El presidente chileno, Gabriel Boric, afirmó el lunes que la exclusión de países como Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre de las Américas por parte de Estados Unidos “no es el camino” ya que históricamente no ha dado resultados.
En una conferencia de prensa junto al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el mandatario sudamericano señaló que considera la medida “un error”.
“Nos sentimos con el derecho a expresar aquí (en Canadá), en Estados Unidos o donde sea que la exclusión no es el camino, que no ha dado resultados históricamente y cuando Estados Unidos pretende excluir a determinados países, finalmente lo que hace es reforzar la posición que éstos tienen”, dijo.
Al igual que el presidente chileno, Andrés Manuel López Obrador, no está de acuerdo con la falta de invitación a la cumbre de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Después de varias semanas amenazando con no asistir a la cumbre a menos de que todos los países del continente fueran invitados, el presidente cumplió su promesa y anunció durante su conferencia de prensa matutina que será el Secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard, quien acudiría en su lugar.
“No puede haber Cumbre de las Américas si no participan todos los países del continente americano”, dijo López Obrador. “O puede haber, pero nosotros consideramos que es seguir con la vieja política de intervencionismo, de falta de respeto a las naciones y a sus pueblos”.
Sin embargo, Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, declaró ante la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador que “es importante reconocer que existe una variedad de puntos de vista sobre esta cuestión en nuestro hemisferio, al igual que en los Estados Unidos. La posición principal del presidente es que creemos que no se debe invitar a dictadores”.
El gobierno cubano emitió una declaración oficial en la que acusó a EE UU de mantener una posición “discriminatoria e inaceptable”, y denunció que Washington abusaba“del privilegio que le otorga su condición de país anfitrión”.
Según La Habana, la exclusión es “antidemocrática y arbitraria”, y una evidencia de que EE UU “concibió” y “utilizó” este mecanismo de diálogo de alto nivel “como instrumento de su sistema hegemónico en el hemisferio”.
Con información de Reuters
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