El régimen talibán deberá demostrar un compromiso en la práctica con los derechos humanos de las mujeres, la lucha antiterrorista y la erradicación del narcotráfico para ganarse el reconocimiento y la confianza de la comunidad internacional. Así lo indicó el primer ministro británico, Boris Johnson, en una intervención extraordinaria en la Cámara de los Comunes del Parlamento de Westminster, que está debatiendo la situación en Afganistán este miércoles.
“Juzgaremos a este régimen en función de las elecciones que tomen, por sus acciones más que sus palabras, en su actitud frente al terrorismo, crimen y narcóticos, además de en acceso humanitario y derechos de las niñas a ser educadas”, avanzó a los diputados.
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La Cámara está al completo, sin las restricciones de la distancia de seguridad y con apenas una mascarilla a la vista en las bancadas conservadores. El interés de la moción parlamentaria, que interrumpió las vacaciones de la mayoría de diputados, fue clara desde los primeros minutos de un debate que se prolongará durante más de cinco horas.
Johnson fue constantemente interrumpido por colegas críticos con la operación de repliegue de tropas y el evidente caos que se produjo al inicio de la evacuación de nacionales extranjeros y afganos que trabajaron con las fuerzas de la OTAN durante las dos décadas de asistencia militar aliada.
El mandatario advirtió que “hasta los talibanes” se sorprendieron del vertiginoso avance de su ofensiva y la facilidad con la que recuperaron el poder, justo en vísperas del 20 aniversario del atentado islamista que destruyó las Torres Gemelas de Nueva York. Aseguró, sin embargo, que su gobierno llevaba “muchos meses preparando” el procedimiento de evacuación desde el aeropuerto de Kabul.
Johnson defendió el repliegue de los soldados británicos porque, según dijo, “Occidente no podía continuar” en el país islámico sin el apoyo logístico y militar de Estados Unidos. “Es una ilusión creer que hay apetito entre nuestros socios para continuar la presencia militar o para una solución militar impuesta por la OTAN en Afganistán”, espetó.
El Ejecutivo confirmó la ampliación del programa de acogida de inmigrantes afganos más allá de los estimados 5.000 individuos y sus familiares que colaboraron y trabajaron con las fuerzas británicas en las dos últimas décadas. La nueva iniciativa beneficiará a un máximo inicial de 20.000 afganos, que tendrán la oportunidad de asentarse en Reino Unido en los “próximos años”.
Interior no ha dado a conocer los detalles ni la pauta temporal que guiará este plan de acogida “por rutas seguras” de las personas más vulnerables, incluidas mujeres y niñas. Se inspira en el procedimiento abierto para Siria, que ha resultado en unos 20.000 sirios, que estaban confinados en campos de refugiados de los países vecinos, alojados provisionalmente en Reino Unido desde 2014. Respecto a Afganistán, la aspiración pasa por acoger a 5.000 refugiados en el primer año.
“No retornaremos a nadie a Afganistán”, dijo Johnson respecto a los emigrantes que cruzan el Canal de la Mancha, en botes pequeños, desde Francia a la costa inglesa. “Tampoco les permitiremos venir indiscriminadamente. Seremos generosos … sin arriesgar la seguridad nacional”, contestó a preguntas de diputados laboristas.
Respecto a la situación en el aeropuerto de Kabul, el primer ministro señaló que la evacuación prosigue sin impedimentos de la milicia talibán y con un sentimiento generalizado de urgencia. “La situación se ha estabilizado desde el fin de semana, pero continúa siendo precaria y funcionarios del Reino Unido están haciendo todo lo posible para acelerar el proceso”, dijo, elogiando la labor del embajador británico.
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