Todos los centros educativos de España llevan cerrados desde la primera fase de la epidemia de la covid-19 como medida de contención de la transmisión de la enfermedad y debido a la gran densidad de escolares, unos siete millones en el país, que acuden en todas las fases de la educación reglada. A pesar de que el papel de los menores en la transmisión de la enfermedad no está claro, se quiso así evitar un posible aumento de contagios e infectados por coronavirus durante la presente crisis sanitaria. Estas fueron las razones fundamentales que alegaron desde el Gobierno para cerrar los centros. “Con los conocimientos adquiridos ha quedado que los niños no son una población particularmente vulnerable a los efectos de la infección por coronavirus. Se dan casos graves, pero son infrecuentes”, según explican los pediatras españoles.
El cierre de los centros escolares ha conllevado un cambio de paradigma educativo que ha llevado a la educación a distancia, a lo digital, a la primera línea. Pero no ha sido igual de accesible para todos, denotando el vacío y la desigualdad que existe en este tipo de enseñanza y que muchos han catalogado como de “emergencia”, pero que reconocen que será insostenible cuando muchos padres vuelvan a sus puestos de trabajos presenciales. En la Fase 2 de la desescalada estipulada por las autoridades sanitarias, algunos centros ya podrán abrir sus puertas, ¿pero en qué condiciones? ¿Cómo se debería hacer?
En un documento elaborado por la Asociación Española de Pediatría (AEP), organización formada por unos 14.000 expertos, se incide en que “la vuelta al cole se debe hacer con las medidas adecuadas desde una perspectiva de la salud pública y protegiendo siempre la seguridad de los escolares y el mínimo riesgo de transmisión”. También añaden que la reincorporación presencial a los colegios “se hace en cumplimiento del derecho que tienen todos los menores al aprendizaje y a la socialización, ambas necesidades básicas para su desarrollo. Todo ello contemplado en la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU)”.
Para los pediatras, siempre y cuando la situación epidemiológica lo permita, “la reapertura de los centros educativos deberá ser paulatina, progresiva y basarse en los grupos de edad, y siempre, inciden, minimizando el riesgo de nuevas infecciones”.
Reapertura por edades y fases educativas
Guarderías / escuelas infantiles (de cero a tres años): para los pediatras es el área de mayor riesgo por la enorme dificultad de cumplir las medidas de aislamiento. Recomiendan que estos centros no se abran hasta que haya un control total de la epidemia. Entre las soluciones que mencionan para afrontar el gran desbarajuste que puede provocar esta decisión en las familias, citan como opciones de conciliación: el alargamiento del permiso de paternidad o maternidad hasta los 12 meses, poder tener acceso a cuidadores en el hogar que, incluso, permitiera el cuidado de hasta cinco niños en una misma casa, entre otras.
Educación Infantil, de tres a cinco años: En este grupo de edad, el riesgo sigue siendo elevado. No se recomienda el uso prolongado de mascarillas, pero se debe extremar el distanciamiento social máximo posible. Se deberían evitar las extraescolares, en las que es más difícil mantener el distanciamiento, y promover el entrenamiento en medidas de protección frente a la infección por coronavirus como el lavado de manos constante, entre otras.
Mayores de cinco años hasta los 11 años (Educación Primaria): la reapertura debe ser gradual y con grupos con un número reducido de niños, “de no más de 15 menores; organizarse en turnos de clase de mañana o tarde o por días alternos”, entre otras medidas. Los profesores y trabajadores de los centros deben promover también en este grupo de edad el entrenamiento en medidas de protección frente a la infección por coronavirus.
Educación Secundaria (12 a 16 años): Se estima que el riesgo de contagio debería ser más bajo porque el alumnado ya conocería las medidas de prevención e higiene contra la covid-19. La distribución de alumnos, horarios partidos y clases presenciales, debería ser similar a la Educación Primaria, pero priorizando como presenciales las materias más esenciales y considerando en este periodo muy importante incluir la jornada educativa alternativa en domicilio, de mañana o tarde para trabajo online. Es necesario considerar que los menores de 14 años no pueden permanecer solos en el domicilio y habrá que prever un acompañamiento de padres/adultos adecuando también su jornada laboral o, incluso, con profesores desplazados a domicilios, entre otras medidas.
La AEP recomienda a los centros educativos seguir las recomendaciones sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se pueden consultar aquí.
Priorizar la ayuda a los alumnos más vulnerables
Se recomienda priorizar el refuerzo pedagógico y la atención integral a las necesidades de niños, niñas o adolescentes en cualquiera de las situaciones de riesgo:
- Familias monoparentales sin red de apoyo social o con incompatibilidad de horarios con el trabajo.
- Situación de precariedad económica familiar, pobreza tecnológica o de cualquier otro tipo.
- Sospecha de maltrato o violencia en el entorno familiar.
- Acoso escolar en cualquiera de sus formas.
- Trastornos del aprendizaje.
- Necesidades especiales por padecer trastorno madurativo, enfermedades crónicas o psicológicas.
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