y viernes en Bruselas, Scholz lamentó que las críticas entre aliados solo consiguen beneficiar al presidente ruso, Vladímir Putin, que puede ver en este tipo de disputas falta de unión entre los socios. El socialdemócrata pidió mayor “cohesión”, tanto dentro de la coalición de Gobierno ―sus socios verdes y liberales también le presionaron para que aceptara enviar los Leopard― como entre los aliados occidentales.
El primer Leopard 2 llega de Canadá
Es llamativo el que el primer Leopard 2 no haya llegado de ningún país europeo, sino de Canadá. El primer tanque de los cuatro inicialmente prometidos por el Gobierno de Justin Trudeau despegó el sábado de Halifax y aterrizó unas horas después en un punto no divulgado de Polonia, desde donde cruzará la frontera cuando haya tripulación entrenada para empezar el despliegue en Ucrania.
El primer tanque Leopard 2 enviado por Canadá llega a Ucrania. GOBIERNO DE CANADÁ (GOBIERNO DE CANADÁ)
Por ahora, los compromisos de Leopard 2 no son suficientes para formar los dos batallones que Alemania quería reunir cuanto antes. Berlín ha ofrecido 14 carros de combate Leopard 2 A6 de las existencias del Bundeswehr (ejército alemán). Su intención es que lleguen al terreno a finales de marzo, según anunció Pistorius durante su visita a Kiev este martes. El ministro ya no habló de “dos batallones”, como hizo Scholz hace dos semanas, sino de “uno o dos batallones”, clara indicación de que las expectativas se han rebajado. Berlín ha aportado hasta ahora 3.300 millones de euros en ayuda militar, sin contar los Leopard.
Polonia ha comprometido otros 14 Leopard 2 del modelo A4. Noruega, Portugal y España todavía no han anunciado con cuántos contribuirán, aunque se calcula que serán menos de 10 cada uno. Fuentes del Gobierno español aseguraron que inicialmente el envío de Madrid consistiría en entre cuatro y seis unidades. Finlandia, Dinamarca, Países Bajos y Suecia siguen sin confirmar su participación con los tanques más avanzados. Dos de ellos se han subido antes a la coalición Leopard 1 que a la coalición Leopard 2, y lo hacen aportando fondos para su compra y puesta a punto, y no enviando carros de sus propios arsenales.
Las críticas a la tardanza en proveer a Ucrania de modernos tanques de fabricación occidental no han amainado. En Alemania, a Scholz se le sigue echando en cara el tiempo perdido cuando los informes de inteligencia hablan de una ofensiva inminente del Kremlin. “Todas las decisiones que ha ido tomando, preservando el principio de no convertirse en parte de una guerra, de no actuar en solitario, las podría haber tomado hace seis meses”, lamentaba este miércoles el general de brigada jubilado Klaus Wittmann en un encuentro con corresponsales extranjeros en Berlín.
Las empresas armamentísticas alemanas ya se han puesto manos a la obra para acondicionar carros que, en algunos casos, tienen más de 40 años. Alemania retiró sus últimos modelos de Leopard 1 en 2010. Una compañía del norte del país, la Flensburger Fahrzeugbau Gesellschaft (FFG), rehabilitará 90 unidades que llevaban décadas en un almacén. Un segundo grupo de tanques llegará de Italia, donde se conservan 88 Leopard 1 que ahora el consorcio Rheinmetall va a recomprar, trasladar de vuelta a sus plantas en Alemania y a modernizar. Según Pistorius, los primeros 20 o 25 tanques llegarán antes del verano.
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