El ministro entrante de Justicia de Brasil, Flavio Dino, anunció este domingo que se reforzarán los mecanismos de seguridad para la toma de posesión del presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, como medida preventiva ante la detención de una persona que amagó con explotar una bomba en protesta por el triunfo de Lula.
Dino indicó, a través de una publicación en su perfil de la red social Twitter, que “la toma de posesión del presidente Lula tendrá lugar en paz”.
“Todos los procedimientos serán reevaluados, con miras a fortalecer la seguridad. Y se intensificará la lucha contra los terroristas y los alborotadores. La democracia ha ganado y ganará”, aseveró el futuro titular de la cartera de Justicia.
La Policía de Brasilia detonó un presunto artefacto explosivo este fin de semana en las afueras del Aeropuerto de la capital y detuvo a un empresario, George Washington de Oliveira Sousa, que confesó haber planeado un atentado.
En declaraciones a la Policía, el hombre afirmó que el acto fue planeado por integrantes de grupos a favor del actual presidente Jair Bolsonaro (PL), protestas que tienen lugar frente a la sede del Ejército, en Brasilia, informó el portal de noticias G1.
Tras ello, Dino criticó “los graves hechos ocurridos en Brasilia”, que según él “prueban que los llamados campamentos ‘patrióticos’ se han convertido en incubadoras de terroristas”.
Asimismo, anunció que propondría a la Fiscalía que “constituyan grupos especiales para combatir el terrorismo y el armamento irresponsable”. “El estado de derecho no es compatible con estas milicias políticas”, apuntó.
La noticia de la bomba añadió una nueva dimensión a la violencia postelectoral en Brasil, donde las tensiones siguen siendo altas después de las elecciones más reñidas en una generación en el país.
Bolsonaro, que aún no ha reconocido su derrota, ha hecho afirmaciones infundadas sobre la credibilidad del sistema de votación de Brasil, y muchos de sus partidarios más acérrimos le creen. En contraste, el jefe del tribunal electoral de Brasil rechazó el mes pasado una denuncia de los aliados de Bolsonaro que impugnaba la elección presidencial.
Frente al cuartel general del Ejército, el campamento de Brasilia se ha convertido en uno de los más extremos del país. El 12 de diciembre, día en que se certificó la victoria de Lula, algunos de los habitantes del campamento atacaron el cuartel general de la policía federal en Brasilia.
Robson Cândido, jefe de la Policía Civil en Brasilia, dijo que un hombre de 54 años del nororiental estado de Pará había sido detenido y confesó haber colocado el artefacto en un camión de combustible cerca del aeropuerto de Brasilia para sembrar el caos.
“Vino a participar en las protestas, frente al cuartel general del Ejército, y forma parte de ese movimiento que apoya al actual presidente”, dijo a periodistas. “Están en esa misión, que según ellos es ideológica, pero que se ha descontrolado”.
La policía también encontró rifles de asalto y otros explosivos en un apartamento alquilado por el hombre en Brasilia. Cândido dijo que el sospechoso era un propietario de armas registrado, parte de Coleccionista, Tirador Deportivo y Cazador (CAC), un grupo cuya membresía se ha sextuplicado a casi 700 mil personas desde que Bolsonaro fue elegido en 2018 y comenzó a flexibilizar las leyes de armas.
El jefe de la policía también dijo que el hombre, y quienes lo ayudaban, habían intentado activar el artefacto explosivo, pero que no había estallado. Añadió que aún no estaba claro cuántas otras personas estaban involucradas.
“Nunca hemos tenido bombas aquí en Brasil”, sostuvo.
(Con información de Europa Press y Reuters)
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