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Boicot a la banda de K-pop BTS en las redes sociales chinas


La corrección política no es patrimonio exclusivo de Occidente. En las redes sociales chinas, se mezcla con el nacionalismo ferviente promovido por el Partido para crear un magma pegajoso. Muchas personalidades y empresas internacionales lo han sentido en carne propia en años recientes. Su última víctima ha sido el grupo de K-pop BTS, una de las formaciones más exitosas a nivel mundial, a causa de unas cándidas declaraciones respecto a la Guerra de Corea.

El origen del escándalo se remonta a finales de la semana pasada, cuando BTS recibió el premio General James A. Van Fleet. Esta distinción, otorgada por Korea Society, una ONG radicada en Estados Unidos, reconoce la labor de individuos que han contribuido de manera destacada al desarrollo de los lazos entre ambos países. Durante la ceremonia virtual el líder del grupo Kim Nam-joon –más conocido por su nombre artístico, RM– agradeció el premio. “La gala es especialmente significativa dado que este año se cumple el 70º aniversario de la Guerra de Corea. Siempre recordaremos la historia de dolor que nuestras dos naciones compartieron, y los sacrificios de incontables hombres y mujeres”.

Durante aquel conflicto, entre 1950 y 1953, Corea del Sur repelió el asalto del Norte gracias a la intervención en el último momento de EEUU y la ONU, tras haber perdido el 90% de su territorio. Cuando parecía que la guerra daría la vuelta y el Norte desaparecería, la intervención de China –que había concluido su guerra civil apenas unos meses antes– dio aire al régimen de Kim Il-sung y devolvió la frontera al paralelo 38, donde se encuentra hoy en día. Oficialmente, el conflicto entre las dos Coreas sigue vigente, ya que se pausó por medio de un armisticio en espera de un acuerdo de paz definitivo que nunca llegó. “Después de 70 años, el mundo en el que vivimos está mucho más unido”, sentenció el cantante.

Sus conciliadoras palabras, no obstante, han despertado la indignación en China. Allí la historia de esta guerra es muy diferente, empezando por el nombre: “Guerra para Resistir la Agresión Americana y Ayudar a Corea”. Este episodio histórico cimienta la narrativa comunista, ya que supuso la primera victoria internacional del país tras su Siglo de Humillación. Por este motivo, las inocentes alabanzas del líder de BTS han levantado ampollas en el gigante asiático en los últimos días.

“Los internautas chinos dijeron que la actitud totalmente unilateral de la banda sobre la Guerra de Corea hiere sus sentimientos y niega la historia”, resumía el tabloide oficial Global Times. “Nosotros los chinos perdimos 200.000 compatriotas. Cuando [RM] tenías 28 años, estabas ganando dinero chino. Cuando el hijo de Mao tenía 28 años [quien perdió la vida en el conflicto y es celebrado como un mártir] permaneció en esa guerra para siempre”, escribía un usuario en la red social china Weibo –similar a Twitter–, donde el tema ha sido uno de los más comentados a lo largo del fin de semana. “Sois surcoreanos y podéis decir lo que queráis, pero yo soy chino y he decidido enfadarme y dejar el club de fans de la banda para expresar mi determinación”, declaraba otro.

A consecuencia, las marcas vinculadas al septeto, cuyos miembros han pasado de chicos de oro a apestados, han salido despavoridas. La primera ha sido Samsung, también surcoreana, quien ha retirado de las plataformas de comercio electrónico más populares del país una edición especial de teléfonos y auriculares inspirados en BTS. Otras casas, como Fila y Hyundai –esta última también surcoreana– han eliminado de sus redes sociales todo rastro del grupo. La firma que les representa, Big Hit Entertainment, no ha emitido comunicado alguno al respecto. El escándalo ha explotado en un momento delicado para la organización, que ultima su salida a Bolsa.

No es la primera vez que firmas internacionales encaran crisis reputacionales tras tocar temas sensibles para la población o los reguladores chino. El último gran caso fue el de la NBA, motivado por un tuit del director general de los Houston Rockets, Daryl Morey, en el que expresaba su apoyo a las protestas prodemocracia en Hong Kong. La polémica acabó con la suspensión de la emisión de los partidos de la liga norteamericana en China. La mayoría de las empresas atrapadas en el brete han optado por emitir sentidas disculpas, lo que a su vez ha despertado críticas en Occidente por plegarse a los deseos del Partido. La ira digital es un fenómeno universal.


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