*Bunko Roma-Condesa celebra su segundo aniversario con mesas de reflexión y conversatorios
Por Ángela Anzo
México, 6 de junio (La Neta Neta).— Los libros pueden acercarnos, generar intercambios significativos y crear comunidad, sobre ello este sábado hablaron voluntarias del Bunko Roma-Condesa, un centro comunitario de lectura para niños, jóvenes y familias que forma parte de IBBY México (International Board on Books for Young people).
La charla se dio como parte de la Primera Jornada Literaria Virtual, en el marco de las actividades para celebrar el segundo aniversario del espacio, con la mesa titulada “¿Qué es una biblioteca?”, misma en que las participantes compartieron parte de su quehacer, experiencias y estrategias para fortalecer las comunidades lectoras.
Sobre ello, Lulú Sandoval refirió que este es un espacio único que se aleja de la idea de las bibliotecas tradicionales (donde llegabas a ver los estantes, buscabas en los ficheros y debías guardar silencio), algo que ha resultado en la participación activa de los lectores, un interés mayor por parte de los niños y el involucramiento de los padres.
“Es una de las cosas que me atrae mucho de este lugar, pues es una biblioteca libre donde los niños pueden tomar los materiales… si quieren acostarse y leer, si quieren salir al patio a sentarse en una banca… estar en el piso o donde ellos quieran. Aquí nos sentimos seguros, escuchados e integrados, porque los papas, los jóvenes y los niños tienen voz; así lo veo yo, una biblioteca es donde te sientes contento, a gusto y bienvenido”.
Mónica Valdivia habló sobre la importancia de reconocer la tarea de estos lugares, así como a las personas dedicadas exclusivamente a la promoción de la lectura, pues con este trabajo permiten llegar a un mayor número de personas e impactar positivamente a la comunidad a través de los libros, algo que ella ha hecho como voluntaria lectora en este espacio.
“Tenía la idea de las bibliotecas como un lugar para aislarse y los libros como un gusto solitario, era un momento de mi vida en el que no había descubierto una comunidad alrededor de ellos; pero esta y otras bibliotecas cambiaron mi percepción de estos espacios como un lugar para compartir y hacer comunidad… Puede que sean personas con historias y edades diferentes, pero tienen un punto en común: ese gusto y amor por los libros”.