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Cae avioneta en Chintejé cargada con 2 toneladas de cocaína, Amealco cruce aéreo de trasiego de droga  

Cae avioneta en Chintejé cargada con 2 toneladas de cocaína, Amealco cruce aéreo de trasiego de droga  

Capítulo 3 de El Libro “El  Narco llegó a Querétaro”. Autor: Armando Guerra

Querétaro, Qro.- 6 de octubre de 2020.- Era costumbre que la época en la región los días amanecieran nublados y lluviosos, máxime que el municipio de Amealco por sus condiciones geográficas es un lugar donde la mayor temporada del año conserva sus bajos índices de  temperatura.

El frío y la lluvia son parte de la  identificación de ésta bella y pintoresca  cabecera colindante con los estados de México y Michoacán. Aquella mañana del 23 de agosto de 1990 el campesino Lázaro Martínez originario de  la aldea de San Juan Dehedò acababa de levantarse para iniciar sus labores cotidianas en el campo.

Serían entre las 6:30 y 7:00  A. M. de aquel día, cuando un fuerte y estruendoso ruido se escuchó en la colina del cerro conocido como “Chinteje de la Cruz”, inmediatamente el lugareño salió a ver lo sucedido. Lázaro emprendió la subida,  corrió rumbo al cerro,  algo habría ocurrido allá arriba,  “se escuchó muy fuerte el impacto” diría después ante las autoridades.

Al llegar a la cima un triste cuadro desolador logró ver;  fue el primero en conocer la tragedia; los cuerpos de lo que habían sido seres humanos estabas embarrados entre los troncos de los enormes árboles y algunos costales de color blanco estaban esparcidos en el lugar.

El campesino estaba siendo testigo principal de uno de los mas graves accidentes aéreos que se tengan memoria en suelo queretano, una avioneta Turbo Comander de nueve plazas con matricula HK 2351 procedente de Colombia  que trasportaba casi media tonelada de cocaína, se había desplomado en aquel cerro.

Tres  personas murieron del fuerte impacto, los cuerpos del piloto y sus dos acompañantes quedaron destrozados y esparcidos en un área de 10 metros, algunas de sus partes colgaban dantescamente de los árboles y sus órganos estaban tirados entre las hojarascas.

Ante la gravedad de los hechos, Lázaro  dedujo que la  causa  habría sido la densa neblina que en esos momentos cubría el cerro, inmediatamente bajó de la colina rumbo a la cabecera de Amealco, en su trayecto se encontró con su viejo amigo Luis García quienes juntos se apresuraron a hablar por teléfono a la policía Judicial.

En la zona se pudo ver que partes de la aeronave quedaron diseminadas, mientras que en lo alto del  cerro quedaron tirados y esparcidos varios paquetes de droga, mismos que estaban marcados de cuatro formas diferentes:

Algunos con la palabra “amistad”, otros con la figura de un “escorpión”, unos mas con una figura de un gato y el resto sin ningún señalamiento que pudiera significar el “cártel” al que estaban destinados.

También se supo que la droga era de dos tipos, una blanca y otra ligeramente amarilla, lo que pudiera diferenciar la calidad de la misma.

El comandante de la judicial Pedro Ángeles destacado en aquella partida,  fue la primera autoridad en conocer los hechos, eran las 9:42 horas cuando el jefe policial confirmó a sus superiores el accidente, iniciándose de esta manera una rápida movilización policíaca que culminó con el rescate de los cuerpos.

Fue personal de la policía Judicial del estado al mando de José Luis Aguilar Becerril quienes arribaron primeramente al lugar, luego de acordonar la zona en espera de que las autoridades ministeriales dieran fe de los espectaculares hechos.

Al final se conoció que las personas muertas tenían un aspecto de origen colombiano,  sus cuerpos totalmente destrozados fueron trasladados al anfiteatro de la capital del estado, mientras que la droga fue resguardada por elementos del ejército mexicano.

Este autor  arribó  tarde al lugar de la tragedia, ese día se cerraba la edición del semanario “El Tiempo de Querétaro” que asociado con el abogado Román Morales  Martínez estaba por publicarse.

Llegué a Chinteje acompañado del  entonces fotógrafo Raúl Mejía Pérez que quiso ser periodista pero su mediocridad lo llevó a ser un policía mas del montón  gracias a  Carlos Mier Montes que llegó a dirigir  la policía municipal de San Juan del Río y despues de la Guardia municpal de la capital del estado.

Se supo que la aeronave accidentada pertenecía a la Aerolínea Inter colombiana Limitada, ALICOL LTDA conocida como taxi aéreo con matrícula de bitácora KH 3461, serie 91028 y modelo 62680.

Después tomaron conocimiento de los hechos personalmente el procurador general de Justicia Francisco Guerra Malo, el general Francisco Fernández Solís  de la 17ª. Zona militar, Gilberto Vargas Muñoz delegado de circuito de la PGR así como altos jefes de la policía federal de caminos quienes sobrevolaron con helicópteros el lugar del accidente.

Según estimaciones de las autoridades militares, cantidad de droga que transportaba la avioneta sería de 500 kilos, sin embargo al final solamente se lograron asegurar 265 kilogramos, (hasta la fecha es un  misterio de quienes se pudieron haber quedado con el faltante), se dijo que la pureza de la coca pudo haber soportado hasta siete “cortes”.

