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Bruselas ve en las elecciones regionales de Venezuela una oportunidad para la oposición a Maduro

Nicolás Maduro, el 11 de mayo en Caracas.
Nicolás Maduro, el 11 de mayo en Caracas.Prensa Miraflores / EFE

Bruselas ve en los gestos de Nicolás Maduro una oportunidad para que los opositores al régimen se presenten a las elecciones municipales y regionales del próximo 21 de noviembre. La Unión Europea cree que la presencia de cuatro miembros de la sociedad civil y la oposición en el Consejo Nacional Electoral merece el intento de que todos los partidos concurran a los comicios. Según fuentes comunitarias, ese proceso puede ser otra palanca para abrir una negociación que permita hallar una salida a la crisis institucional y humanitaria en la que Venezuela lleva años instalada.

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La UE combina las luces cortas con las largas en Venezuela. Si bien el órgano electoral ha sido elegido por una Asamblea Nacional no reconocida por los partidos contrarios a Maduro, su composición hace pensar que podría dar pie a unos comicios mínimamente aceptables. Entre los miembros del consejo está, por ejemplo, Roberto Picón, asesor técnico de la Mesa de la Unidad Democrática y expreso político. Según fuentes comunitarias, esos nombramientos deberían animar a la oposición a concurrir a las elecciones, puesto que le puede abrir las puertas a ganar un espacio de poder a escala municipal y regional.

Roberto Picón, a la derecha, en una sesión de la Asamblea Nacional, el 4 de mayo en Caracas.Ariana Cubillos / AP

El alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, afirmó el pasado jueves en una jornada en el Real Instituto Elcano que las elecciones constituyen “una buena oportunidad”. “Puede ser un buen momento para intentar una participación de todos los partidos políticos, incluidos la oposición y el partido de Juan Guaidó”, sostuvo. La Unión Europea ya intentó a toda costa que el régimen de Maduro retrasara el año pasado las elecciones a la Asamblea Nacional para crear unas condiciones de transparencia y mandar observadores que garantizaran que se habían celebrado de forma limpia. El líder venezolano no accedió y la UE no reconoció esos comicios de diciembre de 2020.

Fuentes comunitarias ven como un “punto de inflexión” los gestos de Juan Guaidó, que propuso un pacto político a Maduro con condiciones siempre que tuviera a la comunidad internacional como garante. Y con todas las reservas, también han visto con buenos ojos que el líder venezolano haya accedido a reunirse con Guaidó bajo la supervisión de la UE y Noruega, que han tratado de mediar entre las partes. Borrell afirmó que Bruselas apoyará “en todo lo que pueda” a Guaidó. “Llevamos desde hace más de un año insistiendo en que es lo que hay que hacer. Esto no se va a resolver si no es con un proceso de negociación”, agregó el jefe de la diplomacia europea.

Un portavoz comunitario aseguró que la UE “está en contacto regular” con todas las partes en Venezuela para “fomentar el diálogo pacífico y encontrar una solución democrática y sostenible a la crisis en Venezuela”. “La UE apoyará todos los esfuerzos genuinos de diálogo liderados desde dentro de Venezuela, ya que la única salida sostenible a la crisis actual será a través de negociaciones políticas que conduzcan a elecciones locales, legislativas y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes”, añadió.

La posición de Estados Unidos

La convocatoria de elecciones legislativas y presidenciales es una de las exigencias que Guaidó ha puesto sobre la mesa para alcanzar un acuerdo con el régimen. Bruselas duda de que Maduro acepte convocarlas de forma anticipada, cuando ya hay unos comicios regionales y municipales en el horizonte. Pero la UE, cuyo alto representante siempre ha mantenido una posición pragmática, cree que el momento de la negociación llegará tarde o temprano. Ambas partes tienen razones para querer sentarse a hablar: Maduro, para lograr que en un futuro se vayan levantando las sanciones impuestas por EE UU y la UE; la oposición, para hacer frente a una oleada izquierdista en América Latina que dé aire al régimen.

Washington todavía no ha dado ningún paso para suavizar su posición con Venezuela a pesar del giro que quiere imprimir a su relación con América Latina. Aun así, la melodía que llega de la Casa Blanca empieza a sonar bien en Bruselas. La subsecretaria de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE UU, Julie Chung, afirmó en su cuenta de Twitter que Estados Unidos “apoya una solución global y negociada” a la crisis en Venezuela que “aborde todos los aspectos de las condiciones necesarias para unas elecciones libres y justas”.

“Depende de los venezolanos decidir si el nuevo Consejo Nacional Electoral contribuye a este fin”, afirmó a través de su cuenta de Twitter Chung, quien añadió en otro mensaje: “Seguimos presionando por los cambios mínimos fundamentales necesarios para elecciones libres y justas, incluyendo el levantamiento de las prohibiciones a los partidos políticos, la liberación incondicional de los presos políticos, invitaciones a observadores electorales internacionales creíbles y un calendario electoral público”. La posición, observan en Bruselas, no dista que la que viene defendiendo la UE, que promovió el Grupo Internacional de Contacto para buscar unas condiciones mínimas aceptables para poder celebrar unas elecciones.




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