El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha defendido el proceso constituyente chileno como una oportunidad para cimentar la convivencia política en el país sudamericano. “Las constituciones son un marco para la acción que debe ser capaz de acoger en su seno distintas expresiones políticas. Por eso creo que, si es es así, y espero que sea así, Chile no tiene nada que temer de un nuevo marco constitucional”, dijo este jueves en una rueda de prensa en las nuevas oficinas de la embajada de la Unión Europea en Santiago de Chile. Las declaraciones del diplomático llegan en un momento en el que la desafección de la ciudadanía al proceso va en aumento, según los últimos sondeos, calificados de “preocupantes” por el presidente Gabriel Boric.
“Las Constituciones no son elementos de división, son elementos de cohesión”, afirmó Borrell, aunque aclaró que no pretendía “dar consejos a nadie”. “Dentro de una misma constitución pueden caber gobiernos de izquierdas y derechas. Las constituciones son piedras fundamentales de la convivencia política por lo tanto necesitan un gran acuerdo. Cuanto más grande mejor”. Una robusta mayoría del 80% de chilenos votó en octubre de 2020 para enterrar la Constitución de Augusto Pinochet y escribir una nueva. Sin embargo, las últimas encuestas revelan que el rechazo a la nueva Carta Magna – en la que continúa trabajando la Convención Constituyente- va al alza y, en algunos casos, supera al apruebo. El plebiscito de salida será el 4 de septiembre.
En su visita a Chile, el vicepresidente de la Comisión Europea ha remarcado que la UE está siguiendo “con mucho interés” el proceso chileno “porque permite canalizar las nuevas formas de expresión política”. “Siempre que se innova en política se corren riesgos, pero son riesgos que merecen la pena asumir”, dijo el miércoles tras su encuentro con Boric en La Moneda, el cuarto presidente chileno con el que se reúne durante su carrera política.
Borrell arrancó el martes su gira por Latinoamérica en Chile con el fin de abordar la modernización del Acuerdo de Asociación firmado 20 años atrás. El vicepresidente de la Comisión Europea reconoció que “le hubiese gustado” sellar la actualización del acuerdo en su visita, pero el Gobierno de Boric le pidió más tiempo para revisar aspectos técnicos. “Espero que su reconsideración no signifique reabrir las negociaciones, sino entender mejor cuáles son los términos del acuerdo al que se ha llegado con el Gobierno anterior”, afirmó el alto funcionario en la sede diplomática de la UE. De firmarse, será el acuerdo de asociación más completo y más moderno que el bloque europeo tenga con ningún otro país.
En La Moneda, Boric dijo que le había “dejado bien claro” al jefe de la diplomacia europea que Chile tiene la voluntad de actualizar el acuerdo. “Eso no está en discusión. Lo que está en discusión son algunas cuestiones procedimentales”, apuntó el presidente chileno. También hizo hincapié en el interés del país por desarrollar una política industrial que le permita al Estado, en colaboración con la UE, fomentar aspectos como las transferencias tecnológicas o los encadenamientos productivos en la región.
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