Causas del accidente

Se cree que la avioneta volaba bastante bajo posiblemente para evitar ser detectada por el radar, lo que provocó que se estrellara contra los árboles del cerro, se fue a “pique” y luego “catapultò” para salir despedida a cientos de metros a bajo, en donde quedó la mayor parte de la nave, la droga y los cuerpos.

La cabina del avión que no se incendió como se presumió al principio, quedó en la falda del cerro y en el trayecto el fuselaje, de éste último solo se rescataron las partes vitales para efectuar los comunes peritajes de aeronáutica civil.

El delegado de la PRG Gilberto Muñoz dijo “los instrumentos permiten pensar que el piloto con poca visibilidad no vio el cerro que tenía enfrente y en el último momento hizo lo posible porque el aparato se lanzara a una mayor altura, cosa que no logró estrellándose primero contra los árboles y posteriormente precipitándose a un acantilado”.

Siguió diciendo el funcionario de la procuraduría que “las personas que viajaban en la nave, presumiblemente no conocían perfectamente la zona, porque al sobrevolar  el lugar, se logró saber que existen muchos lugares donde el piloto pudo haber aterrizado.

Si se tratara de una falla en el aparato, pues existen terrenos bastante planos, dos o tres caminos que le pudieron servir de pista y un poco mas allá  está  la Presa “Solís” entre Guanajuato y Estado de México  donde pudo también descender”.

El capitán Luis Limón, comandante del aeropuerto local “Fernando Espinosa” informó que la aeronave sobrevoló dicha pista aérea  a las 6:30 horas y  que fue vista por tres pilotos del aeropuerto “no descendió ni entabló comunicación con nuestra torre de control,  posteriormente se retiró haciendo un viraje hacia el sureste” dijo.

Los peritos manifestaron que la avioneta logró bajar un poco  en el aeropuerto guiado por el “digitomador de número” para identificar la zona y después volvió a subir la capa de nubes, se dio vuelta, pero se fue a encontrar con un lugar mas conflictivo por las condiciones atmosféricas y climáticas.

Nunca se logró identificar los cuerpos de los narcotraficantes muertos, pues ninguno contaba con identificación personal, aunque se presume que eran de origen centroamericano (colombianos), finalmente  fueron depositados en la fosa común.

Por la calidad y tipo de ropa que vestían los tres hombres que viajaban en el avión, se cree que eran muy jóvenes, además los narcos habían tomados sus medidas de seguridad:

La ropa, no llevaba etiquetas, que pudiera dar pistas sobre su procedencia, lo que quería decir que se trataba de una bien organizada banda de narcotráfico internacional, que venía operando desde tiempo atrás.

El forro de la chamarra de uno de los occisos, era de una tela en que estaban impresos diversos mapas, que pudieran tratarse de señalamientos o  de pistas clandestinas, aunque esto no fue confirmado.

Las investigaciones

Luego de conocerse la tragedia, la Procuraduría General de la República designó al comandante regional de narcóticos José Luis Larrazolo Rubio -quien junto con sus hermanos mantenía un buen prestigio como policías- para hacerse cargo de las investigaciones, así fue como 60 elementos a su mando llegaron procedentes de la ciudad de México a investigar lo sucedido.

Al ser entrevistado por el que esto escribe como corresponsal de “Ovaciones”, Larrazolo Rubio reconoció que la avioneta había salido procedente de Colombia y que ésta  obtuvo un permiso provisional para que  hiciera algunos servicios de taxi aéreo.

Se presumió que antes del accidente, el aparato despegó de Ixtapa, Zihuatanejo, con la idea de trasbordar la droga aterrizando en una de las carreteras límites de Querétaro y Michoacán, pero no logró hacerlo debido a la densa niebla que cubría la zona localizada en el municipio de Amealco.

Apareció como propietario de la nave el doctor Héctor Yesi González Moreno, de la cual la bitácora se encuentra en blanco, actitud que se dijo asumen los narcos como una medida de seguridad para proteger a quienes están involucrados en el tráfico de drogas, pero en la parte posterior, con fecha del 27 de agosto de 1989 aparecía una renovación de matrícula.

Para evitar el control de los movimientos de la aeronave fuera de Colombia, se obtuvo un permiso provisional para circular como taxi aéreo, dijo que habían datos suficientes para creer que éste aparato ya había sido detenido con anterioridad por las autoridades colombianas o sea por la Policía Nacional probablemente también por problemas de narcotráfico.

Se encontró un acta entre los restos del avión en que se  hace entrega por parte de un juez de aquel país, en donde al  doctor Yesi González  nuevamente se le  autoriza y extiende licencia de vuelo.

Se logró también conocer que la cédula profesional del citado profesionista es la 14-971-878 radicado en Cali, Colombia.

Inmediatamente después comenzaron las especulaciones del destino que pudiera haber llevado la droga, unos aseguraron  que la nave  iba aterrizar en una “pista” de un terreno propiedad del ex gobernador guanajuatense y ex regente capitalino Ramón Aguirre Velásquez.

La finca a la que se hacía alusión fue “La San Ignacio” a la que se tenía pensado dejar como administrador a un “amigo” de éste político de nombre Gilberto Ugalde Campos originario del cercano municipio de San Juan del Río, rumor aquel que nunca se pudo confirmar, era mera especulación.

Cabe ampliar la información de que Ramón Aguirre  hijo tiene una gasolinera cercana aquel rancho que obtuvo gracias a la concesión que le dio Salvador Neme hijo de un ex gobernador que llegó a ser Director General de Estaciones de Servicio PEMEX.

Se calculó que la cocaína base decomisada tenía un valor superior al billón 500 mil millones de pesos.

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