El miércoles 21 de febrero las dos candidatas presidenciales, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, compartieron una foto junto a Larry Fink, director ejecutivo (CEO) de la controvertida empresa gestora de activos BlackRock. Al siguiente día, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo lo propio y divulgó en sus redes sociales una imagen de su encuentro con este mismo hombre de negocios.
Así, a pesar de sus discrepancias ideológicas y partidistas, tanto el oficialismo como la oposición tuvieron reuniones con el representante de la compañía tildada como “el poder mundial secreto” por Miriam Braun, periodista de negocios del medio alemán Deutsche Welle.
A inicios de este año, se dio a conocer que a lo largo del 2023, los activos de BlackRock superaron los 10 billones de dólares, colocándose así por encima del Producto Interno Bruto de todos los países del mundo, con excepción de Estados Unidos (28) y China (19). Alemania, cuya economía cerró como la tercer mejor del planeta en 2023, tiene un PIB de 4.7 billones de dólares; el de México es de 1.48 billones.
Entre las principales inversiones de BlackRock se encuentran los combustibles fósiles y el desarrollo armamentístico, incluidas empresas que apoyan con armas al ejército israelí.
Imagen: Captura de Pantalla
Destrucción climática, máquinas de guerra, redes sociales y refrescos
En octubre de 2023, el portal Eyes on the ties, publicó un informe titulado “Facilitadores Corporativos de la Guerra de Israel en Gaza”, en el cual proporciona información detallada sobre cómo algunas de las principales corporaciones estadounidenses del sector de defensa, como Lockheed Martin, RTX (anteriormente Raytheon), Northrop Grumman, Boeing y General Dynamics, han suministrado armas a Israel que se utilizaron en los ataques contra civiles palestinos en Gaza.
El texto destaca que estas corporaciones están respaldadas por importantes gestores de activos financieros, como BlackRock, Vanguard y State Street, que poseen grandes participaciones en estas empresas de defensa.
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“Lockheed Martin ha suministrado armas a Israel durante décadas para ser utilizadas contra los palestinos. Según el sitio de supervisión Investigate, las armas de Lockheed han sido empleadas en ataques que ‘incluyen crímenes de guerra cometidos por Israel durante varias ofensivas militares importantes contra la Franja de Gaza’”, informa el portal.
De acuerdo con Eyes on the ties, BlackRock es uno de los principales inversores de Lockheed Martin.
El apoyo armamentístico de esta empresa a Israel no se limita a la actual guerra que el país libra contra Hamas, sino que se remonta años antes; incluido el 2022, cuando Amnistía Internacional publicó un informe que muestra cómo “Israel impone un sistema de opresión y dominación a la población palestina en todas las zonas bajo su control —en Israel y en los TPO— y a las personas refugiadas palestinas, a fin de beneficiar a la población israelí judía. Esto constituye apartheid y está prohibido por el derecho internacional”.
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En 2022, el gigante de gestión de activos fue nominado para el “Salón de la Vergüenza Corporativa” por la organización sin fines de lucro Corporate Accountability.
De acuerdo con lo documentado por esta asociación, a pesar de los intentos de Larry Fink de retratar a la empresa como sensible a los desafíos climáticos, sus inversiones masivas en combustibles fósiles y su falta de acción para abordar las emisiones lo convierten en un jugador central en el problema.
Con una cartera que incluye algunas de las corporaciones más contaminantes del mundo, como ExxonMobil y Chevron, y una inversión significativa en la industria del carbón, BlackRock está contribuyendo directamente al cambio climático, según esta organización.
Aunque ha hecho declaraciones sobre el apoyo a la transición hacia una economía de cero emisiones netas, sus acciones muestran lo contrario: vota consistentemente en línea con la gerencia de las empresas de combustibles fósiles y ha retrocedido en sus compromisos climáticos recientes.
Foto: Archivo Reuters
Además de su papel en la crisis climática, BlackRock también está implicado en el apoyo al poder policial, financiando empresas como Axon, un proveedor de armas Taser, y siendo el mayor accionista de fabricantes de armas como Smith & Wesson.
Estas inversiones no solo están vinculadas a la violencia armada en los Estados Unidos, sino que también equipan y benefician a las máquinas de guerra en todo el mundo, contribuyendo a conflictos y desplazamientos masivos de personas, informa Corporate Accountability.
“La compañía también es un accionista beneficioso para la gran mayoría de los otros nominados al Salón de la Vergüenza con sede en EE. UU. Por ejemplo, BlackRock posee el 6,9 % de Facebook, el 6,45 % de Coca Cola, el 5,7 % de Amazon, el 6,4 % de LockHeed Martin, el 6 % de Philip Morris y el 6,5 % de Chevron“, dice la organización.
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