Bruselas busca taponar la ruta de los Balcanes. Aunque la prioridad de la Comisión Europea es frenar las llegadas de migrantes en situación irregular por la vía del Mediterráneo central, que ha aumentado pese a la llegada del invierno, también quiere reducir el flujo desde los países balcánicos occidentales, que se ha incrementado en los últimos meses. El Ejecutivo comunitario ha presentado un plan para reforzar la agencia de fronteras de la UE (Frontex) en la región y colocar a parte de su personal no solo en las fronteras con los Estados miembros, sino también en las lindes entre los propios países de los Balcanes. Esto ocurre en vísperas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE y de los Balcanes en Tirana (Albania), con la que Bruselas pretende visibilizar que la vía de la adhesión al club comunitario de estos países no está congelada, sino tan solo bastante fría.
El plan migratorio de cinco puntos exige, además, que los países balcánicos endurezcan sus políticas de entrada sin visado con Estados terceros para que esas entradas no puedan pavimentar algún tipo de camino a territorio comunitario. La mayoría de los países de los Balcanes occidentales —Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia y Kosovo— tienen acuerdos sin visa con la UE y también con algunos otros países. Serbia, por ejemplo, rescindió sus pactos con Túnez y Burundi, pero tiene acuerdos con otra docena de terceros países que permite a sus ciudadanos llegar al país sin visado. “Todos los socios de los Balcanes occidentales tienen brechas significativas con la política de visas de la UE. Y es por eso que deben abordarse en todos los países de los Balcanes occidentales”, ha recalcado este lunes la comisaria de Interior, Ylva Johansson.
Los líderes de la UE tratarán el tema con sus homólogos de los Balcanes occidentales en Tirana para la primera cumbre que celebra la región este martes. El plan de la Comisión Europea incluye cinco puntos, que se centran en fortalecer la gestión de fronteras a lo largo de las rutas; procedimientos de asilo rápidos y capacidad de recepción de apoyo; luchar contra el tráfico de personas; mejorar la cooperación para los retornos y también una mejor alineación de los visados.
Durante los primeros diez meses del año, se registraron más de 128.000 cruces fronterizos irregulares hacia la UE a través de los Balcanes occidentales, según Frontex; un 168% más que en el mismo periodo de 2021, aunque el aumento se debe también a la situación tras la pandemia. La ruta es, según la agencia, el punto de entrada “más activo” a la Unión.
“Podremos reducir los números, primero reforzando la gestión de fronteras”, dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. “Necesitamos una fuerte presencia de la UE sobre el terreno y explotar al máximo el potencial y el nuevo mandato de Frontex”, añadió Schinas. La agencia de fronteras tiene a unas 500 personas desplegadas en la zona, pero solo en la frontera entre los socios de los Balcanes occidentales y las fronteras exteriores de la UE, según explicó la comisaria de Interior. El nuevo plan de Bruselas permitirá también que se desplieguen “internamente”, entre dos socios de los Balcanes.
Según el Ejecutivo comunitario, Frontex ha apuntalado acuerdos con Albania, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia para estacionar personal de la agencia en sus fronteras. Además, prepara otro pacto con Bosnia. Los acuerdos, según la Comisión Europea, incluyen unos 40 millones de euros en equipos de vigilancia y gestión de fronteras.
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El plan para acotar las llegadas irregulares por la ruta balcánica se suma al cocinado hace unos días para tratar de frenar las entradas desde el Mediterráneo central. Se trata de un conjunto de iniciativas que ya estaban en vigor, pero con el que Bruselas ha querido enfriar los roces entre Francia e Italia por la gestión de las personas rescatadas por el buque de salvamento Ocean Viking. El Gobierno liderado por la ultraderechista Giorgia Meloni impidió desembarcar en Italia a su tripulación, pese a que sus puertos eran los más cercanos a los puntos de rescate. Finalmente, terminó recalando en Francia. París aseguró entonces que se apeaba del pacto migratorio que reparte las acogidas entre algunos Estados miembros, un pacto que no se cumple. Las llegadas por esta ruta marítima han aumentado este año un 50%, hasta alcanzar los 90.000 migrantes
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