Boris Johnson ha visitado este viernes, por segunda vez y de nuevo por sorpresa, la capital de Ucrania. El primer ministro británico se ha reunido en Kiev con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, el mismo día en que la Comisión Europea ha anunciado su respaldo a la candidatura del país al ingreso en la UE. Apenas 24 horas antes, los líderes de Francia, Alemania e Italia habían viajado juntos hasta la ciudad del país en guerra para mostrar su apoyo a las aspiraciones ucranias de formar parte del club de los 27. Johnson contraprograma a Bruselas con un triple, y apenas disimulado objetivo: marcar distancia en política internacional con la UE; reforzar un mensaje de dureza contra Moscú, a la vez que alimenta la sospecha de que algunos países europeos buscan una paz rápida y con concesiones; y ampliar su imagen en casa de estadista, en horas muy bajas de su popularidad.
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Circula desde hace meses en los mentideros políticos británicos un comentario cargado de crueldad, pero también de sospecha: cada vez que Johnson se ve agobiado por sus problemas internos, saca a pasear a Zelenski. Es incuestionable el esfuerzo de apoyo militar, diplomático y político del Gobierno del Reino Unido al pueblo ucranio, en forma de material defensivo de guerra, programas de entrenamiento a sus soldados, ayuda humanitaria y leyes y sanciones contra los oligarcas rusos que respaldan el régimen de Vladímir Putin. Este viernes, el primer ministro ha prometido a Zelenski que redoblará las ayudas de entrenamiento militar para acelerar la respuesta contra la agresión rusa. Desde 2015, el ejército británico ha formado a más 23.000 soldados en el uso del armamento vendido al país, y en tácticas de guerra.
Boris Johnson y Volodímir Zelenski visitan el Muro de la Memoria de los Defensores Caídos de Ucrania, este viernes.REUTERS
“Mi visita hoy, en el fragor de esta guerra, tiene como objetivo enviar un claro y simple mensaje al pueblo de Ucrania: el Reino Unido está con vosotros, y seguiremos a vuestro lado hasta que finalmente venzáis”, ha dicho Johnson en Kiev. “Por eso he ofrecido hoy al presidente Zelenski un nuevo y amplio programa de entrenamiento militar que puede lograr cambiar la ecuación de esta guerra, al embridar la más potente de todas las fuerzas: la determinación de los ucranios de vencer”, ha anunciado el primer ministro.
Johnson ha insinuado en los últimos días, sin lanzar acusaciones directas, que los precios elevados del petróleo, el gas, el grano y hasta los fertilizantes agrícolas pueden empujar a algunos países a presionar a Kiev para que cierre un acuerdo de paz con Moscú. “Sé que algunos defienden, no en este país pero quizá en otras partes, que el precio de apoyar a los ucranios comienza a ser muy elevado, y que deberíamos animarles a ceder a las presiones de Putin”, dijo el primer ministro británico el pasado 9 de junio durante una visita a la localidad de Lancashire. “No creo que podamos contemplar esa opción. No solamente porque abandonar a los ucranios sería moralmente repugnante. Son las víctimas y tienen el derecho absoluto a defender un país libre e independiente”, afirmaba.
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