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Brahim Gali: “Acogerme en un hospital fue un gesto valiente de España”

Brahim Gali: “Acogerme en un hospital fue un gesto valiente de España”

Durante 44 días, entre el 18 de abril y el 1 de junio del año pasado, Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un Estado al que reconocen medio centenar de países (entre los que no figura España), estuvo ingresado en el hospital San Pedro de Logroño aquejado de una grave afección de la covid-19. Gali recibió este miércoles a EL PAÍS en Bruselas, donde asiste a la cumbre Unión Europea-Unión Africana. Visiblemente recuperado, da muestras a sus 72 años de una pasión que se enciende cuando habla de la situación del pueblo saharaui, olvidado a su juicio por la comunidad internacional.

“Ante todo, quiero agradecer el gesto humanitario”, afirma Gali en su primera entrevista con un periódico español tras su hospitalización en La Rioja. “Reconozco que fue un gesto valiente y tiene mucho significado para nosotros. Aprovecho para hacer llegar a los médicos y al resto del personal mi agradecimiento profundo. Fueron momentos difíciles. Todo el mundo estaba tenso y es lógico. Pero el trato fue muy correcto y llegué a sentirme en familia. Sensibilidad, comprensión, disponibilidad. Se preocuparon por mi vida, por sacarme de esa situación. Y lo han logrado. Gracias a Dios y a ellos, ahora estoy aquí, respondiendo a sus preguntas”, enfatiza en español.

Pregunta. ¿Qué le parece que la entonces ministra de Exteriores esté imputada en un juzgado por su entrada en España?

Respuesta. ¿Qué quiere que le diga? Yo no creía que por salvar una vida humana se pueda llegar a tal extremo.

P. ¿Por qué aceptó declarar ante el juez de la Audiencia Nacional que investigaba las denuncias contra usted?

R. Por estar convencido de que esas denuncias no tienen ninguna base real, que son una manipulación de Marruecos para confundir a la opinión pública española.

P. Su presencia en España fue el detonante de una crisis diplomática con Marruecos que aún no se ha cerrado.

R. Sinceramente, yo no creo que mi presencia fuera la causa. Yo salí de España el 1 de junio de 2021, estamos a 16 de febrero de 2022. ¿Se han normalizado las relaciones? ¿Se ha superado la crisis? No. ¿Por qué? Marruecos se habituó a usar cualquier elemento para intentar presionar a los gobernantes españoles. Para nosotros, España es un país soberano que dicta su política exterior. No tiene que ser la política que agrada a Rabat sino los propios intereses del Estado español los que dictan sus relaciones diplomáticas. [Los marroquíes] han logrado, hay que reconocerlo, ciertas concesiones. Pero creo que han llegado al extremo de decir: ¡Basta ya! Sobrepasaron todos los límites, todas las líneas rojas. No quieren normalizar, quieren imponer su voluntad a los gobernantes españoles.

P. ¿Cree que la presión de Marruecos puede llevar a España y Alemania a cambiar de posición sobre el conflicto del Sáhara?

R. A mi juicio, no. Cambiar posturas que han defendido durante casi 47 años y que emanan de la legalidad internacional… Entonces, ¿han estado equivocados todo este tiempo? Creo que tanto alemanes como españoles respetan el derecho del pueblo saharaui a decidir su propio futuro mediante un referéndum de autodeterminación.

P. ¿Qué ha supuesto el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara por parte del presidente Trump?

R. Para nosotros es un no acontecimiento. La legalidad internacional supera la postura de un presidente que acaba de perder las elecciones. Es una forma de despedirse dando lo que no le pertenece a quien no lo merece. Fue un error que, en vez de ayudar en la solución, ha intentado alargar el conflicto, pero no tiene ninguna validez y creo que la actual Administración difiere mucho, aunque aún no ha declarado abiertamente que no están con esa postura de Trump.

P. Varios países africanos han abierto consulados en el Sáhara. ¿Marruecos les está arrinconando en la Unión Africana?

R. No estamos arrinconados en la Unión Africana, sino muy bien tratados. Creo que en muchos de esos países no pesa la influencia marroquí sino el soborno marroquí y la influencia política de un Estado europeo. Si repasas la lista encontrarás que más del 90% [de países] giran en torno a ese Estado europeo.

P. Cuyo nombre no quiere mencionar…

R. Sí, sí, con toda la facilidad del mundo: Francia, París.

P. El Tribunal General de la UE ha declarado ilegales los acuerdos pesquero y comercial de la Unión con Marruecos. ¿Qué va a hacer el Polisario?

R. Esperaremos a la sentencia definitiva. Estoy convencido de que va a ser consecuente con las anteriores. Cuando tenga el dictamen definitivo veremos cuáles son los pasos a seguir. Mi sugerencia a los europeos, sobre todo a españoles y holandeses, fue que evitaran recurrir para no alargar el saqueo de nuestros recursos, pero han recurrido.

P. ¿Pedirán indemnizaciones?

R. Es prematuro decirlo.

P. ¿Qué habló con el nuevo enviado especial de la ONU, el señor Staffan de Mistura?

R. Vino a escuchar a las partes. No llevaba nada entre manos. Antes tiene que escuchar; y efectivamente, escuchó. Le dije tres cosas. Primero, que es el primer enviado del secretario general que recibimos en una situación de guerra. Segundo, que nos gustaría que analizara por qué han fracasado sus antecesores. Y tercero: esto no es un conflicto tan complejo como muchos le comentan. Es un proceso de descolonización inconcluso, responsabilidad de Naciones Unidas, que ha incumplido su compromiso de organizar un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui.

P. ¿Qué condiciones pone el Polisario para volver al alto el fuego que se rompió en 2020?

R. Que Naciones Unidas reconsidere su forma de gestionar este conflicto, que ejerza su influencia para que la otra parte acate la legalidad internacional. Las concesiones del Polisario han servido de oxígeno para que el proceso tenga 30 años de vida. Fue Marruecos quien, en presencia de la ONU, desconecta los tubos y da el tiro de gracia al proceso, sin perspectivas de solución. Se burlaban de nuestra paciencia, de nuestra buena fe, de nuestra cooperación y alargaban nuestro sufrimiento. No estamos dispuestos a esperar otros 30 años. Lucharemos.

P. ¿Descarta un alto el fuego para poder sentarse a negociar?

R. Ya lo hemos experimentado. No es condición previa, sino el resultado después de negociaciones serias, creíbles y con presencia de Naciones Unidas, para determinar la conducta de uno y otro, quién coopera y quién obstruye. Los informes anuales del secretario general [de la ONU] nos tratan en pie de igualdad, agredido y agresor, pero no hay igualdad en otros aspectos. Habrá desafíos también, habrá victorias y Marruecos no está en sus mejores momentos.

P. ¿Hasta qué punto ha influido el apoyo militar de Israel a Marruecos?

R. En su inicio probablemente, pero con el tiempo nos adaptaremos, iremos desmontando ciertas dificultades. Creo que estamos en buen camino. La moral del Ejército marroquí está bajísima y la de nuestros combatientes sube cada vez más.

P. Pero no cabe una solución militar para este conflicto.

R. Lo sé. No cabe ni para unos ni para otros, pero imponerme su voluntad tampoco garantizaría una paz segura, definitiva. Buscamos una paz justa, duradera, que permita a nuestro pueblo y a los demás pueblos de la región a vivir en coexistencia y cooperar. Lo más doloroso es el silencio cómplice de la comunidad internacional.

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