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Botín pide que los gobiernos penalicen las energías contaminantes para facilitar la transición verde


La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ha reclamado que los gobiernos establezcan marcos regulatorios a largo plazo e incentivos y desincentivos regulatorios “claros y coherentes” para cada sector, de cara a facilitar la transición verde.

“De la misma manera que cuando se introdujo la gasolina, los gobiernos dieron incentivos que permanecen hasta hoy para incentivar su uso, ahora necesitan implementar políticas que hagan exactamente lo contrario. Y esto es en todos los sectores, también en el cemento y otros sectores” ha afirmado. Y continuó añadiendo que es lo que piden al sector privado que “estamos absolutamente dispuestos a hacer lo que tenemos que hacer, pero también necesitamos que nos ayuden con estas políticas públicas”, ha resumido la presidenta del Banco Santander.

En esta ocasión, la reunión ha situado el cambio climático como el principal desafío del futuro y ha avisado de que la COP26 de Glasgow puede ser “la última oportunidad” para mantener las ambiciones fijadas en el Acuerdo de París de tener cero emisiones netas en 2050.

Mensaje a los bancos centrales

Tras declararse una persona “optimista”, Botín ha explicado que el cambio climático es un reto global que requiere “una respuesta global” y advirtió de que “ciencia sugiere que, salvo que hagamos algo rápido, el cambio podría ser irreversible”.

Botín, que se ha posicionado en otras ocasiones como una convencida del papel de los bancos en la lucha contra el cambio climático, ha reclamado la unificación de criterios contables y medioambientales. En su opinión, es la mejor manera para que las entidades tengan claro qué empresa es verde y cuál no porque, de lo contrario, no podrán cumplir con los objetivos de financiación sostenible que les imponen los bancos centrales y no podrán ayudar a la descarbonización.

En un debate en el que participó, Botín ha dicho que solo se puede progresar cuando puedes medir las situaciones, por lo que pidió datos de calidad en este campo para determinar cuáles de los 150 millones de clientes son verdes. La presidenta del primer banco español ha abogado por una coordinación internacional que fije qué actividades empresariales son sostenibles para facilitar el trabajo de las entidades que están en mercados de diferentes países y continentes.

“Lo más difícil, que los votantes lo entiendan”

En diferentes países ha habido fuerte oposición a algunas medidas ecológicas porque castigaban a las clases más desfavorecidas. La más relevante fue la protesta de los chalecos amarillos en Francia. Sin hacer mención a este asunto, ha apuntado: “Y falta lo más difícil, que los votantes y ciudadanos entiendan la importancia de la necesidad de estas políticas públicas porque si lo entienden, puedan aceptar los cambios que están por venir. Necesitamos gobiernos que puedan crear redes de seguridad social para aquellos cuyos puestos de trabajo cambiarán o desaparecerán, y políticas que incentiven y ayuden a las empresas a crear los millones de nuevos puestos de trabajo que los sustituyan”.

La banquera indicó que se deben “traducir los grandes cambios y políticas al lenguaje y a la experiencia de las pequeñas empresas y de las familias. Porque solo con esa perspectiva podemos entender cómo se ven los problemas desde abajo”. Y envió un mensaje a los banqueros centrales al preguntarse: “¿Cuánto capital debe tener un banco?”, una idea que entiende que parece abstracta “hasta que lo aterrizas y lo conectas con la flexibilidad de un balance a la hora de dar un préstamo” a una gran empresa o una pymes que “tienen resiliencia, imaginación y capacidad de innovación.

No dejó la oportunidad de recordar el compromiso del Santander con “el espíritu emprendedor de las empresas. Estamos financiando la transición verde. Somos líderes globales en financiación de renovables. Solo desde 2020, los proyectos de renovables que hemos financiado han creado energía suficiente para abastecer una ciudad tres veces el tamaño de Londres”, ha destacado.

Calviño: La misma ayuda de la UE que en 35 años

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, clausuró la Conferencia Bancaria del Santander. En su discurso, dijo que el Plan UE “es una oportunidad histórica para España, con hasta 140.000 millones de euros para impulsar inversiones y reformas de aquí a 2026. Esto equivale a lo que España ha recibido en transferencias de fondos estructurales desde nuestra entrada en la Unión Europea”, que se produjo en enero de 1986.

Calviño añadió: “Todos somos conscientes de la destacada modernización del país gracias a este apoyo financiero en los últimos 30 años, así que imagínense lo que podemos lograr de aquí al 2026, si tomamos las decisiones correctas ahora”. La vicepresidente cree que a medida que la implementación de las inversiones alcance su velocidad de crucero “y avancemos en reformas estructurales clave, el plan de recuperación contribuirá a la actividad económica y al cambio tecnológico y social”.

También indicó que las ayudas implantada por el Gobierno han “evitado una caída del PIB por encima del 25% en España, la destrucción de más de tres millones de puestos de trabajo, una crisis financiera mundial y un daño social enorme que habría llevado a una desigualdad social aún mayor”.


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