El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha aterrizado la tarde de este miércoles en Israel para reafirmar el férreo compromiso de Washington con la seguridad y prosperidad del Estado judío, reforzar su alianza estratégica frente a Irán y consolidar su creciente integración en Oriente Próximo. Se trata de la primera parada de una gira regional de cuatro días que deja a los palestinos en segundo plano y que concluirá el sábado en Arabia Saudí, la parte que centra más miradas.
En un breve discurso durante la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, Biden ha evitado mencionar directamente a Teherán, pero ha dejado claro que, con su visita, pretende reforzar “el compromiso inquebrantable” de Estados Unidos con la seguridad de Israel, incluyendo su integración “en los sistemas de defensa más avanzados del mundo”. El mandatario estadounidense ha señalado que seguirá trabajando “en la integración de Israel en la región” y ―en una de sus escasas referencias a Palestina― que transmitirá a las autoridades israelíes su apoyo “a una solución de dos Estados” que, ha admitido, no cree que se dé “a corto plazo”. Es su décima visita al país desde que la que efectuó como senador en 1973, pocas semanas antes del inicio de la guerra del Yom Kipur.
El primer ministro israelí en funciones, Yair Lapid, ha declarado que durante la visita abordarán “asuntos de seguridad nacional” y discutirán tanto “la necesidad de renovar una fuerte coalición global que detenga el programa nuclear iraní” como “la construcción de una nueva arquitectura de seguridad y economía con las naciones de Oriente Próximo”. En 2020, Israel normalizó relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos, y nominalmente con Sudán, en el marco de los Acuerdos de Abraham. El pasado marzo, los ministros de Exteriores de los tres primeros se reunieron con sus homólogos de Israel, Egipto y Estados Unidos. Aquel cónclave en Israel sin precedentes, que se estableció de manera permanente como Foro del Néguev, fue interpretado como un frente ante Irán. Lapid acudió entonces como jefe de la diplomacia israelí. Ahora, como jefe interino de Gobierno, busca sacar partido de la recepción de Biden para reforzar sus credenciales de cara a las elecciones anticipadas que celebrará el país en noviembre.
El presidente israelí, Isaac Herzog, ha señalado directamente “los desafíos de seguridad que emanan directamente de Irán y sus aliados” como parte de la agenda de las conversaciones. Y lanzado un guiño a Arabia Saudí, con el que Israel espera poder normalizar relaciones en un futuro cercano, al asegurar que hoy “los vientos de paz soplan desde el norte de África a través del Mediterráneo hasta el Golfo”.
Biden se dirigió posteriormente a un hangar del aeropuerto para inspeccionar sistemas de defensa antiaérea israelíes de mano del ministro israelí de Defensa, Benny Gantz, y del jefe del Estado Mayor, Aviv Kojavi. Entre estos se hallaba la conocida Cúpula de Hierro, para la que Estados Unidos concedió recientemente a Israel 1.000 millones de dólares para recargar sus cohetes interceptores tras la ofensiva sobre Gaza del año pasado. También un sistema de interceptación láser para cuyo desarrollo los israelíes esperan contar con la colaboración de Washington.
Pacto nuclear
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La revisión de esta tecnología se produce en medio de las tentativas, aún en sus albores, de crear una red regional de defensa aérea que incluya Israel y sus aliados árabes ante Irán. El presidente estadounidense espera reactivar el pacto nuclear con Teherán alcanzado en 2015 por China, Francia, el Reino Unido, Alemania, Rusia y Estados Unidos, con la intermediación de la UE, y del que se desvinculó su predecesor, Donald Trump, tres años más tarde. En una entrevista concedida al Canal 12 de noticias israelí antes de su llegada a Israel y difundida tras ella, Biden subraya que “todavía tiene sentido” volver al pacto y califica la decisión de Trump de “error enorme”, porque Irán ”está más cerca de un arma nuclear que antes”. El diálogo, no obstante, se encuentra en punto muerto.
Poco antes de llegar al país, Biden también anunció en un comunicado conjunto con Lapid la creación de una nueva asociación de alto nivel entre ambos países en materia de tecnologías estratégicas y emergentes para hacer frente a cuestiones como la preparación para pandemias, el cambio climático, la inteligencia artificial y la tecnología cuántica.
Después de los actos en el aeropuerto, Biden se dirigió a Jerusalén, donde ha visitado el Museo del Holocausto Yad Vashem. Está previsto que este jueves dedique la mayor parte de la jornada a reunirse con los principales líderes políticos de Israel. La mañana del viernes será el turno de los dirigentes palestinos ―incluida la primera reunión con el presidente Mahmud Abbas de un presidente de Estados Unidos desde la Administración Obama― antes de poner rumbo a Arabia Saudí. Biden llegará en el primer vuelo directo desde Israel a Yeda, dos años después de haber prometido, durante su campaña electoral, convertir Arabia Saudí un Estado paria en la comunidad internacional, por su implicación en el asesinato del disidente saudí Jamal Khashoggi en 2018 en el consulado de Estambul.
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