El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y los principales legisladores del partido republicano se reunirán hoy en el Despacho Oval de la Casa Blanca para debatir cara a cara el aumento del techo de la deuda de Estados Unidos, que actualmente se encuentra en los 31.4 billones de dólares.
En caso de que el Congreso no actúa en las próximas tres semanas, un impago sin precedentes se avecina, que expertos aseguran podrían poner a la economía de EU bajo una profunda recesión, al tiempo que desestabilizaría el sistema financiero mundial basado en los bonos estadounidenses.
La cita está prevista para las 20 horas (GMT), pero no hay indicios de que ni demócratas ni republicanos cedan de inmediato ninguna concesión para evitar el impago del próximo 1 de junio.
Por su parte, Biden está pidiendo a los miembros del congreso que eleven sin condiciones el límite del endeudamiento autoimpuesto por el gobierno federal, pero para que eso suceda, reveló Kevin McCarthy, presidente republicano de la Cámara de Representantes, EU tendría que hacer un recorte al gasto para hacer frente al creciente déficit presupuestario.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo el pasado lunes que el presidente demócrata planea decir en la reunión que “el Congreso tiene el deber constitucional de actuar para evitar el impago. El presidente va a ser muy claro al respecto”.
Mientras, McCarthy, cuyo partido lidera por una ligera mayoría el Congreso, quiere poner a votación el techo de la deuda con amplios recortes del presupuesto para diferentes programas sociales, cuestión que la Casa Blanca considera como una medida excesivamente severa y desproporcionada.
La reunión del presidente con McCarthy será la primera desde el 1 de febrero, y a les unirán el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer; su principal republicano, Mitch McConnell; y el demócrata principal en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.
No es la primera vez que se observan luchas por el techo de la deuda en Estados Unidos, pues estas solían terminar con un acuerdo apresurado durante las últimas horas antes de que pasara el tiempo para pagar. En 2011, la batalla provocó una rebaja en la calificación crediticia en el país, y ahora los expertos sugieren que la situación actual es incluso más arriesgada, ya que las divisiones políticas se han potenciado.
Con información de Reuters
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