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Biden mantiene el apoyo firme a Israel pese a las protestas de la izquierda


Joe Biden llegó a la Casa Blanca con la intención de no dejarse engullir con conflictos en Oriente Próximo en los que, como muestra la experiencia de los presidentes de las últimas décadas, hay poco margen para el éxito y enormes probabilidades de fracaso. La escalada de violencia en Gaza e Israel de los últimos días y la comunidad internacional, sin embargo, han elevado la presión para que el demócrata se involucre y, además, lo haga entre fuego cruzado. Biden ha subrayado su apoyo al primer ministro Benjamin Netanyahu, utilizando palabras casi idénticas a las usadas en su día por Barack Obama -”Israel tiene derecho a defenderse”-, pero el partido ha cambiado, las voces izquierdistas han ganado peso y piden una postura más crítica ante su estrecho aliado.

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El presidente consideró el jueves, a preguntas de los periodistas, no se había producido “una sobrerreacción significativa” en la respuesta israelí a los ataques con cohetes lanzados por las brigadas de Hamás. “Una de las cosas que he visto hasta ahora es que no ha habido una sobrerreacción”, declaró el presidente en la Casa Blanca. “La cuestión es cómo llegar a un punto en el que se reduzcan significativamente los ataques, especialmente los ataques con cohetes que se lanzan de manera indiscriminada contra centros de población” añadió.

Las declaraciones no han sido del agrado del flanco más progresista de los demócratas, incluida la representante palestino-americana Rachida Tlaib, que criticó al presidente por no mencionar a los palestinos muertos por los bombardeos israelíes. Las congresistas Alexandria Ocasio-Cortez e Ilhan Omar, ambas integrantes destacadas del denominado The Squad (el escuadrón), se han solidarizado con los civiles palestinos y condenado a Israel por su política de desalojo de familias palestinas y el trato dado a los civiles.

El resto de la clase política estadounidense, y especialmente los republicanos, han expresado su apoyo a Israel. Estos últimos incluso han pedido a Biden que cesen cualquier negociación con Irán para el acuerdo nuclear. El candidato favorito de las primarias demócratas a la alcaldía de Nueva York, Andrew Yang, ha debido disculparse públicamente por un tuit en el que este lunes lamentaba los ataques de Hamás a Israel, sin mencionar la pérdida de vidas palestinas. Tras recibir un aluvión de críticas, muchas de ellas de correligionarios, Yang enlazó el martes otro tuit en el que se compadecía de las víctimas palestinas, “igual que de las israelíes”.

La incómoda situación de Washington quedó reflejada también en las idas y venidas del Consejo de Seguridad Nacional de Naciones Unidas. Tras dos reuniones a puerta cerrada esta semana, el organismo celebrará una sesión pública este domingo, si logra vencer definitivamente las reticencias de Estados Unidos, que ha frenado la adopción de una resolución sobre la escalada de la tensión en Gaza, que es la peor desde 2014. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, indicó el jueves que esperar unos pocos días, hasta comienzos de la semana que viene, podría permitir “que los esfuerzos diplomáticos en curso fructifiquen y podamos asistir a una desescalada real” del conflicto.

El clamor de la comunidad internacional -verbalizado este viernes por la Unión Europea- y de muchas voces en el interior de EE UU, que exige a la Administración de Joe Biden una mayor implicación en la crisis como principal actor capaz de propiciar un cese de las hostilidades, ha ido en aumento a medida que pasaban las horas y las imágenes de destrucción y muerte en Gaza e Israel acaparaban titulares. Pero la contradicción entre las declaraciones de Blinken y la asertividad de la embajadora Thomas-Greenfield es otra muestra de las reticencias de la Casa Blanca a dejarse arrastrar por una guerra prácticamente abierta.

“Estamos abiertos y apoyamos una discusión en la ONU, para comienzos de la semana próxima. Espero que esto nos dé algo de tiempo para que la diplomacia surta algún efecto y ver si de verdad podemos lograr una reducción real de las tensiones”, dijo Blinken en rueda de prensa. El jefe de la diplomacia estadounidense señaló también que los ataques con misiles desde Gaza deben acabar; que Israel “tiene derecho a defenderse” -la misma expresión utilizada la víspera por el presidente Joe Biden- y que Washington ha involucrado “con urgencia” a sus aliados en la región -Egipto y Jordania, entre otros- para que “prevalezca la calma”.

Poco después, la embajadora de EE UU ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, aseguró a través de su perfil de Twitter que el Consejo se reunirá este domingo.

Diplomáticos acreditados en la ONU aseguraron al diario The Times of Israel que EE UU había sugerido inicialmente que una reunión virtual -la sede de la ONU en Nueva York sigue cerrada por la pandemia- y abierta al público se celebrara el próximo el martes y no este viernes, como se contemplaba, pero finalmente Washington habría cedido, de creer a la embajadora, a las presiones de Noruega, China y Túnez. El borrador de resolución que la Administración de Biden ha frenado se debe precisamente a Noruega. Las delegaciones de EE UU y el Reino Unido lograron esta semana que el texto incluya una declaración de condena a la violencia de las brigadas de Hamás, según fuentes diplomáticas cercanas a la negociación.

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