Antes del confinamiento nadie dudaba que Youssef Bounou, ‘Bono’, no iba a continuar la próxima temporada en el Sevilla. Cedido por el Girona y con Monchi buscando portero, el último recuerdo que dejó el marroquí fue un tremendo cabreo entre la afición cuando un fallo estrepitoso en el descuento del partido de vuelta de octavos de final ante el Cluj pudo costarle la eliminación de la Europa League. Afortunamante para el Sevilla, el VAR anuló el tanto que hubiese significado el 0-1 para los rumanos sin tiempo de reacción y un descalabro económico y deportivo para la entidad.
Ya en algún partido en la fase de grupos ante rivales débiles había dejado alguna duda, así que poco eran los que pensaban que tendría alguna opción de quedarse. Pero tras la lesión de Vaclik ante el Eibar en aquella jugada con Kike García que motivó que Ocampos se tuviese que poner de portero salvando a su equipo con un paradón a Dmitrovic, el meta marroquí ha cambiado el concepto que había de él en el club.
Sus actuaciones ante el Athletic, Mallorca y Real Sociedad han convencido a los sevillistas
Sus actuaciones ante el Athletic en San Mamés, frente al Mallorca en Nervión y ante la Real Sociedad en el Reale Arena han convencido a los sevillistas y han sido claves para la consecución de la clasificación para la Champions. En el último partido, una estirada a un tiro de Mikel Merino y una mano a mano con Willian José han vuelto a poner en valor su trabajo, por lo que no hay que descartar nada ahora mismo.
El Sevilla tiene una opción de compra por 4 millones de euros y se pueden dar todos los escenarios posibles. Vaclik también está pendiente de renovar y también se pone en duda su continuidad el año que viene y Monchi sigue buscando portero (se habla de Pacheco, de Rui Silva y del propio Dmitrovic). Todo dependerá de cómo se comporte el mercado en un verano difícil para todos los clubes. El Sevilla siempre podría pedir otro año de cesión o tratar de negociar a la bajo con el Girona su precio.