El primer ministro británico defendió a su principal asesor y justificó que éste haya violado la restricciones de confinamiento.
El primer ministro británico, Boris Johnson, se enfrentó este lunes a un motín en su partido y a una ola de indignación en todo Reino Unido por negarse a destituir a su asesor más cercano, Dominic Cummings, acusado de saltarse el confinamiento por coronavirus viajando a 400 kilómetros de Londres.
Johnson defendió el fin de semana a Cummings, uno de los hombres más poderosos del país, asegurando que actuó de forma “responsable y legal y con integridad” cuando viajó en marzo desde Londres a Durham, en el norte de Inglaterra, con su hijo y su esposa, que tenía síntomas del Covid-19.
Muchos creen que fue algo hipócrita teniendo en cuenta el mensaje de quedarse en casa que repetía el gobierno entonces. Cualquiera que presente síntomas debe autoaislarse en su hogar por 14 días.
“¿En qué planeta viven?”, se preguntó un titular de portada del Daily Mail, un influyente periódico de derechas que suele respaldar a Johnson.
Cummings tenía previsto emitir un comunicado público y responder preguntas más tarde en el día, según ITV y Sky News. Una portavoz de Downing Street declinó hacer comentarios.
Una veintena de legisladores conservadores desafió a Johnson al pedir de manera pública que Cummings dimita o sea cesado. Tanto ellos como otros aseguraron estar inundados de correos de electores que habían seguido las normas y sentían ahora que hay una regla para la gente cercana a Johnson y otra para el resto.
The Government should recognise what families have gone through and what people are thinking and saying. It is thus important that Dominic Cummings should now stand down. (5/5)
— Peter Aldous (@peter_aldous) May 25, 2020
“El gobierno debería reconocer lo que han sufrido las familias y lo que la gente piensa y dice. Por eso es importante que Dominic Cummings dimita”, dijo el legislador Peter Aldous en Twitter.
En una crítica inusual, más de una decena de obispos de la Iglesia de Inglaterra condenó públicamente a Johnson y Cummings. “La irrisoria defensa de Cummings por parte del primer ministro es un insulto a todos los que han hecho tantos sacrificios para garantizar la seguridad de otros”, dijo Johne Inge, obispo de Worcester.
(Rts)