Por primera vez en 13 años, Britney Spears ha conseguido un pequeño logro personal en la gestión de su custodia, que manejan tanto su padre como la administradora Jodi Montgomery. En una nueva vista de su caso celebrado la noche del miércoles en Los Ángeles, California, la artista de 39 años ha conseguido que le dejen elegir a su propio abogado, tras la renuncia del anterior hace apenas una semana. Así ha conseguido poner fin a lo que ella considera “un abuso”.
La cantante volvió a dar su testimonio por teléfono ante el tribunal tres semanas después de su primera y explosiva intervención, en la que suplicó a la jueza Brenda Penny que la liberara de la tutela de su padre. Este nuevo testimonio aumentó el interés mundial en un caso que ya fue objeto de una frenética campaña #FreeBritney (Liberad a Britney) por parte de sus admiradores. Varios centenares de ellos se reunieron frente al Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles.
Durante la audiencia del miércoles, la jueza Penny aceptó la renuncia del anterior abogado de Spears y señaló que aceptaría en su lugar a Mathew Rosengart, designado por la cantante de 39 años. Rosengart ha explicado que va a presentar una petición “lo antes posible” para destituir a Jamie Spears como tutor de la artista, sugiriendo que debería simplemente renunciar. “Presentaremos una petición tan pronto como sea posible para apartar al señor Spears” de ese rol, dijo Rosengart, un exfiscal federal que ha representado anteriormente a personalidades como Steven Spielberg y Sean Penn. “Como dije en el tribunal, una pregunta muy justa es: ¿por qué el señor Spears no se retira voluntariamente? Ya no pertenece a esta tutela. Y creemos que debería dimitir voluntariamente de inmediato”.
Al hablar con el tribunal por teléfono, Britney Spears se mostró por momentos enfadada y molesta; de hecho, utilizó algún que otro improperio. Además, explicó que quería “presentar cargos” contra su padre. “Estoy enfadada e iré por ello”, dijo la cantante, que incluso dijo al tribunal que llegó a pensar que “intentaban” matarla. “Si el tribunal no ve esto como un abuso… no sé lo que es”, dijo la cantante, al pedir una investigación contra su padre y sugiriendo incluso que podría querer una orden de restricción contra él.
La aprobación por parte de la jueza Penny del nuevo abogado de Spears, pendiente de confirmación formal, es una gran victoria para la estrella. La joven dijo que quiere que se termine la tutela sin tener que someterse a más pruebas psicológicas “estúpidas”, pero que si se requieren pruebas se conformaría con la simple eliminación de su padre del sistema. El hecho de que Spears haya podido elegir a su abogado pone en entredicho la tutela legal en sí, que es un mecanismo creado supuestamente para personas que no pueden hacerse cargo de sus vidas ni tomar decisiones por sí mismas. Según EFE, la decisión de la jueza sienta un precedente en el caso de Britney que podría trasladarse al resto del sistema legal que ampara las tutelas, en plena controversia gracias a la notoriedad de la cantante.
El abogado de Jamie Spears no se opuso al nuevo letrado, pero dijo al tribunal que la afirmación de la artista de que su padre es responsable de todo lo malo que le ha ocurrido es “lo más alejado de la verdad”. Señalando que no renunciará voluntariamente, el abogado dijo que el padre de Spears “ha estado ahí las 24 horas del día durante los últimos 13 años”, y volvió a hacer un llamamiento para que el tribunal investigue las denuncias de abuso de la cantante. La madre de Spears, Lynne (divorciada de Jamie), ha defendido el derecho de su hija a elegir a su propio letrado.
Spears, que saltó a la fama en su adolescencia, sufrió una crisis nerviosa que se hizo pública en 2007 cuando tras haberse rapado la cabeza, atacó el coche de un fotógrafo en una gasolinera. Al año siguiente, un tribunal californiano la puso bajo una tutela legal única regida en gran medida por su padre, Jamie. Spears no tardó en volver a actuar, publicó tres álbumes, apareció en varios programas de televisión e incluso aceptó una serie de conciertos en Las Vegas.
Sin embargo, en enero de 2019 la artista anunció que suspendía sus actuaciones hasta nuevo aviso. Tras varias peticiones legales para que su padre dejara de ser su tutor legal y para que se acabara su custodia, siempre por parte de sus letrados, finalmente en junio ella misma realizó una apasionada petición para que su situación cambiara, alegando que le habían impedido retirarse un DIU anticonceptivo, a pesar de querer tener otro hijo, y que le administraban medicamentos que la hacían sentirse “borracha”. También afirmó que la habían obligado a cantar bajo amenaza de demanda y que ni siquiera se le permitía cambiarse en privado o conducir su propio automóvil. “Sólo quiero que me devuelvan mi vida. Han pasado 13 años y ya es suficiente”, dijo Spears ante la audiencia.
Desde ese alegato, muchas de las figuras centrales de la compleja y polémica red creada para gestionar sus asuntos personales y profesionales han tomado distancia. El abogado que fue designado para la artista después de su crisis nerviosa, Samuel Ingham, pidió que le separasen del caso hace apenas una semana. Ingham ha ganado durante sus años de custodia de Spears unos tres millones de dólares, según explicó el diario The New York Times. Así lo hizo también Bessemer Trust, la compañía de gestión financiera que asumió el control del patrimonio de Spears conjuntamente con su padre Jamie. Él sí que permanece a cargo del mismo, pese a una petición en sentido contrario presentada el año pasado. La juez Brenda Penny aceptó ambas peticiones, la de Ingham y la de Bessemer, en la vista del miércoles. Además, quien ha sido manager de la cantante durante 25 años, Larry Rudolph, también dimitió a primeros del mes de julio.
La artista cuenta con mucho apoyo público, desde los fans que corean fuera de la sala del tribunal hasta sus compañeras musicales Christina Aguilera y Madonna, que hace unos días publicó un alegato defendiéndola en el que decía: “Devolvedle a esta mujer su vida. La esclavitud fue abolida hace mucho tiempo. Muerte al patriarcado codicioso que le ha estado haciendo esto a las mujeres durante siglos. ¡Esto es una violación de los derechos humanos! ¡Britney, estamos llegando para sacarte de la cárcel!”.
En una pequeña manifestación en Washington, Patrick Thomas, de 34 años, jefe del recién creado grupo Free Britney America, calificó la situación de la cantante de “arcaica”. “No se trata solo de Britney. Se trata de todas las demás personas que están atrapadas en una situación así, lo que yo llamaría una prisión. Y lo que ella misma describió como una situación de abuso y tráfico”, explicó Thomas, cuyo grupo está presionando para que se celebre una audiencia en el Congreso y se supervisen a nivel federal las tutelas.
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