La oleada de decretos para deshacer la obra de Donald Trump en el Gobierno continuó este jueves con un asunto de especial simbolismo político y no menos calado social en un 2021 aún marcado por la pandemia: el acceso a la sanidad. El presidente Joe Biden firmó dos órdenes ejecutivas que buscan revertir parte de las acciones llevadas a cabo por el republicano para debilitar la reforma sanitaria que el demócrata Barack Obama introdujo hace 10 años. En concreto, Biden ha ordenado la reapertura del plazo para suscripción de seguros subsidiados a través de una plataforma federal creada por aquella reforma y ha pedido la revisión de las nuevas políticas que había introducido Trump para las personas con enfermedades crónicas o graves, a las que históricamente ha costado encontrar cobertura. También ha impulsado medidas para favorecer el acceso al aborto.
Salvo para las personas pobres o en edad de jubilación, la sanidad en Estados Unidos funciona a través de seguros privados o pagos directos del bolsillo de las familias. Muchos ciudadanos que carecen de seguro —unos 27 millones, el 10% de la población no anciana— se lo piensan mucho antes de ir al médico por las elevadas facturas que supone. La reforma de Obama, con deficiencias, buscaba extender a más ciudadanos la cobertura de los seguros, pero los sectores progresistas del Partido Demócrata reclaman ir más allá e impulsar una sanidad pública universal, sin siquiera seguros privados. Biden no comparte esta postura, pero sí está dispuesto a reforzar el modelo, algo que también requerirá una difícil negociación en el Congreso.
La Administración de Trump no logró apoyo suficiente en el Congreso para tumbar la ley sanitaria de Obama (Affordable Care Act), conocida popularmente como Obamacare, una de las políticas más detestadas por los conservadores. Así, trató de restarle fuerza mediante acciones federales. Ahora ocurre lo contrario.
“Ha sido una semana intensa, he firmado muchas órdenes ejecutivas dirigidas a lidiar con la crisis de la covid, entre otras, pero hoy estoy a punto de firmar dos órdenes ejecutivas para deshacer el daño que Trump ha hecho. No estamos haciendo nada diferente de restaurar la ley”, dijo Biden sentado en el Despacho Oval. Con las medidas de este jueves, el demócrata busca dar cobertura a los estadounidenses que la perdieron durante la pandemia —muchos seguros van vinculados a las empresas— o que ya no contaban con ella antes de empezar.
Los ciudadanos de 36 Estados que dependen del mercado federal de seguros pueden suscribir sus seguros solo durante una estrecha ventana de tiempo, seis semanas de otoño, una limitación con la que Obama buscaba disuadir a los asegurados de cancelar sus pólizas (les iba a costar todo un año poder volver a contratar una). El plazo de este año terminó en diciembre y Biden abre ahora un periodo especial que comenzará el 15 de febrero y terminará el 15 de mayo. Además, el nuevo Gobierno retomará la campaña de concienciación y de publicidad que Trump suspendió.
Por otra parte, Biden quiere revertir otras políticas de Trump que complicaron la vida a los estadounidenses con enfermedades graves o crónicas y aquellos beneficiarios del programa Medicaid, que cubre a las personas pobres o discapacitadas. El Gobierno republicano facilitó la venta de seguros de corto plazo, que a diferencia del resto no tienen obligación de cubrir a las personas con esas condiciones de especial atención. Además, impuso requerimientos de empleo a personas de bajos ingresos.
Biden también da un espaldarazo al acceso al aborto al anular una restricción por la que el dinero público no podía utilizarse en clínicas que asesorasen sobre interrupciones del embarazo tanto en territorio nacional como en el extranjero. Es la menor de las sorpresas. Se trata de una restricción conocida como la Política Ciudad de México —que fue aplicada por primera vez por la Administración de Ronald Reagan y recibe el nombre de la ciudad donde se anunció— que Gobiernos republicanos o demócratas introducen o eliminan conforme pasan por la Casa Blanca.
El debate general sobre la sanidad se intensificó durante la campaña electoral, sobre todo a raíz de la pandemia, y ha exhibido de forma brutal los problemas del sistema sanitario estadounidense. Un estudio de la entidad Fair Health del pasado julio situaba en 34.662 dólares el coste medio del tratamiento por covid para pacientes de entre 20 y 30 años y de 45.683 dólares para los de entre 50 y 60 años, si bien el plan de rescate incluía ayudas públicas para la pandemia, una especie de excepción dentro del modelo.
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