La actividad del sector de servicios –que representa cerca del 60% del PBI de Brasil– se desplomó un 11,7% en abril según datos del Instituto Brasileiro de Geografia e Estadistica (IBGE), la peor caída en casi una década.
Se trata de la tercera baja sucesiva –en febrero el sector se contrajo 1% y en marzo 7%, mientras que en el acumulado del año la contracción asciende a 18,7%– y refleja las secuelas económicas de las medidas de cuarentena y restricciones de circulación que impusieron los diferentes estados brasileños para tratar de contener el avance de la pandemia de coronavirus, que ya le ha costado la vida a 45.241.
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En abril 26 de los 27 estados de la federación mostraron una reducción de sus ingresos por la paralización de los servicios: el más afectado fue Bahía (-21%) seguido por Rio Grande do Sul (-15,2%); Río de Janeiro (-12,7%); el principal socio comercial de la Argentina, San Pablo (-11,6%); y Paraná (-11,1%).
En comparación con abril de 2019, los nuevos datos reflejan una caída del 17,2% y del 4,5% si se comparan los primeros meses del 2020 y los del año pasado.
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Las cinco categorías analizadas por el IBGE reportaron pérdidas: los servicios prestados a las familias (que incluye alojamiento y gastronomía) se hundieron un 44, 1%; mientras que el sector del transporte cayó 17,8%. Dentro de este sector, el transporte aéreo tuvo una caída estrepitosa del 73,8%. Los datos se completan con servicios de información y comunicación (3,6%); servicios profesionales, administrativos y complementarios (8,6%); y otros servicios (7,4%).
Sin embargo, para las autoridades brasileñas, el país parece estar saliendo de lo peor de la recesión económica generada por el coronavirus y está listo para retomar la agenda del gobierno de privatizaciones, desregulación y reformas fiscales en los próximos dos o tres meses, según declaraciones que hicieron ayer el ministro de Economía Paulo Guedes y el secretario del tesoro Mansueto Almeida.
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Guedes le dijo al Acton Institute de Estados Unidos que la recesión “autoprovocada” debido a las medidas de aislamiento social contra el coronavirus podría convertirse en una depresión si no se aborda apropiadamente y que un regreso a las reformas económica y fiscal será esencial.
Según O Globo, Guedes planea adelantar para este año cuatro importantes privatizaciones, incluida la de Eletrobras, para recaudar efectivo y revitalizar la inversión del sector privado.
Mientras, Almeida resaltó la necesidad de retomar el ajuste fiscal lo más pronto posible, advirtiendo que el proyectado déficit presupuestario primario de unos 700.000 millones de reales (u$s 133.000 millones) podría llegar a 800.000 millones de reales si el gobierno no es cuidadoso.
También afirmó que una revisión al sistema tributario probablemente sea la prioridad del gobierno desde una perspectiva de crecimiento económico, pero admitió que podría ser difícil obtener consenso político para una reforma de amplio alcance.
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